¿Cómo hacía la gente para despertarse antes de la invención del despertador?

¿Alguna vez te has preguntado como hacía la gente para despertarse a un determinado horario, cuando todavía no existía el despertador que conocemos hoy? Te lo contamos

 
Entre los años 428 y 348 A.C. Platón inventó el primer despertador con un sistema sumamente ingenioso. Sucesivamente, las distintas técnicas fueron evolucionando para construir dispositivos que nos despertaran de modo más eficiente por la mañana. Sin embargo, antes de 1920, los despertadores no eran ni muy confiables ni muy accesibles.
 
Por lo tanto, las personas debían acudir a otras alternativas. A continuación te presentamos 5 históricas alternativas al despertador moderno. 
 
La vejiga 
Hasta el siglo XX, los americanos nativos utilizaban la técnica de «tomar mucha agua» antes de dormir. De este modo, la vejiga se llenaba durante la noche y antes de que salga el sol debían levantarse a orinar. 
 
El clepsidra
Los relojes de agua o clepsidra eran utilizados por civilizaciones hace miles de años. Se trata de un mecanismo para medir el tiempo utilizando un flujo regulado de agua hacia un recipiente graduado. Estos relojes eran utilizados en Egipto y servían principalmente en la noche, ya que sin el sol los relojes de sol no eran de mucha utilidad. 
 
La religión
En muchas sociedades cristianas sonaban campanas para despertar a las personas y que vayan a la iglesia en la mañana. Estas mismas campanas también eran útiles para indicar a las personas qué hora del día era, ya que muchas personas no usaban relojes aún. 
 
Los despertadores humanos
Ser knocker-up o despertadores humanos era una profesión durante la Revolución Industrial. Estas personas empleaban palo largo para golpear en la ventana de las personas a la hora que deseaban despertarse. Era un método eficiente ya que el knocker-up no se podía ir hasta que el cliente se despertara. Algunas empresas incluso contrataban knocker-up para asegurarse de que sus empleados llegaran a tiempo al trabajo. 
 
El silbido de las fábricas
En la Revolución Industrial, muchos trabajadores vivían cerca de la fábrica dónde trabajaban. De modo que se despertaban con el sonido del silbido de la fábrica, que se sonaba para anunciar que la jornada de trabajo comienza o finaliza. 
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