Si bien fue recibida con satisfacción por el ala progresista, la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe fue rechazada por varios episcopados del continente africano, que advirtieron que prohibirán ese gesto pastoral
Elisabetta Piqué
ROMA.- Como era de esperar, la declaración del Vaticano “Fiducia supplicans, sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, que el lunes pasado por primera vez les abrió las puertas a las bendiciones a parejas irregulares y del mismo sexo, siempre y cuando quede claro que no se trata de un matrimonio, así como causó satisfacción en sectores progresistas, también generó una rebelión y rechazo en los episcopados más conservadores.
Aunque el documento avalado por el Papa y emitido por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que conduce su teólogo de confianza, el cardenal cordobés Víctor Manuel “Tucho” Fernández, aclara en todo momento que no hay ningún cambio en la doctrina de la Iglesia sino una evolución de la comprensión pastoral de las bendiciones, en el continente africano, donde en al menos 30 países la homosexualidad es ilegal -castigada en casos incluso con pena de muerte-, algunos pusieron el grito en el cielo.
En sendos documentos emitidos en los últimos días, las conferencias episcopales de países como Camerún, Malawi, Nigeria y Zambia, al margen de criticar duramente el nuevo documento, directamente hicieron saber que las bendiciones de parejas del mismo sexo de parte de sacerdotes iban a ser prohibidas.
“En sentido literal, bendecir es hablar bien de algo. Y hablar bien de una pareja homosexual a partir de un acto de bendición significaría alentar una elección y un estilo de vida que no puede ser reconocido como objetivamente ordenado a los objetivos de Dios”, escribieron los obispos de Camerún. “Fieles a la enseñanza eclesial tradicional, que declara que los actos de homosexualidad son intrínsecamente desordenados y contrarios a la ley natural (Catecismo de la Iglesia católica número 2357), nosotros, los obispos de Camerún, reiteramos nuestro rechazo a la homosexualidad y a las uniones homosexuales”, agregaron. “Y, en consecuencia, prohibimos formalmente todas las bendiciones de parejas homosexuales en la Iglesia de Camerún”, sentenciaron.
Los obispos de Zambia, donde la homosexualidad es ilegal, difundieron un documento similar. Y dijeron que “para evitar confusión pastoral y para no violar la ley de nuestro país”, la declaración del Vaticano iba a ser objeto de mayor reflexión y de “no implementación en Zambia”.
Pero el rechazo podría ser mucho mayor y hasta podría convertirse en un “no” de todo el continente africano. El cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, república Democrática del Congo, presidente de todos los obispos africanos, en efecto, en una carta les pidió a todos los episcopados del continente que se expidieran sobre el documento antes de la segunda quincena de enero próximo. El objetivo es poder luego tomar una posición común en bloque.
“La ambigüedad de esa declaración, que se presta a numerosas interpretaciones y manipulaciones, suscita mucha perplejidad entre los fieles y creo que, en tanto pastores de la Iglesia en África, tenemos que expresarnos claramente sobre esta cuestión para darle una orientación clara a nuestros cristianos”, escribió el cardenal Ambongo, que es miembro del C-9, el consejo de cardenales de todo el mundo que asesora al Papa. En su misiva a sus colegas de los demás episcopados africanos, Ambongo incluso mencionó el documento de síntesis que se aprobó al final del reciente sínodo sobre sinodalidad, que habla del “papel determinante de las Conferencias Episcopales” y de la importancia de “evitar el riesgo de uniformidad y de centralismo en el gobierno de la Iglesia”.
En Europa, mientras obispos de Alemania — donde desde hace años algunos curas daban una bendición a parejas homosexuales-, Suiza y Bélgica recibieron con satisfacción el nuevo documento, el episcopado polaco, desde siempre más conservador, en un comunicado en el que destacó que la nueva declaración del Vaticano “no cambia en modo alguno la enseñanza actual de la Iglesia”, no ocultó su postura contraria.
Nueva explicación
Consciente de que la declaración “Fiducia supplicans, sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, ha provocado un virtual terremoto en la Iglesia católica, el portal del Vaticano, Vatican News, publicó un artículo del teólogo argentino Enrique Ciro Bianchi, sacerdote muy estimado por el papa Francisco, que volvió a explicar el significado de la declaración, que considera a las bendiciones no solo en el marco de la ritualidad litúrgica sino como un “gesto de gran valor en la piedad popular”.
“El hecho de que una pareja del mismo sexo reciba una bendición no tiene por qué significar que se está reconociendo que esa unión sea equiparable al sacramento del matrimonio. En ese punto Fiducia supplicans -y todo el magisterio de Francisco- son muy claros. La bendición de una pareja de este tipo tiene como primer significado que se los reconoce como hijos de Dios -y de la Iglesia- necesitados del amor misericordioso de Dios en sus vidas. No se trata de bendecir/aprobar la homosexualidad, sino de pedirle a Dios que ponga especialmente su mano de Padre en las vidas de estos hijos que vienen a suplicar su ayuda”, explicó.
“Quien tiene una mirada de misericordia sobre los cristianos que viven en pareja con personas del mismo sexo, no puede ser indiferente ante las situaciones dolorosas que muchas veces han vivido. Más aún cuando sus vidas pasaron por procesos físicos y culturales traumáticos como lo que denominan cambio de sexo. Si piden una bendición a la Iglesia es porque buscan que la ternura del amor de Dios restañe sus heridas. Un rechazo basado en principios abstractos fácilmente podría ser interpretado como que se cierra el acceso a las fuentes de la misericordia, esto es: como una maldición”, agregó.
“Cabe preguntarnos: ¿hasta qué punto corresponde que haya que considerar la vida sexual de una persona para decidir si se le da o no la bendición de Dios? ¿Acaso cuando se pide la bendición de una escuela se indaga sobre si la educación que allí se brinda es acorde con la doctrina de la Iglesia? ¿O cuando se bendice un club se están aprobando las actividades que allí se realizan? ¿Responde al espíritu del Evangelio realizar un examen moral de la persona antes de conceder una bendición?”, se preguntó. “Las respuestas a estas preguntas y otras similares debemos buscarlas en la contemplación de Jesucristo, que es el rostro de la misericordia del Padre, y que instituyó la Iglesia deseando que cada persona encuentre en ella un oasis de misericordia”, concluyó.
Elisabetta Piqué