Un estudio en conjunto llevado a cabo por el departamento de Psicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología junto con la Universidad Estatal de Nueva York en Oswego y la Universidad Bucknell en Pensilvania, midió cuáles son las formas más efectivas de coqueteo y las estrategias que suelen ser utilizadas para un “levante” exitoso.
La investigación, titulada “Perceived Effectiveness of Flirtation Tactics: The Effects of sex, Mating Context and Individual Differences in US and Norwegian Samples“, contó con una muestra de casi mil estudiantes divididos en dos grupos: uno, en Noruega y otro, en Estados Unidos. Los encuestados tenían que calificar cuán eficientes consideraban 40 tipos de «tácticas» diferentes.
Las estrategias presentadas variaban en cuatro aspectos que ayudaron a medir la efectividad de un comportamiento u otro. Se dividía según el propósito del «levante», si apuntaban hacia una relación a corto o a largo plazo, y el género de la persona que iniciaba el coqueteo.
Leif Edward Ottesen Kennair, profesor del departamento de Psicología de la universidad europea y coautor de diversos estudios relacionados a la búsqueda de compañeros sexuales o románticos, afirma que lo primero que se debe precisar es la definición de flirtear, o coquetear.
“Flirtear involucra diferentes señales que las personas se envían mutuamente. Se hace para atraer a un/a compañero/a potencial. Tanto los hombres como las mujeres flirtean para obtener la atención de una persona deseada y quizás para lograr algún resultado romántico o sexual de ese encuentro”, explica Kennair.
Científicos de EE.UU. y Noruega enmarcan el coqueteo como un lenguaje con señas universales. Foto: ilustración Shutterstock.
Científicos de EE.UU. y Noruega enmarcan el coqueteo como un lenguaje con señas universales. Foto: ilustración Shutterstock.
Pero, ¿es posible establecer un canon que funcione para múltiples individuos a la hora de atraer a alguien? De acuerdo con el estudio, frente a un universo tan heterogéneo de personas, una teoría ha sido crucial para publicar el estudio —que ya ha sido revisado por pares de la comunidad científica— con resultados más o menos concluyentes.
La teoría de estrategias sexuales (SST por sus siglas en inglés) establece la forma en que ciertos aspectos, cualidades y comportamientos son priorizados a la hora de escoger a un/a compañero/a en el contexto del levante. Incluso agrega que, como factor determinante, los humanos solemos compartir preferencias en una pareja potencial a pesar de las diferencias culturales, la religiosidad o el nivel de extroversión.
El propósito y el género influyen en el resultado deseado
“La gente considera que las señales de que estás sexualmente disponible son más efectivas para las mujeres que están buscando una relación a corto plazo”, afirma Kennair. Algunas señales que menciona el estudio se basan en mostrar ciertos atributos corporales, caminar mostrando seguridad o vestirse de una manera considerada sensual.
Según los científicos, otras muestras de interés calificadas como más “amistosas” frente a la persona que le atrae o figura como una pareja potencial, como abrazarse o besarse en la mejilla, no funcionan en un contexto en el que la mujer solo busca una relación casual o de corto plazo en el momento del levante.
Si, por el contrario, es un hombre quien inicia el levante y desea una relación a largo plazo, no debería parecer ante el otro como alguien mezquino o poco generoso. De hecho, para uno de los coautores, el profesor Mons Bendixen: “Los signos de la generosidad y la voluntad de comprometerse funcionan mejor para los hombres si están queriendo establecer una relación a largo plazo con la otra persona”.
La táctica que menos falla
El contacto visual y el atractivo físico allana el camino en las tácticas del coqueteo en la mayoría de los contextos culturales, pero el cuestionario establece que hay otra variable en juego más allá de los gustos y las preferencias individuales.
El estudio concluyó que, en mayor o menor grado, la táctica más universal que funciona cuando se quiere flirtear es el humor y, sobre todo, la reacción del otro frente a los chistes o las bromas.
Si el humor es utilizado por los hombres en la búsqueda de una relación a largo plazo es más efectivo. En cambio, si las mujeres lo utilizan en coqueteos para relaciones a corto plazo no suele serlo.
Kennair sugiere que, si la persona no se siente muy segura de sus habilidades o su sentido del humor, comience con tácticas «más básicas» de acercamiento como mantener el contacto visual y sonreír para demostrar interés en su contraparte.
La estrategia más efectiva que se registró para cualquiera de los sexos —se trate de una relación casual o no— fue la de hacer risitas tímidas ante los chistes de la persona que nos atrae o mostrar que nos divirtió lo que hizo.
“Creemos que las características personales de cada quien afectan el modo en que coqueteamos con otro”, explica Bendixen.
Sin embargo, entre las muestras de ambos países, los investigadores encontraron que, aún al tomar en cuenta las diferencias de edad, religión, extroversión y atractivo, cuando se trata de relaciones a corto plazo, estas diferencias no tuvieron casi ningún efecto en la manera en que las tácticas eran calificadas o percibidas por las personas.