Hay un antes y un después en la vida profesional de Sofía Jiménez. La primera, más naïve e inexperta, que marca sus comienzos, a los 19 años.
Fue como azafata de Sábado Bus, representando a su provincia natal, Jujuy (de ahí el apodo), y su noviazgo largo con el animador Guillermo “El Pelado” López, 20 años mayor que ella, con quién hizo varios programas de televisión y radio.
Y la segunda, más curtida, ya con el título de Licenciada en Comunicación Social de la UCES, con especialidad en periodismo, más el grato llamado para entrar a Telenoche para contar historias de vida viajando por el país.
“Sin dudas, fueron dos etapas bien distintas. Al principio, trabajando con Guille estaba más cuidada. Y además, cuando estás con alguien más grande, te dejás llevar. Y al separarme, sentí que me liberé. No se lo adjudico a la relación porque me gusta hacerme cargo de mis acciones y decisiones. Pero internamente hubo una cosa de liberación, de animarme a decir lo que pienso, de animarme a hacer sin condicionamientos”, señala.
Esta nueva Sofía, más lanzada, pero a la vez cautelosa, genuina y transparente, como le gusta definirse, siempre quiso trabajar en los medios. Ya de chica soñaba con verse en la televisión.
“Tuve una infancia súper sana, llena de amigas en el barrio. Andábamos en bicicleta y jugábamos a la bolita”, repasa. Sofía es la hermana del medio. Arriba la tiene a Inés, y abajo, a Pilar: “Ellas son pilares claves en mi vida”.
Su mamá es abogada y su papá, ingeniero agrónomo. En el secundario decidió su vocación: “Estaba en cuarto año y le pregunté a Vicky, la profesora de Medios, qué había estudiado ella para dar esa materia. ‘Comunicación Social’, me respondió”. Y ahí dije: ‘Yo quiero lo mismo’”. Y lo primero que hizo al llegar a Buenos Aires fue anotarse en el CBC de la UBA, en Comunicación Social, aunque después se cambió a la UCES.
Es modelo, fue panelista de Gran Hermano, participante de Bailando por un sueño, hizo teatro en Carlos Paz. Cuando se le pregunta cómo se define, responde: “Soy comunicadora. Siento que a través de la comunicación y, a través de mi imagen, surgen distintas plataformas: teatro, campañas publicitarias, acciones en redes sociales. Ahora estoy estudiando actuación. Está bueno poder desenvolverte en distintos rubros, ser libre y estar atenta a las oportunidades de la vida. La gente necesita encasillar. No me gustan las etiquetas ni que me encasillen. Veo la vida en constante transformación y encerrarnos en una sola cosa es antiguo”, sostiene.
El 2020 de la pandemia marcó otra bisagra en su vida y la sacudió íntegramente. Fue un año donde hizo stop. “Me separé de Juan Martín (Del Potro), con quien convivía. Necesité volver a mi departamento, volver a conectar conmigo, hacer ese parate en mi vida para preguntarme para dónde quería ir. Fue un momento de mucha introspección, de mucho silencio, de mucho trabajo interno”, confiesa.
Hoy siente que ese proceso que sigue, valió la pena y está dando resultados positivos. Festejó las tres décadas el 23 de enero, con lindas sensaciones.
“Los 30 años me regalaron madurez y adultez. Entendí todo por lo que había tenido que pasar antes. Hoy me siento más sólida, más fuerte, más segura, sobre todo de quién soy y cuáles son mis valores, hacia dónde voy y qué es lo que quiero. Siempre fui muy honesta y fiel a mí misma y a lo que mi corazón me fue dictando, pero ahora lo soy más que nunca: planto mi propia bandera”, afirma.
Lleva 11 años en los medios y nunca paró de trabajar. Dice que la siguen llamando porque ven lo genuino que hay en ella: “Nunca tuve acomodo. Todo lo que tengo es porque siempre me manejé con respeto, con ética profesional, valorando y cuidando los lugares que me daban. También, respetando a los compañeros y no creyéndomela ni tampoco sintiéndome superior”.
-Saliste airosa de tu primer Bailando, programa competitivo si los hay, donde muchas sufren; y parece que vas a estar este año también…
-Sí, este año voy a estar en La Academia (nuevo formato que combinará baile, acrobacia, canto y artes plásticas) y estoy feliz. Yo la pasé muy bien en el Bailando en 2019. Tuve suerte porque me tocó bailar el primer día, que lo ve mucha gente. Nadie daba dos mangos por esta jujeña y en mi previa, reí, lloré y encima me pusieron buena nota. Al día siguiente, el kiosquero, el de la lavandería, todos me habían visto. En las redes sociales está el que te tira mala onda, quizás. Pero de cien, encontrás uno. No soy de enroscarme o perder el tiempo en eso. Sí soy consciente de que no puedo gustarle a todo el mundo. Bienvenidas las críticas constructivas y las diferencias.
Mi abuelo mató a mi abuela. Fue una noche. La golpeó con un fierro. Llegó la ambulancia, la asistieron, pero ella no sobrevivió.
Sofía Jujuy Jiménez
-Hiciste temporada de teatro en Villa Carlos Paz. Ahora estás estudiando teatro, ¿es para vencer la timidez?
-Cero tímida, soy muy caradura. Estoy viendo la actuación como un oficio estudiando con Mónica Bruni, una genia. Analizamos textos y estoy aprendiendo técnicas. Me encantaría hacer una tira. De hecho, hice un casting para Netflix, pero después no se dio. Me quedaron esas ganas.
-Siendo comunicadora, contame cómo te parás frente al feminismo.
-Me considero feminista, pero sin fanatismo. No he ido a la marchas, pero apoyo desde mi lugar y celebro que se haya aprobado la ley del aborto. Estoy a favor del derecho individual y que cada persona pueda elegir, que tenga los recursos y la mejor información para poder decidir lo mejor de acuerdo a sus realidades, Cada situación es muy particular. Pero la fuerza mayoritaria femenina dio lugar a que esto suceda también. Veo que algo está cambiando. Veo que mi generación está viviendo la transformación. Sin dudas, mis hijos van a nacer con otra cabeza en relación a la igualdad.
La charla se pone más seria. Y al consultarle por los femicidios, Sofía baja la mirada, hace una pausa. Su abuela materna, Inés Sendín, fue víctima de un femicidio a manos de su abuelo. Sofía lo contó en televisión hace un tiempo y esa valentía hace que ahora retome el tema, con más detalles y sin miedo:
“Es una parte triste de mi vida. Lo conté en tele porque salió naturalmente, pero después me sentí re mal. Llamé a mi mamá y a mis primas para decírselo y me dijeron que me quedara tranquila, que estaba bien que se hable de eso, que la confesión no tenía que darme vergüenza. Y es cierto. Sé que muchas personas se sintieron identificadas con lo que conté que pasó en mi familia, y se animaron a hablarlo”, relata entre lágrimas.
-¿Qué sentís vos?
-Dolor. Mi abuelo mató a mi abuela. Fue una noche. La golpeó con un fierro. Llegó la ambulancia, la asistieron, pero ella no sobrevivió. Para peor, mi mamá tenía 13 años y vio todo. Quedó huérfana muy jovencita, porque, por supuesto, mi abuelo fue a la cárcel. Es una historia muy dura. (Llora) Para mí, fue fuerte haberlo sacado a la luz y que debido a eso haya dejado de ser tabú en mi familia. Dentro de todo, pudimos hablar de muchas cosas con mi tía, mis primas, mis hermanas. Y al mismo tiempo, mi mamá eligió transmitirnos que la vida es hermosa más allá de todo. Ella se recibió de abogada, fue mamá de tres hijas, nos crió con amor, nos dio una buena educación. Podía haber elegido otro camino y haber terminado en cualquier lado. Y, sobre todo, no nos implantó el odio hacia los hombres. Ni el resentimiento. No somos resentidas de la vida, completamente al contrario. Miramos para adelante porque tenemos de ejemplo a mi mamá que es grosa, fuerte y valiente.
Sofía Jujuy Jiménez confiesa que sigue en contacto con Juan Martín del Potro, su ex.
Sofía Jujuy Jiménez confiesa que sigue en contacto con Juan Martín del Potro, su ex.
-Imagino el impacto de cada femicidio para vos…
-Cada femicidio me recuerda la muerte de mi abuela. Y a la vez, la conexión con ella se agranda. Cada vez siento que conecto más con ella. Siento que me acompaña en mi crecimiento y en el paso por los medios. Siento que me cuida, me protege y desde algún lugar me ayuda a ser fuerte en las situaciones difíciles.
-¿Hacés terapia?
-Sí, hago yoga y también practico meditación. En este proceso de introspección hice un curso de PNL, que es Programación Neurolongüística. Está buenísimo: se trata de cambiar las creencias que tenemos sobre nosotros mismos y de cambiar los hábitos y generar nuevos.
-En el verano condujiste un magazine por América, ¿soñás con tener tu propio programa?
-Me encantaría, me re veo en algo así. Informadísimos era un noticiero tipo magazine, donde había noticias duras y también se hablaba de los famosos. Fue un gran desafío para mí. Pero me gustaría tener un programa con entrevistas y temas vinculados a lo espiritual, a la astrología, a la numerología. Creo mucho en eso.
-¿Tuviste que pagar derecho de piso en el espectáculo?
-Sí, a todas las mujeres nos pasa. Tenés que demostrar que podés y valés.
-¿Sos cholula?
-Cero. Odio el chisme y no me sale divulgarlos. ¿Quién soy yo para opinar y juzgar? Entiendo que es parte de un trabajo. No lo critico , pero es algo que no puedo hacer.
Me gustaría no ser tan cabeza dura, ni tan impulsiva. Igual, a los dos segundos me doy cuenta y aflojo. Sé pedir perdón y agachar la cabeza.
Sofía Jujuy Jiménez
-¿Qué te gustaría cambiar de vos?
-Por momentos, no ser tan cabeza dura, ni tan impulsiva. Igual, a los dos segundos me doy cuenta y aflojo. Sé pedir perdón y agachar la cabeza . No tengo mambos y no me gusta enroscarme. También me gustaría ser menos atolondrada.
-¿Está entre tus planes el de formar tu propia familia?
-Sí, me encantaría. Soy fan de la familia, muy apegada a mis parientes. Fueron de mucha contención en mi carrera, porque este medio es difícil, hay mucha competencia y envidia. Y además, me re veo mamá. (Risas) Tampoco lo puedo forzar. No estoy buscando novio, eso tiene que llegar solo. Hay candidatos….
-¿Serías madre soltera?
-No, admiro muchísimo a esas mujeres que tienen esa garra y esa valentía. Pero no lo sería. Al menos es lo que pienso hoy.
-¿Finalmente aprendiste algo de tenis después de tu relación con Del Potro?
-Sí, pero cuando terminé de aprender, ya estaba en otro lado… (Risas) Con Juan tengo muy buena relación. De hecho, hablamos seguido. Tenemos muy buena onda y siento mucho cariño y respeto por él y también por su familia.
-Parecían tan enamorados… Muchos incluso ya los veían casados.
-Mucha gente me pregunta: “¿Por qué no vuelven?” Sí, fue un amor muy intenso, muy pasional, muy lindo, súper sano, pero yo necesité abrirme, por eso me fui de su casa en la cuarentena el año pasado. Y apareció este viaje de introspección donde estoy, que no sé dónde terminará.
-Se podría decir que en tu vida está la puerta abierta y todo podría suceder…
-Pero ahora no volvería con Juan: cada uno esta haciendo su vida. Tampoco diría: “Jamás volvería con él”, porque nunca sabés. Dejo a que la vida me sorprenda.