Descubren por qué las ballenas son tan grandes

Las ballenas azules, que pueden medir más de 30 metros de largo y tienen un corazón del tamaño de un coche, son las criaturas más grandes que han existido jamás.

 
Otras especies de ballenas tampoco se quedan cortas y alcanzan los 15 metros de longitud. Pero siendo su descomunal tamaño algo tan característico, no se conocía el motivo de su grandeza.
 
O, mejor dicho, por qué y cómo llegaron a ser gigantes si hace apenas dos o tres millones de años la mayoría de ellas no llegaban a tener más de 6 metros.
 
La respuesta, un equipo de investigadores, la ha encontrado en la glaciación.
 
Antes de que los polos se congelaran, cuando en el Ártico marcaba temperaturas de 10ºC y su superficie no estaba helada, las ballenas carecían de problemas para conseguir comida. Sin embargo, el desierto de hielo en el que se convirtieron estas remotas regiones provocó que la vida marina que existía se alterara y que las ballenas, que llenan sus estómagos de plancton y krill, tuvieran que pasar a recorrer largas distancias para capturar estos diminutos organismos.
 
No había cuerpo –con su anterior tamaño- que aguantara migraciones larguísimas ni boca que atrapara alimento con el que saciarse en unos pocos bocados antes de espantar a la comida.
 
"Cuanto más grande sea tu boca, más puedes atrapar y menos energía te cuesta hacerlo", explica Graham Slater, de la Universidad de Chicago y uno de los autores de la investigación a The Guardian.
 
"Si eres grande puedes almacenar más energía, tienes un tanque de combustible más grande para llegar a donde quieres ir. Si eres más grande el coste de transporte es también más bajo, así que se consigue abarcar más millas".
 
Examinando los cráneos conservados en el Museo de Ciencias Naturales Smithsonian de 63 ballenas extinguidas para estimar su longitud y teniendo en cuenta el tamaño de 13 especies vivas, se averiguó que las especies más grandes aparecieron hace dos y tres millones de años y que algunas especies más pequeñas empezaron a desaparecer. Coincide con la llegada de las capas de hielo al Ártico y el cambio de la distribución de la microfauna.
 
Se convirtieron en gigantes para sobrevivir y, sin embargo, ahora se teme por su supervivencia en un cambio climático inducido por los humanos.
 
"Si cerramos el suministro de agua fría, si el cambio climático va por la ruta que creemos que va, va a significar malas noticias para estas grandes ballenas", alerta Slater.
 
Se está volviendo a alterar la distribución de alimentos en el océano y es un cambio tan veloz que preocupa que esta vez no les dé tiempo a adaptarse.

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