El 5 de marzo de 1988, el país se despertó con la horrorosa e inesperada noticia de la muerte de Alberto Olmedo.
El Negro, que estaba haciendo temporada en Mar del Plata protagonizando la obra Éramos tan pobres, cayó al vacío desde el balcón de su departamento ubicado en el piso 11 del edificio Maral 39. En ese momento, se encontraba junto a Nancy Herrera, quien luego confirmó públicamente que estaba embarazada del capocómico. Sin embargo, según contó Silvia Pérez, compañera suya en el elenco de teatro, hasta ese momento el creador de No toca botón había mantenido una relación sentimental con con ella.
“La relación terminó ese mismo día. Él (Olmedo) estaba separado, quizá no divorciado…Pero estaba separado porque había sido después del gran escándalo en el que se descubrió que ella (Herrera) estaba saliendo con Cacho Fontana, algo que salió en las tapas de las revistas. Así que el Negro estaba solo y estaba muy mal, muy tomado durante toda esa etapa… No es que fue cuando él estaba con ella”, relató Pérez en diálogo con Luis Novaresio para Debo Decir (América), para poner en contexto la relación.
Y señaló: “De todas manera, fue una circunstancia muy difícil, de mucha confusión de roles, de sentimientos, de emociones…De querer salvar a una persona que estaba al borde de la muerte, realmente. Que estaba desencantado, que estaba desesperado… Porque había una situación muy fea que se vivía alrededor, donde todos veíamos lo que pasaba y él no quería verla”. La actriz aclaró que se refería “al consumo” y a “muchos vicios en relación a todo” que afectaban a Olmedo por aquella época.
Según explicó Silvia, a su entender todo lo que le ocurría al capocómico tenía su origen en “la falta de amor” que tenía. “Todo el mundo lo amaba y hasta el día de hoy pasa eso. Pero lo importante es amar, no que te amen”, dijo. Y reconoció que le costó mucho enfrentar la adicción de Olmedo. “Fue dificilísimo. Yo tenía 32 años. Y me sentía como salvadora, tenía una cierta omnipotencia de decir: ‘Yo te voy a ayudar’”, señaló.
Y luego agregó: “A mí se me agudizó toda la parte de deporte, de vegetarianismo, de comida sana y de todo eso porque, de alguna manera, a él le llamaba tanto la atención que existiera una persona como yo en relación a todo esto. ¡Le parecía imposible! Y, una vez, durante una semana o quizá un poquito más, él dejó de consumir absolutamente todo. Y se apagó totalmente, porque era algo que no podía manejar. Él decía: ‘Yo sé hasta donde puedo, lo dejo cuando quiero’. Y no. Pero yo era muy chica y fomentaba eso: ‘Vamos a la playa, vamos a nadar…’. Después, la mayor parte del tiempo era verlo hacer eso, sentir esa impotencia y tratar de rescatar algo que yo no conocía en ese momento”.
Minutos antes, en el informe llamado Todos tienen que ver con todos, se había mostrado un tape en el que Silvia había contado que la última vez que había visto a Olmedo había sido en la función previa a su muerte. Y que ella había decidido no ir a cenar con él y su grupo de amigos, justamente, porque esa misma noche ambos le habían puesto punto final a la relación sentimental que los unía.