Eduardo Feinmann vuelve a la televisión. Se suma a la ambiciosa propuesta de LN+, con una programación totalmente renovada en la que volcará su pasión periodística y su estilo tan personal. A horas de su debut, el periodista visitó Infobae.
Por: Mariana Dahbar
Entusiasmado, preciso y sin eufemismos, habló de todo.: “Alberto Fernández sigue teniendo el rol de jefe de Gabinete, es el lobista de Cristina”, expresó.
Hoy es una de las personas más influyentes del país. Pero a pesar de ello asegura que no se la cree. “No soy una estrella”, dijo.
Es imposible comenzar sin preguntarle qué piensa de la escandalosa “vacunación VIP” que le costó el puesto al ex ministro de Salud Ginés González García. Indignado, Feinmann expresó: “Una vez más un Gobierno que se apropia del Estado. ¡Se apropiaron de las vacunas! ¡Vacunas que son para los amigos y los militantes! Demuestran el fracaso sanitario en el manejo de la pandemia y de la vacunación. Lo de Ginés, Verbitsky y compañía es una vergüenza. Es indignante. Es un escándalo. Son inmorales. Son indignos. ¡Es una conducta criminal!”.
—Ahora sí, hablemos de usted. ¿En qué momento de su vida se encuentra hoy?
—Estoy, me parece, en un buen momento. Tranquilo, con mucho trabajo, que ya es una bendición: en radio a la mañana, de vuelta el noticiero, ahora en La Nación+. En el mejor de los mundos.
—¿Cómo fue su cambio de América 24 a La Nación+?
—Normal, creo que fue un ciclo que estaba cumplido, tanto para las autoridades del canal como para mí, y decidí irme. Pensé que no iba a ubicarme otra vez en la televisión, y me llegó la propuesta de La Nación+, y aquí estoy, por arrancar el lunes 22 a las seis de la tarde –entre las seis y las ocho–. Y ahí, en el equipo, están Gabriel Iezzi, Claudio Zin, Guillermo Willy Laborda, Silvia Mercado y Diego Laje.
—¿Cuáles fueron, a su entender, los tres momentos bisagra en su profesión?
—Para mí, el primer momento importante de mi vida fue cuando me recibí de abogado. El segundo momento importante fue cuando ingresé al periodismo, Santo Biasatti me dio la gran oportunidad de ingresar en el medio como movilero en Radio del Plata. Y qué sé yo, el tercer hito más importante de mi carrera fue haber estado en Radio 10 con el Negro Oro, diez, doce, quince años, liderando la audiencia de las mañanas radiales. Eso fue impresionante.
—Hace poco en un medio hicieron un ranking de las cien personas más influyentes del país, y usted está en el número 25. ¿Cómo vive ese reconocimiento?
—Fue una sorpresa. Realmente, una sorpresa. La verdad, es un orgullo que la gente me considere en ese lugar, como uno de los cien más influyentes. Y dentro de esos cien, dentro de los cincuenta más influyentes.
—¿Por qué cree que la gente lo elige?
—La verdad, no lo sé. Creo que debe ser un trabajo de muchos años de estar en los medios, estar en la radio, en la televisión. Hacer periodismo en lugares exitosos. Y eso te coloca en un lugar, con la gente, aparentemente, importante.
—¿En algún momento de su carrera se la creyó?
—No, nunca. No me la creo. No soy estrella. Sé que algunos colegas tienen esa postura del estrellato y del “soy importante, soy importante y soy capaz de voltear un Gobierno, o de voltear ministros”. Yo la verdad no participo de eso. No me la creo.
—¿En algún momento sintió miedo por algo que hayas dicho?
—Miedo, no. No, miedo, no. Que en distintos momentos, y con todos los Gobiernos, he sufrido presiones, eso cualquier periodista o analista político las tiene en este país. Desgraciadamente. Con algunos Gobiernos, más; con otros Gobiernos, menos; pero algunas presiones se sufren.
Su visión de la política
—¿Cómo es su relación actual con el Gobierno?
—La verdad, yo personalmente no tengo ningún problema. No con el Presidente. Con el Presidente no tengo ningún problema. Y tampoco he sufrido ningún tipo de presión. Ni por el Presidente, ni por los ministros que conduce el Presidente. Yo te diría que hay un grupo de fanáticos K que rodean a la vicepresidente, y fanáticos camporistas y líderes de La Cámpora, que son muy pesados.
—¿Alguna vez le hicieron algo?
—Y, mensajes a través de interpósitas personas.
—¿Quién manda hoy, Alberto o Cristina?
—Claramente, Cristina. Claramente, Alberto Fernández para mí sigue teniendo el rol de jefe de Gabinete de Cristina. Es un lobista de Cristina. Hasta ahora no se puso el traje de presidente, sinceramente.
—¿Y piensa que se lo va a poner?
—Ya no creo. Ya perdí las esperanzas. Yo fui uno de los tantos que creyó que Alberto Fernández iba a ser distinto. Iba… Te lo pintaban en la campaña. Te lo pintaban los cercanos, “no, ya vas a ver cuando Alberto, si gana las elecciones, sea presidente…”. Alberto va a ejercer el poder de una manera muy impresionante. Él tiene la lapicera y vas a ver cómo la va a usar. Hasta ahora no se ha notado, desgraciadamente no se notó.
—Si pudiera tomar un café con Alberto Fernández, ¿qué le diría?
—Yo le diría: “Trate de despegarse más de la vicepresidente”. Nunca se ha visto en la historia argentina que un vicepresidente tenga más poder que un presidente. Esto ya desde el vamos nace mal. Esto nace malparido cuando un día de mayo de 2019 Cristina dice: “Yo elijo el candidato a presidente”. Eso no es lógico. No ocurrió en ninguna parte del mundo en toda la historia de la humanidad. No existe. No existió nunca. Entonces, la verdad, yo le diría: “Presidente, ejerza el poder. Usted elija a sus colaboradores. Usted elija al gabinete. Usted saque y ponga como usted quiera”.
Nunca se ha visto en la historia argentina que un vicepresidente tenga más poder que un preisdente
—¿Tiene alguna coincidencia con Cristina Fernández de Kirchner, como por ejemplo cuando dice que hay funcionarios que no funcionan?
—Totalmente. En eso Cristina la tiene clara, la verdad la tiene clara. La verdad, es un gabinete de cuarta.
—¿A quién salvaría del gabinete?
—A quien salvamos del gabinete… Quizás a Marcela Losardo. Me parece técnicamente bien. Tiene un problemón abajo con su segundo. La verdad son muy pocos los funcionarios que funcionan bien.
—¿Piensa que va a haber un recambio de gabinete?
—El rumor indica que, digamos, cuando uno charla con algunos hombres cercanos al Presidente dicen que tendría que dar un golpe de timón y que relanzar el Gobierno con un gabinete con más oxígeno. Algunos hablan del 1 de marzo, después del discurso del presidente en el Congreso.
—¿Cómo está después de haber tenido COVID-19?
—Muy bien.
—¿Se asustó?
—En el momento, sí, mucho. Sí, mucho. No podía respirar, hubo dos días que no respiraba directamente. Yo pensé que me moría.
—¿Pensó que se moría?
—Sí, hubo unos días que sí. Hubo días que estuve complicado.
—¿Qué pensó?
—¿Y me voy a morir acá solo? ¿En esta habitación, solo? Lo que pasa es que como es una enfermedad tan asquerosa, es un bicho asqueroso, y como no hay ninguna cura, todo era “vamos viendo”. El médico me decía: “Y vamos viendo, Eduardo. Mirá, hoy te hago una placa, te veo el pulmón, y vamos viendo si te recuperás o no”. “¿Cómo si me recupero o no?”. “Y sí, no tengo nada para darte para que te recuperes. Me daban dexametasona y anticoagulantes. Pero eso no era cura, era, qué sé yo… Era el esfuerzo, luchaba por respirar, y mi cabeza para no caerme, ¿entendés? Me costaba mucho dormir. Tenía muchísima fiebre. Entonces, todo era muy difícil.
—¿Qué opina de las vacunas? ¿Se vacunaría?
—Sí, totalmente a favor de las vacunas. Yo me vacuno todos los años contra la gripe, y cuando lo indica mi médico, me vacuno contra la neumonía. Y me vacuné, hace un año, contra la hepatitis. ¿Quién no puede estar a favor de las vacuna? Y también estoy a favor de la vacuna contra el COVID-19, y en cuanto el médico me diga “te podés vacunar”, porque todavía tengo muchos anticuerpos, obviamente me voy a vacunar. Ahora, me voy a vacunar con aquella vacuna que el médico me diga: “Mira, esta es la efectiva”. Lo que pasa es que se armó todo un gran debate, porque los antivacunas estaban en contra de la vacuna Sputnik V. Lo que pasa es que en ese momento la vacuna Sputnik V no tenía los papeles. Estaba flojita de papeles. Una vez que se determinó y las revistas internacionales de medicina determinaron que la vacuna era efectiva y cumplía con todos los requisitos, listo, punto. Así que no es una cuestión de ideología la vacuna, tampoco tiene que ser así. Así que en cuanto mi médico me diga que me vacune, con cualquiera, con la que sea, me voy a vacunar.
—¿Por quién piensa que pone las manos en el fuego Alberto Fernández?
—Qué sé yo. La verdad no tengo ni idea. No tengo ni idea. Calculo que por Cristina, porque la defiende a rajatabla.
—¿Y Cristina por quién pone las manos en el fuego?
—Yo creo que por ella misma y por su hijo Máximo. Por nadie más. Cristina piensa solamente en ella.
—¿Cómo lo ve a Máximo Kirchner? ¿Puede ser presidente en 2023?
—Cualquiera puede ser presidente. Si fue presidente Alberto Fernández, cualquiera puede ser presidente. La verdad, sinceramente. Ni él soñaba. Ni Alberto Fernández soñaba que iba a ser presidente. Nunca había ganado una elección. Nunca fue cabeza de lista de ningún lado. Nunca ganó una elección. Fue, una vez, concejal en la Ciudad de Buenos Aires porque estaba once en una lista con Cavallo-Béliz. Ni él soñaba. Así que Máximo puede ser, qué sé yo. Si lo eligen, puede ser presidente.
—¿Se imagina a Máximo Kirchner presidente?
—Ojalá que nunca ocurra. Pero puede pasar. No sé en 2023, quizás en 2027. Así lo están pensando. Lo están preparando de a poco para que en 2027 sea. No sé…
A Máximo Kirchner lo están preparando de a poco para que en 2027 sea presidente
—¿A quién ve como la oposición más fuerte hoy?
—Hoy yo veo una oposición, a ver, por derecha y por izquierda, no importa, toda la oposición. Porque la oposición no es solamente Juntos por el Cambio, la oposición son varios partidos que están ubicándose ahí. Yo los veo tibios, la verdad veo una tibieza muy fuerte.
—¿Qué va a pasar con las PASO?
—Es una ley, y la ley hay que cumplirla.
—¿Qué es lo más increíble que vio en la política que lo haya avergonzado?
—Los bolsos de López. La guita que se contaba en la Rosadita. La impunidad de Cristina. Todo eso asquea. Cuando vos hablás con gente de otros países, de afuera, periodistas o gente común, que te preguntan por el país, no lo pueden creer. No pueden creer que un partido político corrupto, como es el Frente de Todos, con Cristina a la cabeza, esté en el poder hoy. La gente me pregunta “pero cómo la pudieron votar”. No tengo explicación.
Ping pong con Eduardo Feinmann
—El papa Francisco
—Un gran hombre. Y uno de los hombres más poderosos de la Tierra hoy por hoy. Desde que fue nombrado Papa, obviamente. Y el argentino más importante de la historia.
—La Justicia argentina.
—La verdad que deja mucho que desear. Me gustaría una Justicia más efectiva y que vaya mucho más al hueso y a fondo, en especial con los temas de corrupción.
—El ego.
—Una porquería, qué sé yo. Yo no soy egocéntrico.
—El político menos creíble.
—Para mí, Cristina Kirchner.
—Mauricio Macri.
— Fue presidente cuatro años en la República Argentina, y después de Alvear en 1928, fue el primer presidente no peronista que terminó un gobierno.
—¿A Horacio Rodríguez Larreta cómo lo ves?
—Me parece que es presidenciable. Todas las encuestas lo muestran como el hombre más valorado políticamente hoy por hoy.
—¿La Cámpora?
—Es una organización. Me cuentan que es una organización que tiene un orden interno muy, muy impresionante y muy verticalista donde manda el rey, Máximo Kirchner. Creo que es una agrupación política complicada. Complicada y autoritaria.
—Elisa Carrió.
—Una mujer picante. Muy picante. Me desconcierta. Un día dice “no voy a hacer más política porque me cansó, qué sé yo”, y al otro día dice “sí, voy a ser candidata”
—Axel Kicillof.
—Uno de los peores ministros de Economía que tuvo este país y un pésimo gobernador.
—¿Cómo cree que ven en el mundo a la Argentina?
—No existimos. No existimos. Me da pena. Me da pena. Me da pena que otra vez salimos del mundo.
—¿Se iría a vivir o a trabajar a otro país?
—Elijo acá todos los días. Tengo contrato en la radio, contrato en el canal. Si surgiera alguna posibilidad, nunca lo descarto. Nunca.