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En la cumbre más tensa del Mercosur, fuerte contrapunto entre Alberto Fernández y Bolsonaro

La tensión y las disidencias habían quedado en evidencia ayer, cuando en plena reunión de cancilleres el representante de Uruguay, Francisco Bustillo, había adelantado que su país buscaría “acuerdos extra-zona” sin esperar el aval del resto de sus socios.

Por eso, el presidente Alberto Fernández inició hoy la reunión de presidentes del Mercosur con una apelación a la unidad del bloque común, amenazado por las serias divergencias en torno a esos eventuales acuerdos y al Arancel Externo Común, que Brasil (y también Uruguay) reclaman bajar de manera drástica, ante la postura del Gobierno de preservar sectores industriales que considera claves como automotores o textiles. La apelación a la unidad dio paso a durísimas críticas a sus socios Luis Lacalle Pou (Uruguay) y Jair Bolsonaro (Brasil), a quienes sin nombrarlos cuestionó por “cortarse solos” a través de esas propuestas y no cumplir con “los contratos fundantes” del bloque común.

“Nuestro compromiso fue la búsqueda del consenso, creemos en el consenso, la columna vertebral del Mercosur. Es respetar la ley de nuestro bloque, su ADN, no podemos renunciar a estos principios, y menos podemos olvidar estas reglas en medio de las disputas comerciales y una cruda competencia en el mundo”, dijo el Presidente en el Museo del Bicentenario, mientras sus pares (el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez y el chileno Sebastián Piñera) lo seguían a través de la pantalla.

En relación a la baja de aranceles, el Presidente afirmó que esta disminución “debe contemplar los sectores sensibles, apuntando a una rebaja de los insumos, y la protección de los bienes finales (…) Hicimos grandes esfuerzos por alcanzar acuerdos. Un 75 por ciento no es un número bajo, la propuesta que Argentina desplegó se fundamenta en la búsqueda de mayor productividad”, destacó. Vale aclarar que Brasil y Uruguay reclaman rebajas de aranceles en el 100 por ciento de los productos, y Paraguay en un 90 por ciento de ellos.

Fernández fue aún más duro con la propuesta de Lacalle Pou de iniciar negociaciones con otros países sin el aval del bloque. “Argentina sostiene propuestas consistentes con el tratado que nos rige, una política comercial común (…) Las negociaciones deben iniciarse y concluirse de manera conjunta, las propuestas se basan en el consenso”, recordó, y pidió “estudios de impacto antes de iniciar nuevas negociaciones con otros países ante los desafíos que representan”. Para el Presidente, “el camino es cumplir con el tratado de Asunción, negociar juntos y respetar el consenso a la hora de la toma de decisión. Es importante honrar los tratados fundacionales. El consenso es el camino más racional para preservar nuestros intereses comunes”, destacó.

Para dar mayor énfasis a su discurso de apertura, que duró 20 minutos exactos, afirmó que “nos están mirando nuestros pueblos, en un momento histórico en el que las divisiones solo pueden generar polarización y fisuras (…) Unidos, podemos consolidar un Mercosur creativo, que avanza de la mano de sus pueblos y no se corta solo imponiendo visiones unilaterales”. Citando al papa Francisco, el Presidente afirmó. “tenemos que ser artesanos de la concordia, sembrar el bien, ser profetas de la esperanza. Nadie se salva solo, un Mercosur de corazón solidario es la nave insignia de su estrategia de integración”, sostuvo.

“Unidad en la diversidad significa más diálogo y más solidaridad. Son los cimientos que nuestros pueblos sientan que son parte de este proyecto” Un Mercosur productivista, que de trabajo, que genere industria y tenga cohesión social”, dijo el presidente, con discurso leído y tono monocorde, acompañado por el canciller Felipe Solá y el ministro de Desarrollo productivo, Matías Kulfas. “Es a través de más integración, y no menos integración, que estaremos en mejores condiciones de negociar y producir”, agregó el Presidente. “No hay Mercosur sin pueblos, y sin oídos atentos al drama de la pobreza, la desocupación, la falta de oportunidades laborales”.

Luego de lamentar no haber podido encontrarse personalmente con sus pares, y sin hacer menciones al discurso de Fernández, Bolsonaro redobló la apuesta y reafirmó sus propuestas.

“No podemos dejar que el Mercosur sea sinónimo de ineficiencias, desperdicio de oportunidades y restricciones comerciales”, sostuvo. Llamó a reflejar la “imagen negativa” del bloque, y afirmó que “debimos haber avanzado” en los últimos seis meses (la presidencia argentina) en bajar aranceles y nuevos acuerdos comerciales.

“Brasil tiene apuro”, dijo Bolsonaro sin sonreír y en relación a los cambios que propone. Durante un discurso de poco más de ocho minutos, el presidente de Brasil afirmó que “estamos en contra de persistir en visiones arcaicas y defensivas” a las que relacionó con la “búsqueda de consensos” que esgrimió Fernández. Pidió también la “eliminación de trabas, para productos más baratos”, en obvia referencia a los aranceles. “El Mercosur debe ser instrumento efectivo de la promoción de la libertad y la prosperidad para nuestros pueblos”, dijo Bolsonaro, tomando distancia clara de la postura argentina.

A su turno, también el presidente Lacalle Pou también optó por un tono conciliador, pero reafirmó su decisión de avanzar en los acuerdos con terceros países.

“Comparto las palabras del Presidente Fernández: queremos un Mercosur más productivista y que dé trabajo, créannos que hacia allí apuntamos, quizá con estrategias distintas, en pertenencia al bloque. Uruguay cree en la regla del consenso, vamos a respetar el ordenamiento jurídico vigente, y atento a ese ordenamiento hemos comunicado que Uruguay pretende avanzar en acuerdos con otros países, esto no significa vulnerar ni violentar la regla del consenso. El mundo avanza hacia allá, y no nos va a esperar. Por eso, amigo Presidente, le queremos decir que hacia allá va el Uruguay, ojalá vayamos todos juntos”, dijo el presidente uruguayo.

Además del formato virtual, obligado por la pandemia, los presidentes acordaron reducir la exposición pública del debate al saludo de bienvenida de Fernández, que en el acto cederá la presidencia pro témpore del bloque a Brasil. Todavía está fresca en la memoria el intercambio verbal entre el Presidente y su par uruguayo Luis Lacalle Pou en torno al “lastre” que significaría para este último el mercado común para la economía del vecino país, a la que le siguió una “invitación” de Fernández a abandonar el Mercosur, porque-según dijo-”no queremos ser lastre de nadie”.

Ayer, también a puertas cerradas y sin testigos indiscretos, los cancilleres del Mercosur se reunieron con la intención de “allanar el camino” para la cumbre de presidentes. Allí fue donde Uruguay anunció que “iniciará” negociaciones con otros países. “Al tiempo que reivindicó su pertenencia al Mercosur, (Uruguay) comunicó que comenzará a conversar con terceros para negociar acuerdos comerciales extrazona”, afirmó la cancillería uruguaya. Con idéntico tono crítico, el canciller Bustillo informó que “en la reunión no se aprobó la reducción del arancel externo común, a pesar de que Uruguay había apoyado algunas de las propuestas presentadas, las que siempre se entendieron formando parte de un mismo paquete con la flexibilización”, destacó.

Por medio de la cancillería, Argentina le contestó anoche a Bustillo que las negociaciones unilaterales con terceros países “violan el tratado de Asunción” establecido hace tres décadas entre los países miembros, que indican que los acuerdos deben negociarse en conjunto. Y dejó trascender el “pedido de explicaciones” que los tres cancilleres restantes le habrían hecho a Bustillo por “cortarse solo” y difundir la decisión de Montevideo sin previo aviso a sus pares.

De todos modos, también la cancillería de Brasil emitió un comunicado en el que transcribió la clara postura de su representante. “El balance de este semestre no está exento de decepción (…) No se trata de desconocer los avances, sino de rendirnos al hecho de que no logramos consensos en dos temas que más han centrado nuestra atención en los últimos meses: la revisión del Arancel Externo Común y las denominadas “flexibilidades” en las negociaciones de acuerdos comerciales con socios externos”, dijo el canciller Carlos Alberto França.

“Ambos temas son elementos ineludibles de la agenda de modernización que viene desarrollando el Mercosur en los últimos años. Ambos responden al propósito de transformar al Mercosur en una verdadera plataforma para incrementar nuestra competitividad conjunta y para una inserción más intensa de nuestras economías en las cadenas productivas internacionales”, dijo el canciller, que también lamentó “no haber sido capaces de encontrar una fórmula de consenso para seguir adelante en estos temas”, y anticipó que durante su presidencia “Brasil intentará una eliminación de los obstáculos que aún existen entre nosotros y los que enfrentamos en la economía mundial, bajo el signo de la democracia, la libertad y la prosperidad”, afirmó.

Jaime Rosemberg (La Nación)

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