La detención de un pastor por abusos empezó a desenredar una madeja silenciada.
El hombre fue capturado en la localidad de Las Perdices, departamento Tercero Arriba.
Está sospechado de haber abusado de niños hace unos años. Se especula que habría más denuncias.
El asombro y la indignación envuelven a Las Perdices, una pequeña localidad de poco más de cinco mil habitantes, ubicada en el departamento Tercero Arriba, a la vera de la ruta nacional 158, a 60 kilómetros de la ciudad de Villa María. Allí, un reconocido pastor evangélico fue detenido, acusado de diferentes delitos sexuales.
El titular de la comisaría local, Mauricio Zorrilla, confirmó que el jueves último por la noche, “por orden del fiscal René Bosio, se detuvo a Víctor Paredez, titular de la iglesia Biblia Abierta”.
Luego, desde esa fiscalía de Villa María se precisó que el detenido está imputado por los presuntos delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado y reiterado, y corrupción agravada.
De acuerdo con las fuentes consultadas, hace una semana arrancó la pesquisa, luego de que en esa fiscalía se formularon tres denuncias en contra de Paredez.
Trascendió que ninguno de los presuntos delitos habrían prescripto. Este dato cobra relevancia porque los denunciantes declararon que sufrieron estos supuestos abusos años atrás.
Una fuente de la fiscalía confió que los hechos se habrían registrado entre 2009 y 2010, siempre de acuerdo con las denuncias. Sin embargo, se aguardan algunas pruebas para precisar esos períodos. Dos de las presuntas víctimas habrían tenido, en aquel momento, 9 y 13 años, según indicaron. Hoy, los tres denunciantes son mayores de edad.
“La causa está en plena investigación. Hace una semana que estamos investigando. Se ordenó la detención de esta persona (por el pastor)”, se limitó a confirmar el fiscal Bosio a radio Vos 103.5.
El lunes sería indagado el sospechado, cuyo abogado defensor todavía no se ha dado a conocer. Por ello, no fue posible para esta nota conocer la versión del acusado.
Por lo pronto, se espera que el fiscal ordene una batería de medidas y solicite la declaración de todos los testigos
¿Más denuncias?
Fuentes judiciales y de la zona aseguraron que las tres denuncias pueden ser sólo los capítulos iniciales de una compleja historia judicial que recién comienza.
En las redes sociales, una supuesta víctima anunció en las últimas horas que también se acercará a denunciar un abuso similar.
En ese sentido, un hombre y su hijo aseguraron ahora al portal Telediario Digital, de Río Cuarto, que también habrían sido víctimas del pastor.
En esa publicación, la supuesta víctima achacó que la denuncia que realizó contra Paredez, en Río Cuarto, no prosperó. Se señaló en esa declaración que ahora intentará que el fiscal Bosio también profundice sobre lo que ya se había denunciado.
“Pasaron nueve años y medio desde lo ocurrido. En ese entonces, yo había sido abusado sexualmente. Cuando nos enteramos que mi hijo confesó haber sido violado a los 11 años por el pastor, hicimos la denuncia, que es lo que corresponde”, le contó el hombre a la prensa de Río Cuarto.
El jueves a la noche, Paredez fue detenido en su casa de Las Perdices, cercana a la iglesia en la que daba sus sermones. No opuso resistencia en el momento que las esposas cercaron sus manos enlazadas.
Sus dos hijos y su esposa, también pastores de la iglesia, miraban con asombro lo que sucedía, según relataron quienes participaron de este operativo.
Antes de la captura, los uniformados policiales allanaron la casa y secuestraron su teléfono celular y su computadora.
Puertas adentro
Otro dato que ahora se investiga es si el pastor fue denunciado ante las autoridades de su iglesia.
Algunos allegados al templo señalaron que “la Iglesia Evangélica Biblia Abierta-Ministerio Restauración y Vida está inscripta en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación”. Vecinos de Las Perdices aseguraron que Paredez sería miembro de la conducción nacional de esa institución religiosa. Todo esto es materia de investigación judicial.
Una fuente con acceso a la causa que se sustancia en los tribunales de Villa María confió que el pastor es respetado en el pueblo y que los feligreses habrían colaborado, incluso, con la construcción de su nueva casa, que estaba a punto de habitar el ahora detenido.
Por eso, el asombro y la indignación ayer se había generalizado en Las Perdices, donde la detención del pastor se convirtió en el tema de conversación obligado en el pueblo, mientras por lo bajo algunos ya vaticinan que esta madeja recién comienza a desenredarse.
Otro pastor evangélico con fuerte ascendencia en parte de la comunidad de la ciudad de Jesús María permanece detenido desde marzo del año pasado, acusado por una serie de abusos sexuales. El mes pasado, comenzó el juicio en su contra en la Cámara 8ª del Crimen de la ciudad de Córdoba.
Se trata del líder de la iglesia Josafat, Arturo Humberto Peralta (55), quien continúa con prisión preventiva en la cárcel de Bouwer y sobre quien pesan 10 acusaciones de supuestos abusos sexuales con y sin acceso carnal, según la causa que el fiscal de instrucción de Jesús María, Guillermo Monti, decidió elevar a juicio oral en septiembre.
De acuerdo con la causa, en cuatro de los casos las mujeres habrían sufrido abuso sexual sin acceso carnal en una sola oportunidad; otras cinco, abuso sexual sin acceso carnal en forma continuada; y la restante, abuso sexual con acceso carnal reiterado.
El presunto victimario se habría valido de su condición de religioso y recibía a personas humildes y vulnerables que concurrían a la iglesia Josafat, frente a la ruta 9 norte. Según la causa judicial, presuntamente su método consistía en lograr que le confiaran sus problemas, incluso secretos íntimos, para luego extorsionar a las mujeres. Acto seguido, las habría amenazado con divulgar lo que sabía de ellas.
“Te citaba para hablar y te encerraba, cerraba la puerta del frente con llave y la otra puerta que da a la iglesia con traba. Ahí empezaba. Yo, hasta llorando, le pedía que me dejara ir, que me soltara, que yo no quería. En algunos casos, te dejaba y en algunos no”, supo relatar hace un tiempo una de las mujeres denunciantes.