G. tiene 17 años y era buscado por la Justicia acusado de ser parte de la patota que mató a golpes y a piedrazos a Braian Cuitiño (22) el viernes pasado a la salida del bar Nápoles de Pilar, al que había ido con su hermana Paula.
Este jueves, alrededor del mediodía, el adolescente quedó detenido luego de que su padre lo entregara a la Policía, según confiaron a Infobae fuentes del caso.
Así, por el homicidio ya son cuatro los sospechosos presos. Además de G., ya estaban detenidos Lucas Iván Castillo (22), el conductor del coche en el que huyeron los atacantes; Lucía Daniela Armas (18), quien se cree que le dio a Braian el piedrazo en la cabeza cuando ya estaba inconsciente; y Ariana Dorssi (18).
Una hermana de Ariana es la única del grupo que está en libertad y no fue acusada, aunque sigue en la mira de los investigadores. Eso sí, aún quedan dos prófugos: se trata de dos hermanos de apellido Méndez, sobre los que pesa una orden de captura y detención.
La noticia de este cuarto arresto en el marco de la investigación que encabeza el fiscal Gonzalo Agüero, de la UFI N°4 de Pilar, se conoció el mismo día que los familiares de la víctima despedían los restos de Braian. Es que a G. los investigadores lo tenían identificado, y acorralado. Sospechaban que el adolescente iba a regresar a su casa de la localidad de Garín, y por eso montaron guardia en la zona: incluso el miércoles allanaron el domicilio de su familia.
La presión surtió efecto. “El papá lo entregó en la DDI de Tigre”, dijeron las fuentes consultadas. Eso sí, como el detenido es menor de edad, pero punible, las fuentes consultadas por este medio explicaron que el fiscal Agüero “planea pedir en su caso la incompetencia parcial por la complejidad del expediente”, para que quede bajo la órbita de la Justicia juvenil; mientras él se queda con la causa contra los mayores, a los que les imputó el delito de robo en poblado y en banda en concurso real con homicidio agravado por alevosía y por premeditación por la participación de dos o más personas.
En la investigación el fiscal Agüero considera a todos los implicados como coautores del robo y el crimen, incluso a Castillo, el chofer del auto en el que escaparon quien no se se bajó del coche en pleno ataque.
Mientras tanto, los investigadores, al menos por ahora, no han tenido la misma suerte que con G. con los dos hermanos que siguen prófugos y a quienes también les allanaron la propiedad este miércoles 18 de enero. Los hermanos Méndez son las únicas dos piezas sueltas que tiene un caso en el que las cámaras de seguridad jugaron un papel preponderante: captaron cómo fue el ataque ese viernes a las 5.30 en los alrededores del bar Nápoles, ubicado en La Magnolias al 800 en Pilar.
Esas imágenes, que se difundieron este lunes a la noche, están en manos de la Justicia desde un primer momento, y fue en base a ellas que ya hay cuatro de los siete sospechosos que se ven en la escena detenidos, y una cuarta joven en libertad pero con el ojo de la Justicia sobre ella. Se trata de parte de la patota integrada por los seis agresores que se subieron al auto tras la paliza y del conductor del coche que los esperó para huir.
Lo cierto es que en ese mismo lugar donde el lunes estalló el descontrol, con quema de neumáticos, apedreadas a la fachada del boliche, balas de goma y gases lacrimógenos, durante la marcha para pedir Justicia por el crimen de Braian, el viernes pasado y, según consta en la causa, la víctima y Paula fueron increpados por un grupo de jóvenes.
“Los pechearon y les robaron las billeteras y el celular, primero a ella y luego a él, cuando se armó como una trifulca en la puerta del boliche donde intercambiaron varios golpes y él salió en defensa de su hermana”, detallaron fuentes de la investigación por entonces. Tras esa pelea, Paula se fue hacia donde estaba su moto para regresar a su casa. Braian no quiso seguirla pese a que ella le pidió que lo haga. Eligió ir a recuperar lo robado y, entonces, fue asesinado.
El ataque
En el video que el portal El Bonaerense difundió el lunes se ve a un Ford Focus de color gris claro que avanzó sobre la calle Las Magnolias, bastante cerca del cordón. Con el coche aún en movimiento, un hombre abrió la puerta del lado del acompañante y se bajó, sorteó a un grupo de jóvenes y encaró a alguien. Era Braian que iba hacia él. Intentaba recuperar lo que les habían robado a él y a su hermana.
A pesar de la poca nitidez de la imagen, queda claro que a partir de ese instante comenzó una pelea: Braian le tiró una piña al aire y quedó destartalado. La respuesta fue toda violencia, no de uno sino de varios.
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