A las 12.50, Francisco Pachelo se sentó en la silla de los testigos, con tapado y sweater azul. Cómodamente se sacó el pullover, que terminó en el piso, y se quedó en camisa. Con pelo desalineado y muy desenvuelto, como su hermano, probó si funcionaba el micrófono.
Francisco es hijo de Roberto Pachelo y Jacqueline Barbará (78, que no es la madre de Nicolás) y tiene otro hermano en común con Nicolás, que se llama Agustín. Y otros tres hermanos mayores de Barbará con otra pareja: Hernán, Sebastián y Jacqueline.
«Soy el hermanastro, el vínculo es ese. No viví con él todos los días, sí fines de semana. El vínculo es malo, muy malo, porque es un enfermo en todos los aspectos. Es una persona muy difícil», le contestó a los fiscales.
Para el testigo, el imputado asesinó a su papá «por plata y resentimiento». Él vivía en la tosquera de Pilar en un campo de 300 hectáreas donde tenían muchas cabezas de ganado, donde apareció muerto Roberto Pachelo. El hombre tenía muchas armas, decía que sus animales corrían peligro, que se las podían robar. En ese entonces, Francisco tenía 14 años.
La Justicia investigó el fallecimiento de Roberto, pero la causa se archivó porque se determinó que se había suicidado. Sin embargo, el otro testigo de este viernes, Dionisio Alcides Simon (77) era empleado del padre del acusado y también apuntó a Pachelo por la muerte.
«Nunca pensé que se había matado porque era incapaz. Pensé que lo había matado Nicolás. ¿Quién más estaba en la casa? Estaba Nicolás que vivía ahí con su esposa», sentenció Dionisio. Al mismo tiempo, el acusado seguía con el ceño fruncido entre dos de sus abogados, ya que su histórico letrado, Roberto Ribas, brilló por su ausencia.
Además, el testigo contó que Nicolás días antes de que su padre se suicidara fue a amenazarlo de muerte a la oficina de Pilar. El hecho fue en diciembre de 1995 y el suicidio el 9 de enero de 1996.
Por su parte, Francisco reflexionó sobre la muerte de su padre. «Un tiro adentro de la casa se puedo escuchar porque estaba pelada. Lo normal es que vas a ver tu padre y no se levanta a las dos horas, te asomás a la ventana y lo ves en la misma posición. Aparte la puerta del cuarto era de madera y tenía un vidrio que se rompió. Yo no le creo que se asustó porque habían matado al ‘papi'», afirmó.
Al recordar el velorio de su papá, reconoció que «Nicolás estaba robando en ese momento». También relató que tenía un arma que llevaba con él porque le tenía miedo a su hermano, que lo pudiera matar.
Asimismo, señaló a su hermano como «el monstruo que puso tres garrafas de gas y voló la casa de la tosquera, que era de estilo caballeriza». Para él, prendió fuego la tosquera «por plata y para eliminar las pruebas».
El cierre de la cantera fue decidido por uno de los hermanos mayores del testigo, Hernán. «Te van a matar si no la cerramos», le dijo, y le pusieron el candado a la tranquera en 2001. Las ganancias de los tosquera se dividían en tres partes entre Agustín, Francisco y Nicolás, dado que Jacqueline Barbará no se había casado con Roberto.
Sobre el crimen de María Marta
Francisco Pachelo contó que tuvo una particular conversación con el casero de la cantera Mario Rivero. «Cuando me dijo que a García Belsunce la había matado Nicolás no me pareció tan extraño. ‘¿Cómo sabes?’, le pregunté, y él me contestó que sabía porque vino una semana antes de que muera María Marta a comprar unas municiones para un revolver hermoso de seis balas», afirmó.
También Dionisio señaló a Ribas durante su declaración. Tras el crimen de la socióloga, el testigo contó que a los dos días Nicolás le consultó en la oficina de la tosquera una pregunta «muy rara».
«¿Qué pensás de esta mina (María Marta) que mataron si no aparece el arma?», le consultó el imputado a lo que él contestó: «Le dije que si no aparece el arma y no hay pruebas, no debe pasar nada». Rápidamente Pachelo le dijo: “El arma debe estar en La Pampa”.
En esa oportunidad, según Dionisio, Pachelo le contó sobre la consulta que él le había hecho al mozo de la ESSO respecto a la muerte de la socióloga. «Cuando me dijo eso creí que la había matado Nico por el tema del perro», aclaró. Lo que dijo sobre la ESSO fue cuestionado por el TOC dado que esa información se conoció después de la autopsia de la víctima.
Asimismo, confirmó que Pachelo llevó el can de María Marta a la tosquera y se lo entregó al dueño del criadero de perros, ubicado a metros de la cantera.
«Luego de venderse la tosquera, Nico me dijo que vendió su 33% a 1.800.000 dólares y por esta vieja me costó 800.000 dólares», recordó Dionisio lo que le había dicho el acusado en referencia al crimen de la socióloga. Ese dinero que «había perdido» se debía al pago de la defensa de Ribas.
Sin feriado para el juicio
La audiencia de este viernes en el juicio por el crimen de María Marta estuvo rodeada de dudas sobre su realización debido al feriado nacional. Sin embargo, a las 11.20 ingresó a la sala el principal acusado: Nicolás Pachelo. Minutos después, arribaron los tres jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4.
La audiencia se demoró y a las 11.46 llegó el primero de los fiscales, Patricio Ferrari, y luego los abogados de los particulares damnificados, del viudo Carlos Carrascosa (77) y de María Laura García Belsunce (71), hermana de la víctima.
«Nos sorprende, una vez más, una situación sobre el uso del celular», dijo Ferrari antes del inicio de la audiencia. El fiscal manifestó que hubo un problema con la incautación del celular de Pachelo, realizada el 17 de agosto. Luego de ese procedimiento, la señal de ese móvil fue captada por distintas antenas de la Ciudad de Buenos Aires.
Por eso, el Ministerio Público Fiscal solicitó que «se investigue la situación anómala de la ubicación de esa línea telefónica en distintos ámbitos, aunque debería haber estado incautado».
Otro de los pedidos fue que se haga «la apertura y el análisis del teléfono ya incautado», para ser utilizado en la causa por el crimen de la socióloga, dado que el mismo está siendo analizado en otra investigación por la amenaza a un periodista.
Pachelo no puede usar otra línea. Además, la fiscalía aclaró que «el 30 de agosto, el imputado se unió a Telegram, en este sistema de mensajería se pueden autoborrar los mensajes y no se pueden hacer capturas de pantallas».
La línea del celular figura a nombre de Natalia Soledad Lottito (27), con dirección en Av. Del Libertador 184 A piso 11. Ese es el departamento de Pachelo y es en donde se suicidó su madre.
El TOC dispuso un cuarto intermedio para resolver el pedido de la fiscalía y aguardar por la llegada de los dos testigos que declararían en el turno de la tarde. Al regreso, el presidente del tribunal Federico Ecke sostuvo: «No hacemos lugar a la apertura del teléfono porque no está en el marco de este juzgamiento. Este TOC habilita a que el imputado tenga un nuevo celular hasta que se le reintegre el incautado».
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