En diálogo con Teleshow, habla de la inspiración en su familia, la conexión que busca con el público y el desafío de convivir con la tecnología.
Por: Martina Cortés
Villa Carlos Paz, epicentro del teatro argentino cada verano, no solo deslumbra con producciones para adultos, sino que también encuentra en el público infantil una fuerza clave de cada temporada. En este panorama destaca Solcito , hija del icónico Piñón Fijo, quien, con 37 años, ha logrado consolidarse como una referente del contenido infantil en su cuarta temporada teatral.
Desde que decidió emprender su camino en solitario en 2018, Sol ha creado canciones y espectáculos que no solo cautivan a los más pequeños, sino que también logran conectar con sus familias, brindándoles una experiencia compartida. Inspirada por sus padres y sus hijos, Luna y León, la cordobesa sube al escenario con una misión clara que comparte con Teleshow: entretener y transmitir valores a las infancias a través de su arte.
A pesar de las tensiones familiares que en el pasado rodearon su vínculo con su padre,algo que como ella misma dice, sucede en las mejores familias, Sol supo mantenerse fiel a sus objetivos, consolidándose como una de las figuras más destacadas del teatro infantil cordobés. Su éxito en plazas como Carlos Paz y Mina Clavero refleja no solo su talento, sino también su capacidad para superar obstáculos y forjar un estilo propio, cimentado en el legado de su familia, pero con una identidad auténtica con El Show de Solcito. Con este espectáculo, reafirma su lugar como una artista que, además de divertir, deja una huella significativa en cada presentación, llevando alegría y aprendizaje a las infancias y sus familias.
Esta temporada, la animadora se presenta los domingos en el Auditorio Milac Navira de Mina Clavero, y los lunes y martes en el Teatro Wo de Carlos Paz. «Es todo muy hermoso y vengo trabajando hace mucho tiempo en esta propuesta que surge desde la inquietud de ser mamá y de todas las puertas que se abren a partir de este suceso tan importante en la vida de todas las madres», dice entusiasmada, antes de invitarnos a un paseo por su pasado y su presente.
—¿El público se encuentra con algo diferente a tus obras anteriores?
—Sí, venimos creciendo mucho al realizar más canciones, más videos y más cuentos para entretener a la gente. El show aparenta estar enfocado solo en los nenes, pero en realidad termina siendo un encuentro familiar donde todos se divierten y son llamados a compartir un momento de reflexión. Es un gran proyecto que llevó realizando desde que decidí convertirse en solista y, pese a situaciones como la pandemia de 2020 y las nuevas tecnologías, logré llevar a cabo.
—¿Sentís un cambio en esta temporada teatral?
— Tanto en Carlos Paz como en Mina Clavero, que es un lugar que le guardo cariño porque hice varios shows con mi papá, veo a la gente ir con las mismas ganas al teatro. Si bien son tiempos difíciles, en especial con tantos cambios tecnológicos, las propuestas continúan atrayendo a las familias. En mi caso, noté las funciones colapsadas, repletas de gente.
—¿Cómo afrontás la problemática de las pantallas con tu obra?
—Es algo que me afecta como mamá y como artista, por lo que intento crear un encuentro e identificar esa cuestión a través de la empatía y la identificación con el público. Sin embargo, no dejo de lado la tecnología, sino que forma parte como recurso de aprendizaje, pese a que intento desconectar un poco para volver a los clásicos que despiertan la imaginación y se pierden con tanta pantalla.
—¿Te pusiste como desafío llegar a un equilibrio?
—Sí, y utilizarlos como un soporte para mejorar mis funciones y generar nuevos contenidos, en especial canciones. Yo soy mamá de Luna y León, que tienen ocho y tres respectivamente, por lo que vivo dos procesos diferentes en una misma casa. Con todo eso intento gestionar y liberar las emociones que surgen de estas situaciones para luego incorporarlas en mis shows. No solo pasa con la tecnología, sino también con problemas cotidianos como el lavado de los dientes. Es una manera de poder fusionar y convivir con diferentes procesos e inquietudes que ayudan acompañar al crecimiento de los nenes, de una manera respetuosa y a su ritmo.
—¿Lo tomás como una conquista?
—Claro. Además, desde mi lugar tengo ganas de seguir creciendo, superándome con mis objetivos, de seguir llegando a más familias y a poder acompañar a los más pequeños desde un lugar de respeto, de cuidado, de escucha en un contexto de tanta hiperestimulación en la que se queman tantas etapas. Por eso, cada show, cada canción y cada devolución que me da el público es una conquista.
—¿Crees que estás viviendo tu sueño?
—Sí, es un sueño, una pasión, incluso una misión con las infancias. Si bien trabajo de manera independiente hace casi ocho años, lo cierto es que esto se gestó tiempo atrás gracias a la influencia de mi mamá, que es una mujer que se dedicó a la docencia por más de 35 años y se jubiló hace poco, como también por mi padre, que es el mismísimo Piñón Fijo. Gracias a él tuve la posibilidad de pisar todos los escenarios del país durante mucho tiempo y trabajar a su lado. En ese sentido, tuve la oportunidad de descubrir esta labor desde muy pequeña y hoy puedo confirmar que es el propósito de mi vida. Desde mis tiempos y mis ritmos puedo acompañar tanto a mis propios hijos de la manera en que yo lo deseo, como también a miles de familias que me siguen desde hace tiempo.
—¿Cuál fue tu primer recuerdo ligado a esta misión?
—No fue arriba de un escenario, sino al frente de un espejo, cantando con un desodorante en la mano y mirando a esa niña que era yo. En ese momento pude confirmar lo que sentía al conectar con eso. Por ahí, no sabía cómo expresarlo, pero a medida que crecía, en especial con mi padre que es artista, puedo encontrar la explicación de ese llamado que tengo desde tan joven y, finalmente, con la llegada de la maternidad, despertarlo a pleno con ganas de poder y crecer y evolucionar en todos los sentidos.
—Y siendo la hija de Piñón, ¿veías una competencia por sobrepasar su nombre en el mercado?
—Nunca lo vi como una competencia, sino que veía que tenía la vara muy alta por haber crecido con un gran referente de la música infantil. Además, sentía muchísima gratitud y cierta idolatría por él, porque no solo soy su hija, sino también su admiradora. Él comenzó a trabajar como artista callejero desde que yo tenía un año y lo vi crecer en su carrera y expandir su visión. Es una gran inspiración, al igual que mi mamá. Sin embargo, en algún momento me generó cierta inseguridad que reflexioné con mis canciones. Mi primer disco se llama “Yo puedo volar” y me refiero a esos miedos para luego animarse a hacerlo por cuenta propia, escribir su propia historia y mirar a la vida a través de los ojos de uno mismo. Por eso nunca lo vi como una competencia, sino como una fuente de inspiración.
—En el pasado tuviste conflictos con tu papá, ¿cómo es su relación en la actualidad?
— Ahora estamos bien. En cualquier familia se atraviesan altibajos, pero la diferencia fue que ocurrió en nuestro caso fue que se hizo público. Sin embargo, siempre apostamos a poder escucharnos y a esperar los procesos de cada uno. En mi caso, siendo adulta y mamá, prefiero realizarlo puertas adentro, y actualmente nos encontramos en el lugar que queremos estar. Yo lo amo con locura, al igual que a mi mamá y a mi hermano, Jeremías. Somos una familia más y siento que soy una persona que tuvo sus errores, sus aciertos y, desde ese lugar, construyo una relación para dar el ejemplo a mis hijos. Y, ahora, todo lo que se tuvo que resolver se llevó a cabo en privado.
—Durante ese tiempo en que estuvieron peleados, ¿tuviste ganas de publicar una foto de tu papá sin su icónico maquillaje?
— Para nada. Soy una persona adulta que crece día a día en un intento de ser la mejor versión para mis hijos y eso sería un acto infantil. Nunca me metería con algo así y sería incoherente con mis valores.
—Ahora que su relación mejoró, ¿ves la posibilidad de volver a trabajar juntos?
—Por el momento, cada uno está enfocado en su proyecto y estamos muy bien en nuestros lugares. En mi caso, me dedico a pleno en mi rol de mamá y en mi trabajo como artista independiente, por lo que quiero darle prioridad en este tiempo.
—Si bien el 2025 recién comienza, ¿ya tenés pensado algún proyecto para lo que viene?
—Desde hace tiempo que vengo concretando sueños, entre ellos el lanzamiento de mi cuarto disco, participar de la temporada teatral de invierno en Buenos Aires, como también una breve gira por el país mientras equilibraba mi maternidad. Ahora quiero llegar a más lugares con mi show, lanzar otro disco, realizar otro cuento, como también tengo proyectos que involucran colaboraciones importantes. Además, próximamente voy a participar en la fiesta de las Colectividades de Alta Gracia, como también en más fechas que surgen para febrero. Siento que estoy viviendo desafíos hermosos que me generan mucha alegría, quiero seguir dándolo todo y espero que más familias se animen a llegar al teatro y dejarse sorprender con un encuentro lleno de emociones y momentos para reflexionar todos juntos.