Fue la primera en destacarse en el reality, pero su estrategia no tuvo éxito. Se trata de una deportista de 32 años cuya intensidad se percibe tanto dentro como fuera de la casa.
El regreso de Gran Hermano, con Santiago del Moro como presentador, atrajo enormes expectativas en su emisión de este lunes en Telefe. La audiencia estaba ansiosa por conocer a los participantes de esta nueva temporada, convirtiendo el estreno en lo más visto del día y del mes, alcanzando un promedio de 63,30% de share y 20,50 puntos de rating.
Durante la primera gala, una de las participantes que captó mayor atención fue Juliana Scaglione, conocida como Furia. Originaria de Belgrano, Capital Federal, con 32 años de edad, se autodefine como «deportista, entrenadora y creadora de contenido». Luce numerosos tatuajes en su cuerpo, cejas teñidas y tiene el cabello rapado.
En su relato, mencionó haber tenido una etapa como doble de riesgo y destacó un momento crucial en su vida al lanzarse desde un piso 21 en Puerto Madero. Se dedica al levantamiento de pesas y al crossfit, se identifica como bisexual y actualmente está soltera, habiendo tenido relaciones tanto con mujeres como con hombres. Se describió como una persona romántica y con un gran sentido del humor.
Poco después de ingresar a la casa, acudió al confesionario para realizar la primera nominación espontánea, siguiendo un mecanismo diferente en esta edición. A pesar de que el juego otorga tres votos al primer jugador que elige la nominación y dos votos al segundo, la voz de GH le indicó a Furia cómo proceder en el confesionario.
Tras las nominaciones, Furia quedó sorprendida al descubrir que había obtenido 22 puntos, convirtiéndose en la participante más votada para abandonar el reality, a pesar de su estrategia de juego.
La molestia de Juliana fue evidente luego de ser la más nominada en Gran Hermano. Tras conocerse los nominados, los participantes salvados comenzaron a brindar apoyo a los cuatro señalados. En ese momento, Juliana explotó emocionalmente. Después de un día difícil en el que no logró conectar con sus compañeros, expresó su descontento en voz alta, captando la atención de toda la casa.
