Se trata de Ignacio Actis Caporale, conocido por su apodo de Ojito; la droga estaba oculta en una chopera de madera que había sido despachada para ser enviada a España
Por: Gabriel Di Nicola y Germán de los Santos
Había estaba prófugo cuatro años. Durante ese tiempo, competía en automovilismo con una identidad falsa. Su detención fue de película: lo atrapó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez, de la ciudad de Buenos Aires, en medio de una carrera. Ante los jueces que lo sentenciaron a nueve años y medio de cárcel, afirmó que “la Policía de Santa Fe es el ente regulador del narcotráfico”. Su declaración fue clave para condenar al exjefe de Drogas de Rosario Alejandro Druetta. Ahora, Ignacio Actis Caporale, conocido por su apodo de Ojito, deberá sentarse otra vez en el banquillo de los acusados. Esta vez será juzgado por ser “el eslabón superior” de una organización narco que intentó traficar cocaína a España oculta en encomiendas.
En diciembre próximo, Actis Caporale, nacido el 23 de septiembre de 1988 en Rosario, será juzgado por el Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) N° 1, informaron fuentes judiciales.
“Tal como fuera analizado precedentemente, al explayarse en cuanto a los hechos delictivos que fueron llevados a cabo por esta estructura criminal y se encuentran probados en autos, Actis Caporale se presenta como un eslabón superior. No solo se encargaba de planificar y organizar las diversas actividades llevadas adelante por la organización, como brindar los medios logísticos (dinero, autos e infraestructura) sino que también sería quien procuraba la obtención –en distintas partes del país y en el exterior- y distribución de la sustancia estupefaciente, para su posterior comercialización por los restantes miembros del grupo”, sostuvo la fiscal María Gabriela Ruiz Morales en el requerimiento de elevación a juicio, al que tuvo acceso LA NACION.
En abril pasado, Ojito fue detenido por detectives de la Policía de la Ciudad. Estaba en libertad condicional desde marzo de 2022. Pasó en prisión cinco años y tres meses después de su detención por parte de la PSA, el 18 de diciembre de 2016, en medio de una carrera de autos en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez, de la ciudad de Buenos Aires, donde competía con una identidad falsa: Alex Aqua. Estaba fuera de la cárcel porque el Tribunal Oral Federal Nº3 de Rosario le había otorgado la libertad condicional por “estímulos educativos” en la prisión.
En esa causa delató al policía Druetta y dijo aquello de que la fuerza de seguridad provincial era la que “regulaba” el narcotráfico. Le pagaron con la misma moneda. La declaración de una persona imputada que declaró como arrepentida llevó a los investigadores tras los pasos de Ojito.
La causa por la que ahora será juzgado Actis Caporale se inició el 12 de diciembre pasado a partir del secuestro de una encomienda que contenía casi un kilo de cocaína. El destino del paquete era Pamplona, en España.
La droga estaba camuflada en una chopera de madera para cerveza. La encomienda fue despachada el 12 de diciembre pasado en la sucursal del correo internacional DHL de la avenida Córdoba al 5000, en Palermo. El peritaje determinó que eran 992,60 gramos de cocaína, de un 91% de pureza.
Pronto, tras la declaración de los empleados de la empresa, se determinó que la encomienda había sido despachada por una joven pareja que había llegado a la sucursal de Palermo con sus dos pequeños hijos.
La joven que entregó el paquete no había llevado su DNI, pero se identificó con la app Mi Argentina. Ese dato fue clave para los investigadores: para que quedara registro de su identidad, la mujer tuvo que enviar por WhatsApp una captura de la pantalla de la aplicación.
Entonces, el juez en lo penal económico Pablo Yadarola ordenó intervenir la línea telefónica utilizada para mandar la captura de la app Mi Argentina.
La causa tuvo un importante avance con la declaración de la persona que declaró como arrepentida y que afirmó que Ojito había sido el contacto de la joven que despachó la encomienda “contaminada”.
No solo eso, también aseguró que fue Actis Caporale quien le entregó la chopera con la cocaína. Pero dio más detalles: relató que la joven antes había hecho una serie de viajes para Ojito a Misiones, para buscar estupefacientes que alguien le llevaba desde Paraguay.
Los investigadores, según explicaron a LA NACION fuentes con acceso al expediente, tienen acreditado, por lo menos, tres viajes de la muchacha a Misiones para buscar cocaína. En uno de los viajes habría ido con sus hijos y otro familiar. La droga llegó a Buenos Aires oculta en el torpedo de un vehículo.
La muchacha, según se desprende del expediente, tenía que “cumplir” con los encargos de Ojito porque tenía una deuda con él.
“A la joven le llegaron a ofrecerle recorrer varias ciudades paraguayas. Si aceptaba, debía retirar diez termos cargados de cocaína. Además, el plan era mandarla a España como ‘mula’. Para ellos, Caporale y un cómplice, que sería de nacionalidad colombiana, iban a tramitarle el pasaporte y la ciudadanía italiana”, explicaron fuentes judiciales.
La joven no llegó a hacer esos viajes a Paraguay. Los investigadores sospechan que la metodología que describió la persona que declaró como arrepentida podría ser la operatoria que utilizaban Ojito y los demás integrantes de la organización para ingresar la cocaína en la Argentina.
Ojito Caporale, según la persona arrepentida , se comunicaba a través de un sofisticado sistema de comunicación encriptadas que se llama Wickr Me Private Messenger. Según se desprende de la investigación, la pareja que despachó la chopera hacía viajes a Misiones para buscar droga, por orden de Caporale. La droga se acopiaba en la cochera situada al lado de un cine de Palermo.
Fuentes judiciales destacaron el trabajo hecho por detectives de la División Delitos contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad que permitió identificar y detener a Ojito.
Actis Caporale en su indagatoria se negó a declarar. Fue acusado de ser uno de los proveedores más grandes de estupefacientes de Rosario, donde nutría de cocaína y drogas sintéticas a búnkeres diseminados en los barrios Alberdi, La Cerámica y Casiano Casas. Pero nunca pudo ser detenido; en 2012, cuando fueron apresados nueve miembros de la organización, Ojito se escurrió de los efectivos de la PSA. Ese domingo su suerte cambió. Contaba con la complicidad del comisario Druetta, que fue condenado por narcotráfico.
Ojito estuvo prófugo desde el 26 de setiembre de 2012 , cuando la PSA realizó 14 allanamientos simultáneos en Rosario, donde se secuestraron cuatro kilos de cocaína de máxima pureza, tres de marihuana, 400 pastillas de éxtasis, 40 troqueles de LSD, varias dosis de ketamina, seis autos de alta gama, ocho armas de fuego y 250 mil pesos.
En el operativo quedaron detenidas nueve personas, entre ellas su padre. Alguien de la banda alcanzó a avisarle; cuando el vuelo en el que volvía de Bogotá hizo escala en Lima, Ojito escapó. Los efectivos de la PSA que lo esperaban en el aeropuerto de Ezeiza se quedaron con las manos vacías. Solo estaba su novia, una joven modelo que era promotora en las carreras de automovilismo.
Cuatro días después, el joven ingresó de manera legal a la Argentina por un paso fronterizo con Brasil, pero como no había llegado la comunicación de su captura, nadie sabía que tenía pedido de captura internacional.
Desde ese momento muy poco se supo de Caporale, el narco de clase media alta y vida veloz. En noviembre de 2013, tras un seguimiento que hizo la policía de Santa Fe, se detectó que Caporale tenía pensado ir a buscar a su novia a la terminal de ómnibus de Retiro. Se montó un operativo para detenerlo, pero al detectar a los uniformados logró escabullirse entre la multitud y desaparecer hasta que fue detenido en 2016, en la carrera de autos.
Pero luego salió con libertad condicional y empezó otra vez, según la investigación, con nuevas aventuras en el mundo narco, esta vez, con el contrabando de cocaína a España en encomiendas.
“Puede afirmarse con la certeza suficiente que en este estado del proceso se exige, que los nombrados han intervenido en la maniobra de contrabando de exportación de sustancia estupefaciente con fines de comercialización, en grado de tentativa”, explicó la fiscal Ruiz Morales en el requerimiento de elevación a juicio.
Cuando la representante del Ministerio Público hizo referencia a “los nombrados” hablaba de Ojito y otros tres sospechosos, entre ellos la pareja que despacho la encomienda “contaminada”.
“Teniendo en consideración las manifestaciones ofrecidas en el marco del acuerdo de colaboración [la declaración de la persona imputada arrepentida] celebrado con esta representación del Ministerio Público Fiscal, como así también el resultado de las urgentes medidas probatorias dispuestas en la causa para corroborar tales manifestaciones, puede sostenerse que Actis Caporales se posiciona en un eslabón superior y de importancia en la toma de decisiones en la organización narco objeto de pesquisa, en tanto y en cuanto sería el proveedor -directo o indirecto- de la sustancia prohibida que intento extraerse del territorio nacional, como así también del estupefaciente que ha sido comercializado dentro del territorio nacional, conforme el contundente contenido de las conversaciones registradas con motivo de las intervenciones dispuestas en la causa principal”, sostuvo la fiscal Ruiz Morales.
Gabriel Di Nicola
Germán de los Santos