Suba de tasas: cuánto van a pagar los plazos fijos desde hoy

La entidad monetaria resolvió subir los tipos de referencia de la economía debido a la escalada inflacionaria de 52,3% anual en febrero. Cuál es el rendimiento de colocar $100.000 hoy

El mes de febrero dejó en evidencia un proceso de inflación que se elevó un peldaño, para alcanzar el 52,3% anual según la medición del Indec, una tendencia que obliga a reconfigurar todo el esquema de tasas del sistema financiero.

Así, ayer el Banco Central el Banco volvió a subir la tasa de interés y la llevó al 44,5%: es la tercera vez en el año que autoridad monetaria eleva la tasa de referencia, que en el comienzo de 2022 estaba en 38%.

La base del mismo está dada por la tasa de interés de referencia que fija el Banco Central, a través de los rendimientos que establece para sus Letras de Liquidez (Leliq), que demarcan el sendero de los rendimientos de los depósitos a plazo fijo.

Un ahorrista que colocara hoy $100.000 a plazo fijo percibiría dentro de 30 días $103.625, es decir, intereses por $3.625. Antes de la suba de tasa, el mismo depósito hubiera obtenido un rendimiento de $3.458,33. Son apenas $166 de diferencia.
La entidad monetaria que conduce Miguel Pesce ya hizo tres subas de tasas este año que, si bien no alcanzaron para volver completamente atractivos a los rendimientos del plazo fijo tradicional a 30 días, al menos redujeron mucho lo que pierde frente a la variación del índice general de precios del Indec.

La nueva corrección al alza de los rendimientos en pesos elevó el premio que ofrecerán las colocaciones en pesos estará lejos de ser un negocio suculento pero puede acercarse a proteger el valor de los ahorros.

Esta última suba de tasa de referencia del Banco Central de marzo dejó al piso regulatorio para los plazos fijos a 30 días de personas físicas y de hasta $10 millones en el 43,5% nominal anual.

Traducido a números concretos, un ahorrista que colocara hoy $100.000 a plazo fijo percibiría dentro de 30 días $103.625, es decir, intereses por $3.625. La diferencia respecto del nivel anterior de tasa es ínfima: los plazos fijos colocados al 41,5% que regía hasta ayer devolvían a los 30 días $103.458,33, apenas $166 de diferencia.

En términos de rendimiento mensual, la tasa en pesos es del 3,62% a 30 días. Esto compara con una inflación de febrero que se disparó al 4,7% y una inflación de marzo que promete ser igual de dura.

Al efectuar el cálculo de forma anualizada, esto es, al estimar el rendimiento que arrojaría la renovación mese a mes de la colocación a 30 días más la tasa que devenga -renovando cada vez tanto el capital inicial como los intereses que se van percibiendo-, el resultado sería un interés compuesto de 53,3% de tasa efectiva anual (TEA).

Un ahorrista con $100.000 de capital que desde hoy colocara 12 depósitos consecutivos a plazo fijo de 30 días cada uno, reinvirtiendo en cada renovación tanto el capital original como cada peso de interés percibido, retiraría dentro de 360 días $153.311,42
Es decir, algo más cerca de la inflación esperada si se toma en cuentan las proyecciones del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora la propia autoridad monetaria entre agentes privados, y que estaban el 52,9% para los próximos 12 meses antes del sorpresivo dato de inflación de febrero.

Más números concretos. Un ahorrista con $100.000 de capital que desde hoy colocara 12 depósitos consecutivos a plazo fijo de 30 días cada uno, reinvirtiendo en cada renovación tanto el capital original como cada peso de interés percibido, retiraría dentro de 360 días $153.311,42, es decir, el 53,3% de tasa efectiva mencionado más arriba. Son $2.932,93 más al año en comparación con lo que rendía en términos efectivos la tasa mínima de plazos fijos que rigió hasta ayer.

No es clara la referencia que utiliza el Banco Central para mantener a la tasa por encima de la inflación. El memorando del acuerdo con el FMI aprobado marca que la tasa debe ser “real positiva”.

En términos de rendimiento mensual, la tasa en pesos es del 3,62% a 30 días. Esto compara con una inflación de febrero que se disparó al 4,7%

En su último Informe de Política Monetaria, el Banco Central advirtió que “en la inflación de marzo impactarán las actualizaciones en los precios de algunos bienes y servicios regulados como combustibles, gas y electricidad, entre otros, que ejercerán una presión alcista. Asimismo, a partir de junio se implementarán los aumentos de tarifas de gas y electricidad que se deriven de la audiencia pública respecto al tratamiento de tarifas que será convocada en abril. La suba prevista de los precios regulados permitirá recomponer gradualmente su precio relativo y contribuirá a asegurar una provisión sostenible de los mismos en el mediano y largo plazo. El esquema de actualización tarifaria se adaptará a la capacidad de pago de los usuarios, considerando las necesidades de los hogares en situación de mayor vulnerabilidad”.

En esa línea, desde la entidad monetaria aseguraron que “se propone fijar un sendero de tasas de interés que asegure la existencia de instrumentos de ahorro que generen retornos reales positivos en moneda local y profundice el desarrollo del mercado doméstico de deuda pública. Con este fin, recientemente el BCRA incrementó las tasas de interés de sus instrumentos de política monetaria en reiteradas oportunidades”.

Plazos fijos “UVA”

En este contexto, los pequeños ahorristas también deberían estar atentos a los plazos fijos UVA, es decir aquellas colocaciones indexadas por inflación. Éstas no son promocionadas por los bancos ni logran convencer del todo a los más conservadores, acostumbrados a plazos más cortos de inversión. Pero como cada vez que la inflación muestra señales de complicarse y el dólar se mantiene relativamente calmo, ganan terreno.

Quienes colocan pesos en depósitos indexados por inflación vienen gozando con creces del “veranito cambiario” que regaló hasta el momento el pico de precios de materias primas agropecuarias y la mejora de expectativas por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que parece estar diseñado para poco más que evitar un nuevo salto cambiario.

Con todo, los plazos fijos UVA siguen siendo una porción marginal de los depósitos bancarios. Se trata de colocaciones de al menos 90 días de plazo, en ese sentido más lejanas al paladar del ahorrista minorista. Y los bancos no los impulsan, ya que la demanda de crédito ajustado por UVA es poco menos que nula y tampoco hay tantas inversiones en las que colocar esos depósitos.

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