El economista que preside el Ieral de la Fundación Mediterránea, Carlos Melconian, opinó sobre el impacto económico que genera el desgaste que provocan las declaraciones contra el ministro de Economía Martín Guzmán desde distintos sectores del Gobierno.
“Es un tema 100% político. Es muy importante tener presente, salvando las enormes distancias, el último período del doctor (Raúl) Alfonsín, cuando el candidato Eduardo Angeloz le pide el cambio de ministro y lo único que hace es acelerar todos los problemas. Lejos estoy de ensayar una defensa del ministro desde el punto de vista profesional o técnico pero lo que está claro es que hay una discusión de carácter político sobre la base de la fala de resultados”, explicó el economista en referencia a las críticas del oficialismo hacia Guzmán.
Es el plan llegar, el plan no hacer nada de la mano de la inflación para dejarle el despelota a otro, para decirle que 2023 viene el ajuste
“Si vos perdés 10 partidos seguidos (que es lo que ocurre en el sendero macroeconómico con una visión estructural), este Gobierno, como otros, no ha podido torcer el rumbo. Entonces, entra en un período complicado en el escenario político que viene cada dos o cuatro años. El 90% de la cabeza política de un oficialismo que tiene la oportunidad de reelección y ven que pierden, empiezan a pensar qué hacen, dónde se ponen, y les importa tres pelotas cualquier otra cosa”, agregó Melconian.
“Quisieran que por arte de magia baje la inflación, haya plata y el nivel de actividad se sostenga. Pero simultáneamente el 90 % de las reuniones y roscas que debe haber deben estar pensando cómo se sostienen, dónde se ponen en 2023 y el décimo cuarto lugar está la cuestión económica. Son tres administraciones seguidas donde en la última parte del mandato la cuestión es la supervivencia”, indicó.
Melconian también aseguró que un cambio de signo monetario no es una solución por sí sola. “El cambio tiene que ser de régimen monetario no de signo. Si en lugar de pesos se pueden llamar gagos o merlos o australes es lo mismo. Es irrelevante. El nuevo régimen ya lo decidió la sociedad argentina. Todos los Gobiernos y todos los equipos corren detrás de la gente. Si el próximo ministro de Economía cree que es mas vivo que la gente es un gran boludo”.
Para el economista, el Gobierno toma a la inflación como un ángel y demonio al mismo tiempo. Porque por un lado es socia de la contención macro y por otro lado se “come” los salarios. “Esta discusión hay que ponerla arriba de la mesa en formato 2023. Hay que obligar a que este Gobierno piense en el país que al final de 2023 sea parte de lo que hay que hacer en el 2023″, dijo.
Parte del cambio cultural es que no puede ser inocuo que te pases un año y medio pensando en llegar para dejarle el despelote al otro
“Le aclaro a la sociedad argentina que no se la vayan a agarrar con ellos (con los que asuman en 2023), exijan ahora este tema y este dilema. Parte del cambio cultural es que no puede ser inocuo que te pases un año y medio pensando en llegar para dejarle el despelote al otro”, agregó.
“Si no lo hacen porque no hay rédito político, que la sociedad lo sepa. Es el plan llegar, el plan no hacer nada de la mano de la inflación para dejarle el despelota a otro, para decirle que 2023 viene el ajuste. El ajuste en el sector privado lo hacen estas condiciones, todo lo que se emitió, los planes y la pobreza aumentaron y siguen con la sanata de que lo paguen los ricos”.