Aerolíneas Argentinas tiene 59 vuelos internacionales cancelados, sólo en los próximos 13 días.
Eso, sin contar los vuelos de vacaciones de invierno a Nueva York, por el momento programados a partir del 19 de julio. El de Aerolíneas es el caso más contundente de las cancelaciones forzadas que todas las líneas aéreas están haciendo en estas horas, tras la decisión del Gobierno de restringir de 2.000 a 600 (un 70%) la cantidad diaria de pasajeros que pueden llegar al aeropuerto de Ezeiza.
Dentro de los destinos afectados, el número uno es Miami: sólo en Aerolíneas Argentinas fueron cancelados 30 vuelos (15 tramos de ida y los correspondientes 15 de vuelta), sólo entre este lunes y el 11 de julio. Sobre 45 vuelos internacionales que tenía programados (y vendidos) para los próximos 13 días, Aerolíneas canceló un total de 30 vuelos. A esas cancelaciones habrá que agregar las de las aerolíneas estadounidenses, aún no informadas. Y la cuestión que todos están tratando de resolver es cómo acomodar a todos en el tramo de regreso al país.
«Al pasajero que aún no embarcó, se le comunica que su pasaje queda abierto, y que incluso hasta puede pedir el reintegro de su dinero», dijeron en Aerolíneas. «Lo que se está intentando resolver en estas horas es como hacer para que regresen los que tenían vuelo para éstas dos semanas», agregaron en la línea aérea estatal.
La reducción en el ingreso de pasajeros busca contener la variante Delta del Covid-19. Pero entre las agencias de turismo y las propias líneas aéreas circulaba en la mañana del lunes una pregunta que se extendió con velocidad en los chats de Whatsapp: «2.000 personas por día equivalen a 14.000 por semana. ¿El Estado argentino no tiene herramientas y gente para hacer un seguimiento efectivo de 14.000 personas por semana?», era la pregunta, no exenta de ironía.
«El call center está bastante desbordado», fue la lacónica respuesta de un directivo de Aerolíneas, cuando se lo consultó sobre las demandas de los pasajeros. La línea aérea local había incrementado sus frecuencias hacia Estados Unidos hasta diez vuelos por semana, pero además debió cancelar vuelos hacia Santiago de Chile, Asunción, San Pablo y Lima, entre otros destinos. En las aerolíneas extranjeras, la mañana del lunes iban desgranando las cancelaciones de vuelos una por una.
LATAM había pedido autorización para realizar 45 días en la primera quincena del mes próximo. Hasta el mediodía de este lunes, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) le autorizó sólo uno, hacia Lima, el 12 de julio. «Estamos esperando qué pasará con los vuelos solicitados hacia Chile y Brasil», dijeron en la aerolínea de capitales chilenos.
Lufthansa venía volando a la Argentina sólo dos veces por semana desde comienzos de abril, cuando comenzaron las restricciones por la segunda ola del Covid. Ahora la ANAC les autorizó sólo un vuelo por semana, lo cuales aterrizarán en Ezeiza este jueves y el siguiente. «Habíamos pedido otros dos vuelos, para el 3 de julio y el 10 de julio, pero no nos fueron otorgados», dijo Corina Hanisch, directiva de la filial argentina de la aerolínea alemana.
En American Airlines por el momento no tienen pasado en limpio cuántos de sus vuelos serán cancelados. La aerolínea estadounidense es la que más venía aterrizando en Ezeiza, por detrás de Aerolíneas Argentinas: entre 11 y 12 vuelos semanales, provenientes de Miami y Dallas. «Por el momento no hay novedades», dijeron desde la empresa, que en la Argentina tiene 500 empleados.
Las líneas aéreas venían vendiendo pasajes con el esquema vigente desde abril, cuando el Gobierno aplicó un cupo de no más de 2.000 personas por día entre todos los arribos a Ezeiza. Pero tras la Decisión Administrativa publicada este sábado, que restringe a 600 el tope diario de pasajeros provenientes de vuelos internacionales, en todas las aerolíneas se generó un previsible cuello de botella.
Incluso Lufthansa, la aerolínea que manda a la Argentina el único avión tipo Jumbo que aterriza en Ezeiza (364 asientos, entre turista, business y primera), registró problemas para reprogramar a sus pasajeros. «Los aviones ya estaban bastante llenos, de modo que con estas nuevas restricciones se complica todo aún más», agregó Hanisch.
