Emilio Disi, murió a los 74 años de edad. En octubre le habían diagnosticado cáncer de pulmón después de un control por molestias diversas y atravesó dos internaciones.
Se había decidido a luchar contra la enfermedad, pero su salud se deterioró en los últimos días. Estaba internado en el Instituto Fleming por fuertes dolores, acompañado por su familia y su mujer de toda la vida, Elvira.
El querido actor había tenido una recaída «dentro del proceso habitual de este tipo de enfermedades», según había explicado su amigo, el productor teatral Carlos Rottemberg.
Emilio Parada había sido diagnosticado con cáncer de pulmón a mediados del año pasado, luego de hacerse un chequeo médico. «Estoy peleándola. Estoy tranquilo, no me quiero poner nervioso. Sé que voy a salir, de eso estoy totalmente convencido», había dicho esperanzado, luego de conocer la noticia.
En una entrevista en el living de Susana, había contado, con el humor que lo caracteriza: «Cuando me lo contaron dije ‘permiso, voy al baño y vengo’. Me fui a la calle y empecé a putear, decía de todo. Solo. ‘Hijo de puta, te voy a ganar’. De repente me paré y dije: ‘¿Es femenino o masculino?’ Me confundí entre la quimio, el tumor…».
Durante el verano, el actor estuvo internado en varias ocasiones y debido las fuerzas que le quitaba el tratamiento de rayos y quimioterapia, mientras estaba en su casa necesitaba una persona que lo cuidara durante las 24 horas.
«Le está dando una pelea muy dura al cáncer, con toda la familia ayudándolo. Está muy bien de ánimo», dijo en febrero Laura Ferrer, la hija del corazón de Emilio, mientras su papá era internado nuevamente de urgencia debido a un cuadro de deshidratación, consecuencia del tratamiento.
Además de sus hijos y de su mujer Elvira, sus amigos Lito Grass, Luis Brandoni, Mauro Dana Alice, Carlitos Rottemberg y Javier Faroni lo acompañaron durante todo el proceso.
Hasta antes de partir, el actor estaba lleno de proyectos para volver a la actuación, entre los que estaban una obra de teatro con Brandoni y su participación en la quinta entrega de la saga que él ya había llevado al cine, Bañeros.