Jaime Perczyk, ministro de Educación de Alberto Fernández, planteará este viernes ante el Consejo Federal de Educación la iniciativa de ampliar una hora la jornada de clases en las escuelas primarias de jornada simple de todo el país. La propuesta ya generó diferentes reacciones.
El proyecto surge luego de dos años en que la educación quedó en un segundo plano, producto de la pandemia y de la suspensión de clases presenciales, en algunas provincias más de la cuenta. Un exceso que el gobernador Axel Kicillof y el presidente Fernández pagaron en las urnas el año pasado.
Mientras desde la ciudad de Buenos Aires buscaron diferenciarse de la propuesta de Perczyk, al plantear que ya tienen su propio plan que amplía las horas de clase, desde los principales gremios docentes manifestaron sus reparos a la medida. El vocero más destacado fue el titular de Suteba, Roberto Baradel.
Baradel planteó su “rechazo de toda modificación del sistema educativo que vulnere los derechos laborales, implique una sobrecarga en el trabajo docente y no esté orientada hacia la cualificación del sistema educativo”. Fue en un comunicado también firmado por la titular de Ctera, Sonia Alesso.
La fuerte sintonía que hubo los últimos dos años entre los gremios docentes oficialistas con el Gobierno -con el sostenimiento de las clases virtuales en la Provincia cuando la Ciudad avanzaba con la presencialidad- ahora parece quebrarse en la medida que la pandemia va quedando atrás y la coalición gobernante se quiebra.
Baradel debe revalidar en breve, además, su conducción en Suteba. Será el próximo 11 de mayo, frente a una nueva embestida de la titular del Suteba Matanza, Romina del Plá. Su Lista Multicolor, del Partido Obrero, se enfrenta a la celeste oficialista.
¿Qué opina Del Plá de la hora extra de clases?
Fuentes de su entorno hablan de “pura demagogia. Hoy no garantizan las cuatro horas por la situación de infraestructura y quieren quedar haciendo algo con anuncios para los medios, no para la realidad”. Mencionan la falta de nombramientos de docentes suplentes “aulas estalladas con más de 50 alumnos”.
La dirigente gremial va más allá de este proyecto puntual y su consigna electoral de cara a mayo es “por un Suteba políticamente independiente de todos los gobiernos, para enfrentar el ajuste educativo”. En su espacio se dice que la educación pública es “un centro del ajuste fondomonetarista en curso”.
Mientras en el frente interno docente se sacan chispas para ver quién se muestra más disidente, la educación argentina sangra. Casi al mismo tiempo que la iniciativa de la “hora extra” se conoció un estudio que indica que el 84 por ciento de los alumnos que empiezan la primaria no termina la secundaria en tiempo y forma.
La otra novedad de las últimas horas es que ya no será obligatorio el uso del barbijo en las aulas bonaerenses, algo que desde hace más de dos semanas es una realidad en territorio porteño. Pero en vez de quitarse el tapabocas, varios de los que deben pujar por una mejor educación en Argentina parecen estar subiéndoselo a los ojos.
PS
