Con la jueza de la causa a la cabeza, 6 embarcaciones, 2 lanchas semirrígidas, 1 helicóptero y efectivos de la prefectura trabajan en uno de los brazos del ríos Paraná Guazú donde fueron encontrados los restos de la aeronave
Con la primera luz del día y tal como estaba previsto desde el hallazgo del avión desaparecido marca mitsubishi matrícula LV-MCV y que era buscado desde el pasado 24 de julio con tres personas a bordo, comenzaron las tareas en uno de los brazos del río Paraná Gauzú para desenterrar la aeronave y tratar de saber si se encuentran en su interior los tripulantes.
Según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales, trabajan en el lugar 6 embarcaciones, 2 lanchas semirrígidas, 1 helicóptero y un total de 20 efectivos de la Prefectura. Además, la Policía Bonaerense también fue convocada para colaborar con las tareas.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) informó anoche a través de un comunicado que "hoy cerca de las 17.40 hs una aeronave perteneciente a este organismo encontró restos de una aeronave mientras sobrevolaba la zona de confluencia de los ríos Paraná Guazú y Barca Grande del delta bonaerense".
El comunicado detallaba que "las mismas se encontraban semienterradas en un sector pantanoso, en un cráter tapado por agua y vegetación".
Consultadas por LA NACION, fuentes oficiales indicaron anoche que hasta el lugar fue trasladado el Guardacosta 78 Madryn de la Prefectura que cuenta con 10 tripulantes que se ocuparían del balizamiento de la zona hasta que comenzaran las tareas para sacar el avión. Además, en la embarcación fueron tres buzos tácticos encargados de buscar a Matías Aristi, hijo del dueño de la empresa Aibal SA, propietaria del avión y los pilotos, Matías Ronzano y Emanuel Vega..
Cerca de las 7 de la mañana la jueza de la causa, Sandra Arroyo Salgado , junto a los abogados de las familias partieron en un helicóptero desde el aeropuerto de San Fernando hasta el lugar donde están los restos del mitsubishi matrícula LV-MCV.
Fuentes oficiales adelantaron que el trabajo demandará varias horas, incluso días, ya que una vez desenterrado se deberá hacer el traslado hasta la zona que dictamine la Justicia para que se hagan los peritajes correspondientes. Sin embargo, no se hará ningún trabajo directo en la aeronave sin el aval de la magistrada.
En tanto, desde temprano no hay acceso al lobby principal del aeropuerto de San Fernando donde están familiares de los tripulantes. Sólo se ven autos que salen y entran del predio, pero nadie habla.
A diferencia de otras oportunidades durante la ardua búsqueda del avión, hoy no se ven familiares y allegados de los pilotos y del tripulante caminando por las afueras de la confitería. Hay mucho hermetismo y efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) custodian celosamente el ingreso al aeropuerto.