El viernes por la noche, el Gobierno de Ecuador ingresó a la Embajada de México en Quito y detuvo a Jorge Glas, ex vicepresidente durante el mandato de Rafael Correa (2007-2017). Esta acción ocurrió después de que el Gobierno mexicano le hubiera otorgado el asilo político que Glas había solicitado, lo que llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador a anunciar la suspensión de las relaciones diplomáticas con Ecuador.
La Policía Nacional ecuatoriana escaló los muros de la sede diplomática mexicana para arrestar a Glas, quien tenía una orden de prisión preventiva por un caso de presunta corrupción. Glas había pasado cerca de cinco años en la cárcel entre 2017 y 2022 por dos condenas vigentes por delitos que él niega, considerándose víctima de persecución política.
Varios agentes policiales también treparon las paredes y cercas de la sede diplomática mexicana, una acción que fue denunciada por Roberto Canseco como «totalmente inaceptable, es la barbarie».
Canseco informó a los periodistas que los policías ecuatorianos irrumpieron en la Embajada y agredieron al personal de guardia. «Como delincuentes allanaron la Embajada de México en Ecuador. Esto no es posible. No puede ser. Es una locura», expresó visiblemente alterado, mostrando preocupación por la seguridad de Glas.
El Gobierno ecuatoriano confirmó la detención de Glas en un comunicado en redes sociales, lo mismo hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien denunció «una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México».
López Obrador anunció: «He instruido a nuestra canciller (Alicia Bárcena) que emita un comunicado sobre este hecho autoritario, proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el Gobierno de Ecuador».
Este incidente ocurrió en medio de una tensión creciente entre ambos países, después de que el Gobierno ecuatoriano expulsara a la embajadora mexicana por unas declaraciones de López Obrador sobre el asesinato del candidato Fernando Villavicencio y su impacto en los comicios.
Desde semanas atrás, el Gobierno de Ecuador había planeado ingresar a la Embajada de México para detener a Glas, pero su solicitud de permiso fue rechazada por México. El Gobierno ecuatoriano tildó a Glas de «delincuente» y afirmó que su detención se debió a que no podía quedar impune.
Glas se había refugiado en la Embajada de México tras ser imputado por malversación de fondos en un caso en la provincia de Manabí, luego de un terremoto en 2016. Aunque se considera inocente y víctima de persecución política, un juez ordenó su captura a principios de año.
(Fuente: Adaptado de información de agencias)