El ex baterista de Guns N ‘Roses, Steven Adler, fue internado por apuñalarse a sí mismo en el estómago en su casa en Los Ángeles, según publicó el portal de noticias TMZ.
Al parecer el teléfono de emergencias 911 recibió una llamada desde la casa del rockero este jueves por la tarde para avisar de un «apuñalamiento». La Policía y la emergencia médica que se trasladaron a la vivienda encontraron a Adler con una puñalada en el estómago.
Las autoridades del sanatorio a donde fue derivado informaron que «su vida no corre peligro». La Policía no cree que haya nadie más que el músico implicado en la agresión y no descarta que la autolesión haya sido fruto de la misma adicción a las drogas por la que fue expulsado de la banda en 1990.
Steven Adler, el baterista original de los Guns está distanciado de la banda desde hace años y culpa de eso al cantante. Sin ningún prurito, el músico afirma que tanto él como otros miembros fueron echandos de la banda porque «Axl Roses quería tomar el control de todo».
Adler fue el primer integrante de la formación clásica en ser desplazado, supuestamente debido a que sus problemas con las drogas le impedían tocar. «Si la gente cree que me echaron por drogarme, se equivoca -dijo el batero en una entrevista al podcast One On One With Mitch Lafon-. Todos se drogaban, y yo lo hacía menos que cualquiera. Me echaron a mí, luego a Izzy y después a Slash y Duff porque Axl quería tomar el control de todo. Quería adueñarse del nombre, ser el único al que le pagaran por las canciones, ser el manager, el contador y todo, cuando lo único que necesita es pararse y cantar como la puta madre, como lo hace».
El músico agregó que el vocalista «quería adueñarse de todo como Elton John. Quería ser como él o Billy Joel. Quería ser un pianoman, lo cual estaba bien, pero eso no es Guns N’ Roses. Dejá la banda como es y hace tus cosas solista, como lo hacen otros. Pero eso es lo que quería y así fue lo que pasó».
Según la versión de Adler, «fui el primero en irme, porque era el tipo más sencillo y bueno. Me patearon. Querían que firmara un contrato con mi abogado en una oficina, y yo estaba en muy malas condiciones en esa época. No tenía idea de que estaba renunciando a mis derechos, al nombre, a las regalías. Básicamente, querían darme 2.000 dólares y arrojarme a la calle. Y gracias a Dios que mi madre se dio cuenta de lo que sucedía y me consiguió un abogado».