La cantante volvió a alarmar a sus fans hace pocos días cuando se supo de su ingreso a una clínica psiquiátrica. Los problemas de la estrella comenzaron hace más de una década
28 de abril de 2019.
Una boda que duró apenas 55 horas, tras una «noche loca» en Las Vegas, parecía ser el primer indicio de que algo no andaba bien con Britney Spears. Era 2004 y en apenas cinco años había pasado de ser una chica con deseos de triunfar en la música a ser conocida como «La Princesa del Pop», con cuatro álbumes de estudio, dos giras mundiales y millones de discos vendidos.
La fama comenzaba a pasarle factura a la joven veinteañera que, sin imaginarlo, estaba entrando en una espiral de desastrosos incidentes que la llevarían al derrumbe, frente a millones de espectadores, como si se tratara de un reality show.
Y es que desde la publicación de su primer disco Baby One More Time, en 1999, la chica de las coletas y aspecto angelical se convirtió en una obsesión para miles. Pero Britney no quería ser siempre la niña del Club de Disney (donde empezó su carrera) y ya en su disco de 2001 lanzó el tema I’m a slave for you, en el que explotó toda su sensualidad.
Era como si una voz de rebeldía y descontrol se fuera haciendo cada vez más grande en Britney, quien -para sorpresa de muchos- se casó con el bailarín Kevin Federline en 2004. Un año después se había convertido en madre y en 2006 nació su segundo hijo.
El matrimonio con Federline se extendió apenas dos años. A finales de 2006 solicitó el divorcio. Llegó así el final de su relación y el principio de la estrepitosa caída de la estrella.
Se confirmó que las cosas no andaban bien con Britney cuando, acosada por la prensa y los paparazzi, lloró en una entrevista en vivo y pidió que la dejaran en paz. En ese entonces, la cantante era criticada por la manera de cuidar a sus hijos, por su imagen y, básicamente, por todo lo que hacía.
A partir de ese momento las fiestas con Lindsay Lohan y Paris Hilton y la conducta errática se volvieron habituales en Britney. Pero uno de sus puntos más bajos llegó el 16 de febrero de 2007, cuando ingresó a un salón de belleza en California y se rapó. Poco después entró a una clínica de rehabilitación en la que estuvo apenas un día.
Fue en esos oscuros días cuando Britney protagonizó otro incidente por el que sigue siendo recordada. Ya con la cabeza a rape y harta del acoso de los paparazzi, tomó una sombrilla y se lanzó a atacar el vehículo de un fotógrafo. Era momento de tomar medidas drásticas y Spears pasó un mes en un psiquiátrico.
«La Princesa del Pop» enfrentó después una batalla con Federline por la custodia de sus hijos y en medio de su drama personal tuvo que regresar al trabajo. En septiembre de 2007 se presentó en los MTV VMAs, pero parecía estar ausente en el escenario, con movimientos torpes y lentos e increíblemente lanzó un nuevo disco ese mismo año.
Las cosas no mejoraron para la estrella y a finales de 2007 tuvo que dejar la custodia de sus hijos a Federline además de que le ordenaron someterse a pruebas de drogas y alcohol.
En los siguientes meses todo fue una caída para Britney. En enero de 2008 se produjo otra imagen terrible de la cantante: Spears bajo los efectos de una sustancia saliendo en ambulancia de su casa para ser llevada a una clínica.
Sólo el tiempo y la intervención del padre de Spears ayudaron a que la cantante sobreviviera a esa difícil época. Britney logró un acuerdo de custodia con Federline y quedó bajo el cuidado de su padre James.
Durante una década pareció que «La Princesa del Pop» recuperaba su vida, pero un nuevo drama se desató apenas hace unos días. Semanas después de que anunciara una pausa indefinida en su carrera para cuidar a su padre, Britney ingresó a una clínica psiquiátrica para tratar una crisis de angustia.
Salió por un día para celebrar la Pascua con sus hijos y su imagen, con un sencillo vestido y el cabello desarreglado, preocupó a sus fans.
Britney publicó un video en el que, como hace años, pidió privacidad. «Mi situación es única, pero les prometo que estoy haciendo lo mejor en este momento. Su amor y dedicación son increíbles, pero lo que necesito ahora mismo es un poco de privacidad para lidiar con todas las cosas difíciles que la vida me está presentando».
Parece que el drama de «La Princesa del Pop» no ha terminado.