Maluma desplegó su poder de seducción y su catarata de hits en el Hipódromo de Palermo:
Con su Latin Grammy recién salido del horno a cuestas, el colombiano aterrizó con su F.A.M.E. Tour en Buenos Aires para encender a sus fanáticas cumpliendo con todos los clichés de un gran show en clave de reggaetón y pop.
Por Camila Valero
Maluma es un seductor que supo qué hacer para conquistar a 20.000 personas en 120 minutos. El colombiano de 24 años aterrizó en Buenos Aires, con su Latin Grammy en mano, para encender la noche del sábado 17 de noviembre al calor del ritmo latino.
Tras una llamativa intro de They Don’t Care About Us, por el recordado Michael Jackson, el show de reggaetón en el Hipódromo de Palermo comenzó con todos los condimentos que un espectáculo de su tipo puede tener. Cuatro pantallas, ocho bailarines, dos coristas, cuatro músicos, llamaradas, rayos láser y un cantante enfocado en el objetivo de enamorar al público.
Los agregados sumaron para iniciar una noche de baile al aire libre. Un combinado de hit radiales fueron los encargados de musicalizar los primeros minutos. 23, Corazón y Vente Pa Ca hicieron que la presencia del músico no necesitara presentación.
Con algunos pocos niños en los hombros de sus padres, la gran parte del público fue, previsiblemente, femenino, y estuvo marcado por una vocación incontenible por filmar las casi dos horas de show. En ese marco, los que marcaron su presencia desde la previa del show fueron los clubes de fans.
Así como sucede con Ricky Martin o Luis Miguel, el artista pop, que carga ya con siete años de fama, tiene también su sector de incondicionales. Y ellas, que miraban desde la primera fila, estuvieron a cargo de la decoración. En la nerviosa espera se dedicaron a recorrer los pasillos del predio entregando papelitos adhesivos a todos los presentes con una simple consigna: “Tienen que pegarlo en el flash del celular. Cuando toque Marinero iluminamos el Hipódromo de rojo”. Y cumplieron. Así, a su turno, las cámaras capturaron en vivo miles de luces coloradas.
“¡Buenos Aires! ¿Cómo están esta noche?”. Después de seis temas, la bienvenida al show finalmente la dio un presentador, mientras Maluma descansaba. En nombre del protagonista, alentó al público y rifó el premio soñado de las fanáticas: “¿Quién va a ser la elegida para subir al escenario con Maluma?”
Una joven modelo, auspiciada por una reconocida peluquería, fue la elegida de la noche pero el juego no resultó cómo se esperaba. Agustina no se emocionó al estar con el cantante, ni demostró ser una fanática como la enorme cantidad de chicas que en sus butacas anhelaban estar en su lugar. El resultado: un abucheo general durante la versión serenata de El perdedor, que no aminoró el espíritu fiestero.
“Mi mujer me va a matar, pero cuando estoy en Argentina yo soy soltero”, disparó Maluma en uno de los tantos guiños que derritieron a sus amadas. La misma tensión sexual que varios medios destacaron al ver el especial de Susana Giménez con el colombiano dijo presente en el Hipódromo, y fue llevada a un nivel más expuesto. Juan Luis Lodoño Arias enaltece a su favor su faceta de conquistador para llevar el ánimo de sus enamoradas a donde lo desee.
En ese plan, Maluma contrastó su baile más entusiasta con repetidos agradecimientos colectivos y confesiones “a corazón abierto” que enternecieron a sus seguidoras. “Detrás de Maluma hay una persona, que es Juan Luis, y quiero contarles de él hoy. Pasó mucho tiempo para volver, los extrañé un montón”, dijo secándose unas pocas ‘lágrimas’ antes de entonar la mencionada Marinero.
“Ustedes son los mejores fanáticos de todos. Llegué hoy a las 10 de la mañana a Argentina, porque estaba en Las Vegas. Estaba recibiendo nuestro Grammy. Felicitaciones”, dijo, y sus fans aplaudieron y gritaron para celebrar el galardón al mejor Álbum Vocal Pop Contemporáneo que recibió el colombiano el pasado jueves.