Mick Jagger cumple 75 y ha dedicado 56 de ellos a los Rolling Stones. Sus comportamientos arriba y abajo del escenario le ha proporcionado millones de admiradores…, y algunos detractores.
Quienes se han cruzado en su camino alternan halagos sobre su talento y reproches sobre su personalidad cambiante, su irredimible seducción, su visión del rock and roll como negocio. Nunca deja indiferente este rockero con ocho hijos (el último de ellos de apenas dos años, que tuvo con Melanie Harmick, bailarina de 31 años del American Ballet Theatre).
Músicos de su banda, artistas que han tropezado con él y algunas de las mujeres de su vida se refieren a él en esos términos; en conjunto, descripciones que nos dan una visión diferente de este cantante, bailarín, empresario, caballero de la Orden del Imperio británico e icono cultural del siglo XX.
Actriz ocasional y activista social, la nicaragüense Bianca Pérez-Mora Macías estuvo casada con Jagger entre 1971 y 1979. Su matrimonio se torció cuando el rockero empezó a verse con Jerry Hall. Jagger y Bianca solo tuvieron una hija, Jade, actualmente modelo y diseñadora de joyas. Cuando habló para EL PAÍS en 2011 aún afloraba el resentimiento hacia su célebre exmarido: «Hasta cierto punto, en mi matrimonio fui un pescado fuera del agua”, dijo. “Nunca encajé en su mundo. El día de mi boda fue muy desconcertante, me di cuenta de que no iba a tener el control de mi vida. Mick es el colmo del machismo y en cierta forma mi divorcio fue una liberación. Aunque fue difícil; no habría querido que pasara».
Compañero de fatigas (y de rifirrafes) desde mediados de los sesenta —y la otra mitad de los famosos glimmer twins—, Richards descarga en su autobiografía Vida su malestar cuando Jagger dejó colgada a la banda en 1987 para embarcarse en una gira en solitario. “La gran traición de Mick”, así define el episodio. “Mick y yo podemos no ser amigos —demasiado desgaste para eso—, pero somos los hermanos más unidos, y nada podría separarnos. Pero los hermanos se pelean. Y mi sensación fue que él me había traicionado. Mick Jagger sabe cómo me sentí, a pesar de que tal vez no comprendió lo profundo de mis sentimientos. (…) Al mismo tiempo, no podría oír a nadie diciendo algo malo de Mick. Le cortaría la garganta”. En enero de 1990 se organizó una reunión en Barbados para que hicieran las paces.
Aunque no entró en los Stones hasta 1975, Wood (que militó, primero, en la banda de Jeff Beck, y, más tarde, en los Faces) conocía a Jagger de toda la vida. “Conectamos muy bien desde el principio”, reconoce el guitarrista en su libro Memorias de un Rolling Stone. Aunque donde hay confianza…, ya se sabe. Asegura que en 1974 compusieron juntos algunas canciones de las que el cantante se apropió. “Mick tomaba algunas ideas y estructuras que luego se convertían en una canción firmada por Jagger/Richards. No me importó tener que pasar por aquello durante años: fue mi época de aprendizaje”, escribe.
Fue la primera novia seria de Jagger; se conocieron cuando él aún estudiaba en la Facultad de Económicas y ella —hermana pequeña de la conocida modelo Jean Shrimpton— trabajaba como secretaria. Llegaron a hacer planes de boda, pero en 1966 el ya cantante de los Stones empezó a mostrarse distante. Resultó que llevaba tiempo encaprichado de Marianne Faithfull. Cuando se enteró, Chrissie tomó una sobredosis. “No era para llamar la atención”, ha declarado. “Realmente quería morirme, pensaba que mi vida se había acabado”. Después salió con Steve Marriott, de los Small Faces. Hoy lleva una vida alejada del famoseo en el sur de Londres.
Una vez, Jagger le echó de su casa. Como contó Liam al NME, Mick le había invitado a una fiesta, pero ese día el cantante de Oasis iba demasiado puesto (se había tomado una pastilla antes de entrar) y terminaron mostrándole la puerta. En 2017 declaró a la misma revista refiriéndose a Jagger: “Un respeto a los dinosaurios, pero no soy esa clase de tipo. Soy antiespectáculo. Pobre cabrón, tendrá que estar bailando hasta que cumpla los 108”. Pese a todo, pone a los Stones en un altar: “Para mí es la banda definitiva de rock and roll. Los Beatles eran como magos, pero los Stones eran los tipos auténticos”.
Era una colegiala cuando conoció a los Stones en 1964, y Mick la convirtió primero en amante y, después, en musa y cantante (Jagger y Richards escribieron para ella el tema As tears go by, de 1964). En su autobiografía, Faithfull recuerda que en el Londres “del amor libre, las drogas psicodélicas, la moda, lo zen, Nitzsche, la bisutería, el existencialismo a la medida, el hedonismo y el rock and roll”, el joven Jagger “era un pequeño gamberro descarado”. En una entrevista al Daily Mail admite que lo quiso mucho, “pero separarnos fue lo mejor para los dos”. Rompieron en 1970.
Otro viejo camarada —también cantante—, compañero de fatigas musicales, juergas… con el que, según cuenta, Mick quiso compartir algo más. A mediados de los setenta, cuando Stewart estaba saliendo con la modelo Dee Harrington, Jagger le propuso realizar un cuarteto (no musical) con su entonces esposa, Bianca. Rod declinó. “Solo lo he hecho así una vez en mi vida, con un par de chicas orientales, y no me va. Soy un romántico y me gusta estar en pareja, las velas, los preliminares…, las cosas tradicionales”, expuso en una entrevista. También comparó las habilidades vocales de ambos: “Mick es un buen cantante de blues, pero técnicamente no es tan bueno como yo”.
Procedente de una complicada familia tejana, Hall llegó a París con 17 años dispuesta convertirse en modelo: y lo consiguió. Una cosa llevó a la otra, y en 1977 empezó a salir con Jagger. Se casaron por el rito balinés y estuvieron juntos 22 años, tiempo suficiente para que tuvieran cuatro hijos. También padeció las infidelidades del músico. “Es un gato callejero”, contó a The Guardian en 2010. “Tras el cuarto hijo pensé, ya está bien. Lo ha conseguido”. Desde 2016 Hall está casada con el empresario Rupert Murdoch.
La modelo Angie Bowie, esposa de David Bowie desde 1970 hasta 1980, contó a The Sun cómo, al llegar un día a casa, su secretaria le informó de que en su dormitorio Bowie y Jagger estaban pasándolo bien. Ella subió para comprobarlo. “Irrumpí en la habitación y dije: ‘¡Buenos días!, ¿listos para el desayuno, chicos?’. David estaba cubierto de almohadas y edredones y al otro lado de la cama estaba la pierna de Mick. No es solo que estuvieran juntos en la cama, es que estaban desnudos”. Ocurrió en 1973. Ambos músicos grabarían juntos en 1985 la canción Dancing in the street.
En una entrevista para la revista alemana Welt, el cantante de U2 evocaba que su primer encuentro con Jagger se había producido en 1983, en un estudio de grabación de Nueva York: “Recuerdo que él llevaba puesto lo que parecía una especie de chaqueta cruzada marina y zapatos náuticos. Estaba muy a la moda inglesa de la vieja escuela, de una manera buena y tradicional. Y este Mick Jagger parado delante de mi era muy diferente de la persona que daba rienda suelta a su audiencia. Simplemente me llamó la atención, esta diferencia entre sus lados privado y público. Años después, cuando nos conocimos y nos hicimos amigos, esa polaridad a menudo me dejaba atónito”.
El cantante y pianista no está muy de acuerdo con la forma en que Mick y los Stones llevan su carrera en los últimos tiempos. “Deberían volver a hacer discos de blues, como los que hacían al principio”, declaró en 2016 a una emisora de radio estadounidense, como recoge The Mirror. “Creo que Mick aún quiere ser alguien. Bueno, pues no lo es. Y a Keith le encantaría hacer un disco de esas características. Y opino que es lo que deberían estar haciendo”. Aun así, Elton se lleva peor con Keith Richards. “Sería horroroso ser como él. Es patético”, dijo en 1997 después de que el guitarrista le criticara por grabar la oportunista versión de Candle in the wind tras la muerte de Lady Di.
Como actriz y cantante de la versión británica del musical Hair y examante de Mick Jagger y Marc Bolan, se puede decir que Hunt vivió a tope el swinging London de los sesenta. Proclama que la canción Brown sugar, de los Stones, está inspirada en ella. Jagger se negó a aceptar la paternidad de su hija Karis, nacida en 1970, hasta que una sentencia judicial le obligó a hacerlo. “Sé que Karis sería una persona diferente si él hubiera estado cerca todo el tiempo, y en cierto modo puedo decir que ha sido una suerte que no estuviera. No tanto por él. Es por su posición, su estilo de vida, su carrera, sus amistades”, relató al Daily Mail.
El bajista Bill Wyman dejó la banda en 1993, alegando cansancio: “Me metí en esto pensando que duraría tres años, en los que me lo pasaría bien y ganaría algo de pasta. Pero llevo 30, y ya es suficiente”. No le gustan los derroteros que ha tomado el grupo desde su fuga. Wyman critica que Jagger y los demás “están ahí solo por el dinero. Venden camisetas en las que aparece también mi rostro por 200 dólares en Estados Unidos. Su gira americana la patrocina una empresa de hipotecas para gente mayor. Los Stones se han convertido en una gigantesca corporación. Están haciendo cosas que dijimos que nunca haríamos, como llevar un esmoquin y pajarita para recibir un galardón”
La ciudad de El Carmen está lista para la octava edición del Festival Provincial del…
Este sábado a las 17:00 horas, Racing Club y Cruzeiro se enfrentarán en el estadio…
Alumnos de la Escuela de Educación Técnica N°1 "General Savio" de Palpalá visitaron las instalaciones…
En el marco del concurso "El Saber Ilumina", estudiantes de segundo grado de la Escuela…
El Ministerio de Educación de la Provincia de Jujuy anticipó que en el Calendario Escolar…
El Ministerio de Educación de Jujuy, a través de la Secretaría de Planeamiento Estratégico Educativo,…