La entrada a las adicciones es fácil pero salir de ellas suele ser sumamente difícil, y para algunos, imposible.
Para las estrellas del cine y la música, al problema se le suma la exposición mediática, y la facilidad del acceso a dinero y fiestas. Aquí, algunos casos de hombre famosos de la pantalla y los escenarios que lograron salir de su infierno y contaron lo difícil que fue el proceso.
La capacidad de engancharse a drogas y alcohol es muy diferente en cada persona. Mientras algunos pueden controlarse fumando un cigarrillo o bebiendo una copa de vez en cuando, para otros muchos es una pulsión obsesiva y mortal.
Robert Downy Jr. : “Mi padre me dio marihuana a los ocho”
Robert comenzó con una carrera brillante, pero las luces de Hollywood lo deslumbraron, pasó por un período de fiesta salvaje y abuso de sustancias. Esos emocionantes días y noches dieron lugar a escándalos, pérdida de contratos con los principales estudios, serios problemas con la ley y dificultades en su vida familiar.
Es una de las reinvenciones más increíbles en la historia de Hollywood. Llegó a pisar la cárcel tras ser detenido por posesión de drogas (y por consumo en lugares públicos y violar la condicional), una adicción que también acabó con su relación sentimental con Sarah Jessica Parker.
“Es como tener un arma cargada en la boca, y el dedo en el gatillo, sabes que se puede disparar en cualquier momento, pero te gusta el sabor a metal del arma”, afirmó.
Con estas palabras, Robert Downey Jr. confesó su adicción a las drogas ante un juez en 1999. El actor ya había sido condenado a tres años de libertad condicional y había estado de “vacaciones” obligadas en algún que otro centro de rehabilitación tras ser arrestado años por conducir a velocidad excesiva por las calles de Los Ángeles, y por posesión de armas, marihuana, cocaína, heroína y crack.
El actor fue condenado a 16 meses de prisión y a someterse a un tratamiento obligatorio. Pasó casi un año en una clínica, tras lo cual decidió firmemente a dejar de consumir drogas.
Sus primeras pruebas con estas sustancias empezaron de la mano de su padre, con apenas ocho años, Robert Downey Sr. le ofreció su primer cigarrillo de marihuana. A través de las drogas, crearon un vínculo “especial”.
“Sentía ese momento como un acercamiento a mi padre”, expresó el actor. Sin embargo, ese “juego” se convirtió en adicción que lo llevó a probar drogas más duras.
Tras tropezar varias varias veces, tocar fondo y lograr querer firmemente salir de sus adicciones, los amigos de Robert le ayudaron a obtener nuevos papeles y los críticos reaccionaron favorablemente a su regreso.
Tras el merecido éxito con la actuación de Downey Jr. en Iron Man, llegó el momento para recomenzar una vida, limpia y con éxito aún mayor.
Eminem: “Borró cinco años de mi vida”
Durante un extenso periodo que abarcó de 2002 a 2008, Marshall Bruce Mathers III, mejor conocido como Eminem, fue adicto a varios medicamentos recetados como Vicodin, Ambien y Valium, coincidiendo con el periodo en que había alcanzado el éxito con The Marshall Mathers LP y The Eminem Show.
En una entrevista para Rolling Stone, el rapero reveló que fue en sus veintes cuando comenzó a tomar drogas, con total normalidad: “Realmente no comenzó hasta que mi carrera despegó. Probablemente estaba en mis veintes antes de que incluso abriera mi primera cerveza. Pero en cuanto más grande era el espectáculo, más grandes eran las fiestas y las drogas siempre estuvieron presentes. Al principio fue recreativo. Podía salir de gira y después dejarlas, podía pasar el tiempo con mis hijos y pensé que todo estaría bien”.
El problema para Eminem comenzó alrededor del año 2002, cuando filmaba la película 8 Mile, una cinta que cuenta la historia de un joven que quería ser una estrella de hip hop en una escena donde predominaban los raperos de origen afroamericano.
“Pasábamos 16 horas en el set y había muy poco tiempo para dormir. Un día alguien me dio Ambien y me mandó directo a dormir. En ese momento dije ‘necesito esto todo el tiempo’, así que obtuve la prescripción. Después de cuatro o cinco meses, mi cuerpo empezó a tolerarlo y comencé a tomarlo todos los días y en mayores dosis”.
En ese periodo, Marshall había sido acusado por haber apuntado a un hombre con una pistola descargada cuando lo vio besar a Kim, su ex esposa, por lo que lo amenazó en el estacionamiento de un café en junio del 2000.
“Tomaba tantas pastillas que ni siquiera lo hacía para drogarme más. Sólo las tomaba para sentirme normal. No es que no estuviera drogado. Tomaba cantidades ridículas. En un día podía consumir entre 40 y 60 pastillas de Valium y Vicodin… tal vez 20 o 30, no sé. Estaba tomando mucha mierda”, declaró el músico.
“Mi régimen diario consistía en levantarme y tomar un Vicodin extra fuerte. No podía tomar más de uno a esa hora porque me hubiese ido al hospital inmediatamente. Cuando se acercaba la tarde, a las cinco o seis, comenzaba con dos, tres o cuatro Valium y así hora tras hora. El Ambien era el que me hacía dormir”.
En 2007, el rapero tuvo una caída que lo hizo despertar de su carrera sin límites en el mundo de estas drogas. En diciembre de ese año, Eminem tomó una droga desconocida que alguien le ofreció pues no encontraba la suya en ningún lado. Esto le provocó estar en la cama durante casi todo el mes y tuvo que ingresar de urgencia al hospital por lo que no pasó la Navidad con sus hijos ese año.
“Todo el mes de diciembre estuve dopado. No me acuerdo de nada. Sólo recuerdo no poder levantarme de la cama. No sabía si era de día, de noche, sólo sabía que tenía que usar mi baño. De pronto desperté en el hospital. Dijeron que me faltaban unas dos horas para morir”.
Eminem decidió dejar su adicción a las drogas después de que en 2007 sufriera una sobredosis por metadona por la que tuvo que ingresar en el hospital: “Si hubiera llegado al hospital unas dos horas después, habría muerto. Mis órganos se estaban cerrando. Mi hígado, riñones, todo”. Incluso llegó a estar muerto clínicamente durante unos minutos.
“He perdido mucha capacidad de memoria, todo por las pastillas que destruyen las neuronas. No sé si alguna vez probaron el Ambien, pero es una especie de borrador de memoria. Esa mierda borró cinco años de mi vida”, sigue contando. “La gente me cuenta historias y yo me quedo como: ¿Hice yo eso?”, añade Eminem.
Después de esta crisis, Eminem decidió dejar las drogas y buscó todas las herramientas posibles para huir de las adicciones; desde asistir a las iglesias hasta llamarle a Elton John por consejos.
“Sabía que tenía que cambiar mi vida. Pero la adicción es una cosa difícil. Creo que recaí a las… ¿tres semanas? Y en un mes había vuelto al punto donde estaba antes. Eso es lo que realmente me asustó. Fue entonces cuando supe: o recibía ayuda, o iba a morir”.
El ejercicio fue una práctica que le ayudó a superar poco a poco las adicciones. En 2015, Billboard publicó una declaración del rapero en la que se mostraba contento por estar haciendo ejercicio y así superarse día con día: “Me convertí en un jodido hamster. Hacía 26 kilómetros al día en una caminadora. Me levantaba por la mañana, y antes de ir al estudio, corría 13 kilómetros en aproximadamente una hora. Luego regresaba a casa y corría otros 13”.
En abril de este año el cantante compartió con todos sus seguidores en las redes sociales que está orgullosos de llevar 12 años sobrio, para celebrarlo subió a su cuenta oficial de Instagram una fotografía de una moneda con el número 12 grabado, en referencia al tiempo que lleva “limpio” y junto a las palabras “unidad”, “servicio” y “recuperación”, además regresó luego de tres años de ausencia a la industria musical con un nuevo álbum llamado Revival, un título que refleja tanto la vida personal del músico como la escena política de Estados Unidos.
Elton John: “Tarde 16 años reconocer que necesitaba ayuda”
Elton John comenzó a consumir drogas en su juventud para superar la timidez. Poco a poco, sus amigos y seres queridos se apartaron de él. Incluso su madre, finalmente, abandonó el país. Luego, en 1975, Elton casi muere de una sobredosis.
En 1990, el cantante se puso en manos de los médicos y se sometió a un ciclo de tratamiento de rehabilitación completa.
“He perdido una gran parte de mi vida en vano ya que, debido a mi adicción, estaba inmerso constantemente en mí mismo”, ha dicho al respecto de esa dura etapa.
El cantante inglés habló de sus años más duros en su autobiografía, en la que señaló que su drogadicción lo convirtió “en un monstruo”.
“Comencé a aspirar cocaína en 1974. Me gustó cómo me hizo sentir. Esa sacudida de confianza y euforia, la sensación de que de repente no me sentía tímido o intimidado, y podía hablar con cualquier persona. Había algo más en la cocaína que la forma en la que me hizo sentir: tenía cierto prestigio al respecto, estaba de moda y era exclusiva. Tomarla fue convertirme en miembro de una pequeña élite, que secretamente se entregaba a algo peligroso e ilícito. Es patético, pero eso fue lo que realmente me atrajo. Me había vuelto exitoso y popular, pero nunca me sentí genial”.
Sin embargo, poco a poco se fue dando cuenta de lo efímero de ese bienestar y cómo la adicción se fue revelando en el verdadero infierno pulsante.
“Era junio de 1983 y estábamos en Cannes, filmando un vídeo para I’m Still Standing. Habíamos empezado a las cuatro de la mañana y llevábamos todo el día. Cuando se escondió el sol, llamaron a un descanso y volví al hotel para refrescarme antes del rodaje nocturno. En el vestíbulo me topé con Simon Le Bon, que se encontraba en la ciudad con Duran Duran, y se dirigían al bar. No lo conocía tan bien, pero pensé que un trago podría animarme. Estaba dudando sobre qué pedir, cuando Simon me preguntó si alguna vez había tomado un vodka Martini (…). Los informes varían exactamente sobre lo que sucedió después. Aparentemente volví al set, exigí que comenzaran a usar las cámaras, me desnudé y comencé a rodar por el suelo. Mi entonces mánager John Reid que estaba allí, actuando como extra en el vídeo, protestó, una intervención que tomé muy mal. Tan mal, que lo golpeé en la cara”.
Los problemas personales con su homosexualidad, las fiestas y profundos traumas que tenía de niño, además de la mala relación con su madre, lo hacían pensar en una ilusoria visión de “refugio”.
“Durante dos días estuve en cuidados intensivos. Cuando volví en sí, me dijeron que había contraído una grave infección en Sudamérica y que me estaban tratando con enormes dosis de antibióticos intravenosos. Pero la fiebre volvió. Tomaron una muestra de la infección y resultó ser más grave de lo que creían. Me hicieron resonancias magnéticas y Dios sabe qué más pruebas. Los doctores le dijeron a David (Furnish, su esposo) que estuve a 24 horas de la muerte. Si la gira por Sudamérica hubiera durado un día más, estaría muerto. Tuve muchísima suerte, aunque tengo que decir que no me sentía muy afortunado entonces”.
“Intenté ayudar (a sus amigos en la música con adicciones), pero no puedes ayudar a gente que no quiere ser ayudada. Eso lo aprendí como adicto y llevo 28 años limpio y sobrio. Cuando la gente me decía mientras consumía que no debía hacerlo, me enfadaba y los echaba (…) A mí me llevó 16 años reconocer que necesitaba ayuda”, declaró en Channel 4 News.
Ed Sheeran: “No vi el sol durante meses”
Ed Sheeran decidió que era momento de parar su ritmo frenético de trabajo y darse un tiempo para encontrarse y disfrutar de un periodo de tranquilidad junto a su mujer Cherry Seaborn, algo que no había podido hacer desde el 2017 por las giras y los discos.
“Tengo una personalidad muy, muy adictiva “, ha introducido el cantante, que asegura haber identificado en las memorias de Elton John los mismos baches que él tuvo con los atracones de comida y alcohol sin control motivados por el estrés y la ansiedad: “Estoy leyendo el libro de Elton John en este momento y hay tantas cosas que hizo y que yo he hecho también…”.
Según ha contado el popular artista, uno de los más laureados del pop en la última década, a lo largo de su juventud ha sufrido varias adicciones, algo que ya adelantó en 2017. A pesar de que hace tres años contó que había sufrido problemas con las drogas, en la cumbre virtual sobre ansiedad y bienestar, con la organización Hay House, ha querido contar cuáles han sido los otros dos.
“Cuando leí que Elton decía ‘Solía darme un atracón de helado y comer cuatro postres hasta que lo vomitaba todo’, no pude evitar pensar: ‘Lo he hecho antes’. Eso y los atracones de martini con los que quería comprobar cuántos se podía beber. Yo pensaba: ‘También he hecho eso antes’”, ha asegurado Ed Sheeran, que ha detallado cómo pueden presentarse esas adicciones.
“La moderación es la clave”. Estoy cubierto entero de tatuajes, porque yo no hago las cosas a medias. Cuando iba a beber, no tenía sentido tomarme una copa de vino. Prefería tomar dos botellas. Tomar una copa de vino es tener moderación y probablemente no afectará tu día al día siguiente. Pero dos botellas de vino probablemente te hagan sentir mal después”.
El británico ha querido compartir cómo tocó fondo y cuál ha acabado siendo la fórmula para llegar a esa moderación de la que habla.
“Todos los día bebía y se volvió normal. Se había reducido a una mala dieta, a beber y ni siquiera ver la luz del sol, porque duermes en el bus de día y luego haces el show por la noche y lo celebras después. Llegué a no ver la luz del sol durante unos cuatro meses, y al final comencé a estar triste. Es probablemente lo más bajo que he estado (…) Me dije ‘¿Qué sentido tiene la vida?’”, ha admitido el cantante, que asegura que su mujer le cambió la perspectiva en ese sentido.
“Solían llamarme Teddy dos cenas, porque solía pedir dos comidas y comérmelas. Entonces empiezas a subir de peso y odias la forma en que te ves (…) Ella hace mucho ejercicio, así que comencé a correr con ella. Ella come bastante saludable. Así que yo también comencé a comer bastante saludable con ella. Además ella bebe menos, así que yo también lo hago menos. Eso lo cambió todo”, ha relatado Ed Sheeran, que admite que esa rutina también ha jugado un papel fundamental en los ataques de pánico que le solían dar y que todavía le afectan a veces en menor medida.
Sting “No puedes ver que me perteneces”
La voz de The Police pasó por momentos complicados durante su carrera por culpa de las drogas y el alcohol. Su adicción incluso lo llevó a terminar la relación con su esposa.
“‘Every breath you take”, probablemente una de sus canciones más conocidas, refleja una parte del deterioro de su vida y su salud, según cuenta el músico.
Cada aliento que tomes,
cada movimiento que hagas,
cada atadura que rompas, cada paso que des,
te estaré vigilando.
Todos y cada uno de los días,
y cada palabra que digas,
cada juego que juegues, cada noche que te quedes,
te estaré vigilando.
Oh, ¿no puedes ver
que tú me perteneces?
cómo duele mi pobre corazón
con cada paso que das.
Samuel L. Jackson: “Mi hija me encontró tirado en el piso”
El famoso actor abusaba de sustancias desde sus tiempos de universidad. Contaminó su cuerpo con LSD, alcohol y marihuana hasta muchos años después, específicamente en 1991, cuando su hija de ocho años lo encontró inconsciente en el piso del baño.
En una entrevista con la revista Esquire, Jackson revela que tocó fondo el día en el que “mi hija y mi esposa me encontraron una vez inconsciente en el suelo de mi casa”. Ellas decidieron entonces llamar a un amigo, “quien casualmente era un terapeuta especializado en lidiar con la dependencia a las drogas”.
Aquel día, Samuel L. Jackson había pasado “el día entero hartándose de tequila” y luego consiguió algo de cocaína “para despejarse”. No llegó a consumirla, porque antes se desmayó. “Al día siguiente estaba en una clínica de desintoxicación y en ese momento ni siquiera era consciente de lo importante que sería para mí. Pero desde luego que estaba preparado para ello, había llegado la hora. Me acabé cansando de los efectos de la droga, de toda esa energía malgastada”, dice el intérprete de Washington.
A partir de ese año, nunca más retomó el consumo de drogas y alcanzó una mejor comprensión de su arte, según comenta. De hecho, en 1994 interpretó lo que la mayoría considera su mejor papel: Jules Winnfield en Pulp Fiction.
Por Nallely Sánchez (Infobae)