Tom Cruise vuelve con todo en “Misión imposible”, una experiencia inolvidable

La séptima entrega de la saga es cine en su máximo esplendor y su perfección no tiene nada que se le parezca

En la temporada de premios a lo mejor del 2022, Steven Spielberg se cruzó con Tom Cruise y le dijo, hablando de Top Gun Maverick: “Este año le salvaste el trasero a toda la industria”. Que el director más popular del mundo diga eso es la muestra clara de qué lugar está ocupando desde hace algunos años el actor. Misión imposible: sentencia mortal – parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One) es la prueba definitiva de que la estrella de la saga ha decidido apostar como nadie al cine, entregando todo lo que tiene para que sus películas se transformen en espectáculos cinematográficos incomparables.

No solo promociona su propia película, pues en estos días hemos visto a Cruise asistir a a funciones de Indiana Jones y el dial del destino, Barbie y Oppenheimer. La pasión que tiene por el cine se ve en cada minuto de esta nueva entrega de Misión imposible. Ningún artista parece amar tanto las películas y la experiencia de las salas como lo hace él. Tom Cruise no hace contenidos, Tom Cruise hace cine.

Es también productor y se involucra en cada uno de los aspectos de la saga. Aunque no es director, los largometrajes de esta serie cinematográfica son su gran obra, sin duda el proyecto más personal que ha realizado en su exitosa carrera. Como todos saben, Tom ha trabajado con los más grandes directores, incluyendo a Martin Scorsese, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Stanley Kubrick, Paul Thomas Anderson, John Woo y Brian De Palma. De todos parece haber aprendido algo y a los últimos dos de los recién mencionados los tuvo dirigiendo en las primeras entregas de Mission: Impossible.

El inicio de esta franquicia basada en la serie creada por Bruce Geller fue en 1996, no por casualidad el año en el cual el actor comenzó su madurez como estrella. Luego de tener cuatro grandes directores, Cruise incorporó al proyecto a Christopher McQuarrie, el guionista de Los sospechosos de siempre, que lo había dirigido antes en Jack Reacher (2012). Esta séptima entrega lo tiene como productor junto a Cruise y también como guionista. Ellos armaron esta maravilla cinematográfica que el mundo disfruta.

Misión imposible: sentencia mortal – parte uno tiene todo lo que se espera de Cruise, incluyendo una acrobacia difícil y peligrosa que él mismo se encargó de que todo el planeta conociera antes del estreno. Es un truco de marketing que ya usó en los films anteriores y que le da a todo el conjunto una credibilidad total en un mundo donde todo parece haberse vuelto pantalla verde. Una vez más: Tom Cruise es cine en estado puro. En esas cosas consigue que le creamos más a él que a cualquier otra estrella. Se debe a su público y le da lo mejor que tiene para ofrecer.

Hay dos cosas que muestran el conocimiento cinematográfico que tienen Cruise y McQuarrie. Por un lado, el concentrarse en un objeto que sea la excusa para desplegar toda la aventura y la intriga internacional. Lo que el director británico Alfred Hitchcock llamaba MacGuffin, es decir una excusa para hacer avanzar la trama. En este caso es una llave dividida en dos partes. El mundo correrá detrás de estas llaves y será Ethan Hunt quien deba llegar primero si queremos que el mundo siga existiendo. El otro punto es también muy importante y es el villano. ¿Quién podría representar todos los miedos del mundo en el año 2023? La respuesta es simple: una inteligencia artificial fuera de control. Una IA experimental llamada “La Entidad”, diseñada para infiltrarse y sabotear cualquier sistema se ha vuelto consciente y tiene al mundo atrapado. La única forma de detenerla está en esas llaves. ¿Pero cómo vencer a quien tiene acceso a toda la información del planeta?

Mientras todo esto ocurre, Ethan Hunt da la vuelta al mundo en una persecución desenfrenada y una carrera contra quienes apoderarse de la llave y finalmente dominar a “La entidad”. Es interesante que un proyecto que se empezó a armar años atrás, ya pudiera adivinar hacia donde iría el interés de la sociedad. Pero, por encima de cualquier otra cosa Misión imposible 7, es una experiencia cinematográfica abrumadora.

La certeza de que es por esta clase de films que el cine sigue vivo. La perfección técnica que tiene no se puede comparar con nada. Los efectos visuales tan cuestionados de Marvel que le han hecho creer a muchos que ya no hay interés por hacer las cosas bien acá no existen. Los planos en lugares reales y los efectos digitales, todo se ve integrado en todos y cada uno de los planos sin que haya un solo efecto fuera de lugar o feo a la vista. Se pueden hacer las cosas bien y esta es la prueba. La perfección incluye el tema original compuesto por el músico argentino Lalo Schifrin, el mismo que se hizo para la serie y hoy hace estallar la sala cada vez que suena.

El Ethan Hunt de las películas de Misión imposible es un agente que responde sólo a lo que cree correcto. Tiene una ética que va por encima de cualquier misión y responde a ella por el bien común. Y su propia vida vale menos que la de sus compañeros de equipo. Es un líder que no lucha por el poder, sino por la humanidad. Tiene una personalidad más clara que la de la mayoría de los héroes actuales y tiene una coherencia que indica que no es casual todo lo que pasa a lo largo de las películas. La ética de la saga no es solo la de él, sino la de sus compañeros y, eventualmente, la de alguno de sus perseguidores.

La séptima entrega es de una calidad técnica apabullante. No hay una sola película de superhéroes actual que se le acerca en lo que a efectos visuales y especiales. Incluso, otros grandes títulos como John Wick 4 son casi perfectos, pero no tienen el cuidado que aquí se observa. No hay lugar para trucos baratos en esta historia que ha mejorado título tras título.

El último tercio de Misión imposible: sentencia mortal – parte uno supera la expectativas que incluso los propios avances prometían. Se nota que Tom Cruise comienza a despedirse del personaje y quiere que todo sea memorable. Esta mezcla alocada de James Bond con Buster Keaton y Jackie Chan lo ha colocado en lo más alto del cine. Muchas interrogantes pueden surgir al finalizarla, pero lo que sí aparece es una certeza: necesitamos ya que se estrene la segunda parte, la aventura más grande promete un final que le de cierre perfecto a unas películas que ya están en la historia más grande del cine.

Santiago García

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