Queremos compartir con ustedes algunas reflexiones en el marco de un escenario de convivencia limitada y sentimientos de incertidumbre.
La sociedad moderna, subsumida en aquello que Bermejo (2012) llamó la consagración de la mentira, necesita –con urgencia- recuperar diálogos sinceros y con la mayor amplitud posible de elementos de juicio. Hagamos un esfuerzo en este sentido.
Somos conscientes, y ya lo dijimos en reiteradas oportunidades, de las dificultades que atravesamos. La abrupta interrupción de la presencialidad en el sistema universitario expuso una serie de dificultades y desafíos. Pero también nos aventuró a un reto mayor: identificar qué nudos atender prioritariamente y con qué valores actuar sobre ellos.
La educación no presencial aparece, entonces, como una primera alternativa de solución. Nuestra FHyCS ha desarrollado un Programa de Acceso a Contenidos de Cátedra y con ello, nuevas formas de conexión. Existen más de 80 asignaturas que ya han informado sus entornos virtuales. Es un enorme avance.
Sin embargo esta propuesta no puede pensarse por fuera del contexto social. Sabemos que muchos hogares, tanto de docentes como estudiantes, no cuentan con la tecnología y la conectividad necesarias, y tampoco con la posibilidad de disponer de un tiempo y espacio propios, imprescindibles para la concentración y una buena disposición para el aprendizaje. Por eso, hemos dejado en claro a todas las cátedras que no es posible, en este escenario, exigir presentación de prácticos ni mucho menos algún tipo de evaluación.
Nuestro objetivo es que se generen puentes de contención e intercambio mientras se nos permite volver a la presencialidad. Queremos evitar que aquellxs que no pueden acceder a una conexión, se sientan excluidxs, postergadxs, atrasadxs en una falsa carrera de obstáculos y mucho menos, angustiadxs por no poder cumplir con absurdas exigencias. Ya tenemos suficiente con esta pandemia y hoy nuestra prioridad es cuidar la salud, en todas sus formas posibles.
¿Por qué insistimos en el carácter no evaluativo de las actividades? Porque en el fondo estamos hablando de cómo abordamos la desigualdad que subyace en estas prácticas. Estamos discutiendo modelos de Universidad Pública. Para algunxs la desigualdad es el motor del crecimiento, es el resultado consciente del esfuerzo individual y la preponderancia del/de la más apto/a. Para nosotros es un llamado a reconstruir solidaridades, fortalecer lazos sociales y sobre todo, educar en valores. Esa también es una función de la Universidad Pública: construir políticas de solidaridad que nos exija ponernos en el lugar del otrx.
Les dirán que estamos nivelando para abajo. Les dirán que se perderá el cuatrimestre. Dirán, en definitiva, que lo único que vale en este mundo moderno y gris es la idea del sálvense quien pueda. No estamos de acuerdo. No creemos en eso. Creemos en una Universidad que no se concentre únicamente en el conocimiento de una disciplina sino también en “una visión de la vida y los valores que provoquen en el estudiante interrogantes acerca de sus sentidos”.
Por eso hemos resuelto que las actividades virtuales tengan un carácter exclusivamente de acompañamiento. Nuestrxs docentes están haciendo un enorme esfuerzo en este sentido, superando también sus propias circunstancias, para promover la circulación de contenidos, la lectura, el intercambio de ideas y la reflexión.
Con orgullo diremos que muchxs de nuestrxs alumnxs pudieron acceder a la virtualidad, pero otrxs (no pocxs) están en los barrios, en los comedores, en organizaciones sociales, en el sistema de salud, en el circuito informal, con sus familias, buscando alternativas para paliar la necesidad de alimentos y bienes básicos; están denunciando violencias de género y reclamando derechos. ¿Quién aprende más? ¿Quién es mejor estudiante universitario?
Por eso creemos que no es momento de agregar presiones ni obligaciones a las preocupaciones que ya tenemos. Eso también es construir conocimiento social.
Ya habrá tiempo para recuperar las clases. Ya recuperaremos el cuatrimestre. Y cuando nos encontremos de nuevo, sabremos resolver juntxs los problemas de cursado, de mesas de exámenes, de correlatividades. Existen muchas alternativas, y adoptaremos, con la participación de todxs, la mejor de ella.
Hoy quedate en casa. Si podés acceder a los entornos virtuales, aprovechalo y compartilo con tus compañerxs que no tienen conexión. Si te toca cuidar a tus viejos, hacelo. Si te toca cuidar a tus hijxs o hermanitxs pequeñxs, metele con ganas. Si estás en los barrios, adelante. Si seguís militando por un Estado más justo, vale doble. Si lees, ves series, documentales o promovés acciones artísticas, compartilo. Si querés quedarte con la persona que amas, abrazá fuerte. Es tiempo de emociones porque nada volverá a ser igual.
La Facultad no te va a dejar a pata. Te vamos a esperar y rediseñaremos, entre todxs, el ciclo lectivo. No perderás nada. Habrás ganado mucho.
No sirve impacientarse. Es momento de cuidar la salud, cuidar a la gente que queremos, a lxs compañerxs. Es tiempo de unirnos en un abrazo a distancia y pensar en el conjunto de la comunidad de la FHYCS. El bien común está por encima de cualquier interés particular. Y eso no se aprende solo en las aulas, se aprende haciendo camino.
Abrazo fuerte
César Arrueta
Decano
Ignacio Bejarano
Vicedecano.