Sucedió en el paso fronterizo Pino Hachado, que conecta Neuquén con Chile. El hombre había comprado productos de belleza, pero no le creyeron
Un error de Gendarmería Nacional lo condujo al calvario. César Rodríguez Carrillo no entendía por qué –pese a estar con la conciencia tranquila- un perro seguía olfateando el interior de su auto mientras que los gendarmes lo presionaban para que confesara algo que –asegura- no había hecho. Su ingenuidad había sido intentar cruzar la frontera por el paso internacional Pino Hachado (en la zona de Zapala) hacia Temuco, Chile, con once botellones de champú que compró en Neuquén. La sustancia llamó la atención de los gendarmes, quienes se lo llevaron preso por tráfico de "cocaína líquida".
Dieciséis días después de haber estado preso en un calabozo de Zapala, Rodríguez Carrillo fue liberado tras comprobarse que efectivamente los envases contenían champú. El hecho ocurrió el 24 de marzo pasado, cuando fue gendarmes inspeccionaron su auto y afirmaron que los botellones de champú llevaban cocaína líquida. El hombre intentó defenderse desmintiendo tal información, pero no le creyeron y terminó preso.
Su abogado defensor, Gabriel Rouret, pidió la contraprueba de los resultados obtenidos por Gendarmería obtenidos en la frontera y, para sorpresa de todos, los resultados arrojaron que se trataba de champú. La Justicia neuquina ordenó el sobreseimiento del hombre, quien podría iniciar una demanda por daños y perjuicios contra el Estado.
Según informó el letrado, se le inició un sumario al interior de la Fuerza fronteriza para determinar cómo confundieron champú con droga líquida. Además, desde el spa de Temuco confirmaron que habían concretado la compra de 11 litros de champú y varios artículos de belleza a través del sitio de subastas MercadoLibre. La caja con los productos había sido enviada a la terminal de Zapala, donde la recibió el taxista.
"Exigimos una disculpa pública del Estado argentino. Estamos molestos y disgustados. Nadie nos dio una explicación. Además, hicieron una prueba para saber si era cocaína líquida con equipos obsoletos", le dijo a Clarín Deny Cuevas (41), esposo de la dueña de la empresa Depisoft, de Temuco. Por último exigió el reintegro de los productos que –confesó- le costaron 500 dólares.