La industria audivisual lleva cuatro años de crecimiento sostenido: los contenidos nacionales recibieron más de 290 premios internacionales.
Actualmente, más de 2.000 productoras de cine y televisión trabajan gracias a los subsidios y concursos.
Hasta no hace mucho, desterrar la idea de una televisión pública aburrida y politizada, por su carácter de estatal, parecía imposible. Sin embargo, en los últimos años la necesaria y saludable división entre Estado y gobierno comenzó a advertirse en el área de los contenidos de medios. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue reglamentada en 2010; hoy vale la pena repasar el nuevo mapa de la producción en este ámbito a partir de esta nueva forma de concebir la comunicación. Esta ley y la implementación del Sistema Argentino de TV Digital Terrestre (SATVD-T) crearon las condiciones para poner en marcha la TDA (Televisión Digital Abierta) y la tan esperada pluralidad de voces.
Semillero federal
A partir del plan “Fomento y Promoción de Contenidos Audiovisuales del SATVD-T”, se establecieron convenios entre el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios con la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que desarrollan concursos nacionales para la TDA. Estos incluyen: cortos y documentales ya finalizados; series (ficción y documental); y la modalidad“Nosotros”, en el que se presenta un unitario por provincia. Para medir la calidad de las producciones, basta con nombrar algunos ejemplos. “TV por la inclusión”, “Historia Clínica”; “La Celebración”; “Santos y Pecadores: Televisión por la justicia” (ON-TV) o “Esa mujer” (TV Pública), estas dos últimas nominadas al Martín Fierro. Justamente a través del canal estatal se pueden ver estos días dos series surgidas de estos concursos: la comedia “Embarcados a Europa”, con Emilio Disi y Celina Rucci, y“¿Quién mató al Bebe Uriarte?”, un policial con Miguel Ángel Solá y Federico Luppi que movilizó a la ciudad de Santa Fe. La Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) instrumentó una línea de subsidios para producciones de Medios Comunitarios y Pueblos Originarios que prevé la entrega de un total de casi $15 millones durante todo el año.
Al alcance de la mano
Las producciones que ganan estos concursos ya no quedan en anécdota: forman parte de una suerte de “nube” audiovisual que, al ser administrada por el Estado, facilita el acceso a sus contenidos. Como una suerte de sistema “on-demand” público, la CDA (Contenidos Digitales Abiertos) ofrece de manera gratuita series de ficción, documentales, unitarios, películas y deportes entre otros. El Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (BACUA) es una red digitalizada que ofrece online cientos de ciclos, pero también permite a los canales de TV emitir los programas de su catálogo, en forma gratuita. Productores independientes, organismos gubernamentales y no gubernamentales, universidades y señales que cuenten con producciones propias pueden ceder sus contenidos al Bacua donde actualmente hay disponibles casi 400 programas, entre ellos, 67 ficciones de alta calidad (más de 5.000 horas en total).
Impacto Internacional
El mercado audiovisual dejó de limitarse a las fronteras. Por eso, las ferias internacionales del rubro se convirtieron en verdaderas vidrieras para la industria argentina. No es casual, por ejemplo, que“Graduados”, la ficción con más repercusión de 2012, haya recalado en Netflix, quizá la plataforma que mejor entendió la revolución audiovisual y que picó en punta con vistas al futuro de la TV. La última edición de NAPTE, en enero en Miami, dejó datos destacables como que en cinco años, el fomento para la producción audiovisual asignado a través del Incaa pasó de 300 producciones por año a 2.000. Meses antes, en Cannes, la Argentina fue nombrada “país de honor” de Mipcom, el mercado de comercialización de contenidos y formatos para TV más importante del planeta.
La producción audiovisual ganó un empuje innegable. El desafío ahora es estar a tono con el futuro inmediato para esta región: la comunicación 3.0, la emisión de mensajes concebidos para la Multiplataforma. Por eso, ya se lanzó el Concurso Series de Ficción juvenil Multiplataforma. Pero los concursos no dan abasto para la gran cantidad de ideas que circulan, por eso desde el Afsca se busca instrumentar, junto al Banco Nación, un convenio para lanzar líneas de crédito que serán destinadas a todos los actores del sector audiovisual.
Por Analia Caballero