Por un lado, la Cámara de Senadores aprobó el proyecto de ley que prorroga por 4 años la ley de biocombustibles que le aporta mayor previsibilidad y seguridad jurídica al sector.
Pero por aparte se aprobó el proyecto de ley sobre Etiquetado de Alimentos donde se apunta al exceso de azúcar como uno de los principales responsables del sobrepeso y la obesidad en la argentina, advirtió el asesor del sector productivo Martín Miguel Llanos.
Respecto al proyecto de ley que prorroga hasta el 31 de diciembre de 2024 la vigencia del “Régimen de Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles” en todo el territorio nacional, creado por la Ley 26.093 de 2006, destacó que se trata de un pedido que vienen realizando en los últimos años las entidades representativas de industriales, cañeros independientes y trabajadores del NOA ya que el fin de la vigencia de la ley –que caduca en mayo de 2021- traería consecuencias devastadoras en esta importante cadena productiva”.
Además, porque “los biocombustibles contribuyen a mantener en pie, aún en la pandemia, a 20 ingenios, 16 destilerías de alcohol, 8.100 productores de caña de azúcar, 60.900 trabajadores en campo e industria directos y unos 140.000 indirectos”, afirmó. También porque se trata de un sector dinámico que agrega valor a la producción primaria y sustituye importaciones.
S bien “el proyecto de ley no alcanza para asegurar las inversiones a largo plazo que requiere la industria. Todavía queda pendiente el aumento del porcentaje de corte de las naftas y la actualización del precio del bioetanol. Muchos de los legisladores prometieron abordar en el próximo año una ley que abarque todos los aspectos que se necesita para hacer sustentable esta importante actividad regional”, explicó.
En cuanto al proyecto de ley sobre Etiquetado de Alimentos, aprobado por amplia mayoría en el Senado, que fija pautas para una alimentación saludable y establece la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos con altos contenidos de azúcares, sodio, grasas, entre otros.
Llanos aseguró que la cadena productiva está de acuerdo con una la ley para advertir sobre el consumo responsable, pero se opone al etiquetado con el sello “octógono chileno” que solo busca demonizar al azúcar, un alimento natural necesario en medida adecuada, pero no rechazado por autoridad competente alguna. Y sugieren usar la “lupa” brasileña que tiene argumentos menos controvertidos.
Pretender responsabilizar al azúcar por el sobrepeso y la obesidad, “es un grave error de diagnóstico que omite el carácter multifactorial del problema porque el consumo en nuestro país cayó un 20% en los últimos 6 años, mientras que la curva de obesidad, lamentablemente, no dejó de crecer”, afirmó.