La segunda ola de contagios ya golpea fuerte en el interior del país.
Por: Maximiliano Fernández
En las últimas semanas, el avance de los casos hizo que muchos de los gobernadores optaran por suspender las clases presenciales y ahora cobra fuerza la posibilidad de que algunos distritos adelanten las vacaciones de invierno. La posible medida se discutirá mañana viernes en el Consejo Federal de Educación.
La Ciudad de Buenos Aires fue la primera jurisdicción que develó una revisión que ya varios gobernadores analizaban en silencio. La ministra de Educación Soledad Acuña deslizó que se evaluaban distintos escenarios de cambios en el receso invernal, tanto que se podía adelantar un mes como extender por una semana más.
Pocos días después se sumó la provincia de Buenos Aires, que internamente ya barajaba la posibilidad de modificar el calendario escolar. “Sigue en análisis. La evaluación epidemiológica de esta semana nos va a permitir conocer el impacto de las últimas medidas tomadas”, ratificaron en la cartera bonaerense.
Según supo Infobae, recientemente a la región metropolitana se agregaron otras provincias como Mendoza, Santa Fe, La Pampa, Salta o La Rioja que también contemplan como un escenario posible mover las fechas de las vacaciones de invierno.
Las provincias cuentan con suficiente autonomía como para delinear las distintas etapas del ciclo lectivo. Respecto al receso, tienen margen para ubicar esas dos semanas, pero siempre se mueven entre el primer y el último día de julio. En el calendario original, por ejemplo, tanto CABA como la provincia de Buenos Aires, tienen previsto comenzar el descanso el lunes 19 de ese mes.
En todos los casos, el objetivo que repiten en las carteras educativas es el de “ganar tiempo”. Con una campaña de vacunación que ahora sí avanza a un ritmo más acelerado, ven con buenos ojos pasar el receso para las últimas semanas de junio. De ese modo, una vez finalizado, se produciría un retorno importante a las aulas, cuando hoy casi todas las provincias tienen parcial o totalmente suspendida la presencialidad escolar.
El ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, reconoció que mover las vacaciones es una chance concreta y que se tratará mañana en la reunión del Consejo Federal. “Es una alternativa que tiene un costo educativo, pero lo estamos conversando con el área sanitaria. Pedimos una proyección de la curva de contagios y del proceso de vacunación”, señaló.
En las próximas horas, recibirán de parte de Salud la estimación para los meses de invierno. La intención es que “de modificarse la fecha, el regreso sea dentro del mayor marco de certidumbre posible”.
El inconveniente que surge es que, en caso de haber un ajuste en el ciclo lectivo, los meses más fríos del año -julio y agosto- los alumnos los pasarían en las aulas, con protocolos que exigen la ventilación cruzada permanente. Por eso, algunos distritos -con la Ciudad de Buenos Aires- evalúan también la posibilidad de, en lugar de adelantar el receso, extenderlo una semana más.
En la Ciudad se amparan en que el ciclo lectivo comenzó el 17 de febrero y que en total tiene 196 días clases; 16 más de lo que exige la ley. Por ende, eso les permitiría extender el receso una semana más, utilizando también las jornadas institucionales, en las que los chicos habitualmente no tienen clases, para amortiguar la pérdida de aprendizajes.
Mañana a las 9, todos los ministros de Educación del país tratarán la medida en una reunión virtual. Si bien la discusión se dará a nivel nacional, luego cada gobernador definirá en base a la situación sanitaria de su provincia si conviene o no modificar las vacaciones de invierno.