En marzo el Poder Ejecutivo Nacional recibió el primer desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) por USD 9.655 millones, conforme al nuevo programa de Facilidades Extendidas (Extended Fund Facility; EFF) y pagó amortizaciones por USD 2.778 millones, correspondientes al préstamo Stand-By de 2018.
El financiamiento neto del organismo fue así de USD 6.877 millones en el período, que posibilitó la recuperación de la posición de reservas del Banco Central al rango de USD 43.000 millones en valores brutos, mientras que las netas propias de libre disponibilidad fueron negativas en USD 1.988 millones.
Justamente, el incremento de la deuda neta con el organismo, luego de aceptar el reintegro de los pagos efectuados por el Gobierno nacionales en los meses previos, explicó dos terceras partes del crecimiento en un mes en USD 9.717 millones de las obligaciones financieras de la Administración Central, el mayor salto en casi 4 años; la tercera parte restante correspondió al aumento de la emisión de Letras de Tesorería principalmente.
“En relación con el Club de París, se anunció una extensión de las conversaciones con la intención de llegar antes del 30 junio de 2022 a un acuerdo para reprogramar el capital adeudado. Durante este período, Argentina se comprometió a realizar pagos parciales a los miembros del bloque de manera proporcional a los que efectúe a otros acreedores bilaterales”, sintetiza un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Dos tercios del aumento de la deuda en marzo se originó en el nuevo acuerdo del Gobierno con el FMI y el tercio restante a la emisión de Letras del Tesoro
A lo largo del mes se cancelaron intereses por el equivalente a USD 280 millones, de los cuales 69% se pagaron en moneda nacional. Se destacaron los pagos de Boncer TX24, T2X2, TX23, TC23 y TX22 por un total de $18.718 millones (USD 172 millones).
Destaca la OPC: “En marzo vencieron USD 1.096 millones de una Letra suscripta directamente por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que fueron refinanciados con la emisión de otra similar por USD 1.115 millones suscripta por el mismo organismo. Por otra parte, a comienzos de mes se colocó un bono por $6.664 millones al FGS, que constituye el subsidio del Tesoro Nacional a la tasa que pagan las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por los préstamos recibidos del FGS entre 2017 y 2019. El bono tiene vencimiento en 2030, amortiza en doce cuotas semestrales a partir de 2025 y devenga intereses trimestrales a la tasa Badlar”.
En términos netos, en marzo se registraron vencimientos y ajustes por USD 17.559 millones y financiamiento, canjes y emisiones por USD 28.236 millones; de ahí resultó un aumento equivalente a USD 10.677 millones, pero por efecto de la licuación de las obligaciones en pesos no indexadas con la devaluación de la moneda nacional, se atenuó la suba en USD 1.822 millones, en tanto se incrementó en USD 836 millones, por el atraso cambiario respecto de la inflación que eleva los compromisos con cláusula CER.
Acumulación de obligaciones del BCRA
El Banco Central de la República Argentina volvió a acrecentar la “bola de pesos” de los instrumentos de regulación monetaria, por el exceso de emisión derivado del financiamiento del déficit fiscal de la Administración Central.
El Banco Central de la República Argentina volvió a acrecentar la “bola de pesos” de los instrumentos de regulación monetaria, por el exceso de emisión derivado del financiamiento del déficit fiscal
Según los datos de la entidad monetaria, en marzo el promedio de la suma de Notaliq y Pases ascendió en poco más de $180.200 millones, a una tasa de 3,9% nominal, equivalente a USD 503 millones por efecto de un tipo de cambio oficial para el segmento mayorista que volvió a moverse no sólo muy por debajo de la tasa de inflación récord en 20 años de 6,7% en el mes, sino también de la tasa de interés de referencia del mercado financiero.
De ahí que si a la deuda bruta de la Administración Central, menos de la contraída con el BCRA a través de Adelantos transitorios se le agrega la acumulada por la entidad monetaria, se llega a un total al cierre del primer trimestre de 2022 de USD 397.749 millones.
Ese monto neto acusó sendos aumentos de USD 45.619 en comparación con un año antes y de USD 77.414 millones desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández, los cuales en el primer tramo se explican en un 77% el caso de la Tesorería y 23% por el BCRA; y en el segundo esas proporciones fueron de 67% y 33%, respectivamente.
La deuda bruta de la Administración Central, menos la contraída con el BCRA a través de Adelantos transitorios de corto plazo (USD 12.661 millones) y de largo plazo (USD 8.020 millones), más la acumulada por la entidad monetaria, totalizó USD 397.749 millones
En el caso de la Administración Central el sostenido crecimiento de la deuda obedece al financiamiento del déficit crónico de las finanzas públicas, y por tanto a la incapacidad de generar excedentes para hacer frente a los compromisos asumidos por gobiernos anteriores. Mientras que en el del Banco Central por la ausencia de políticas monetarias austeras para contrarrestar los efectos de las políticas fiscales expansivas.
Otro mes con abultados vencimientos del Tesoro
La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que los vencimientos de deuda para abril totalizan el equivalente a USD 13.978 millones. Entre los vencimientos en moneda extranjera, sobresalen las Letras intransferibles en dólares al BCRA por USD 5.674 millones y una nueva amortización al FMI por USD 708 millones. Al excluir las tenencias intrasector público, los vencimientos se reducen a USD 6.630 millones”.
Por el acuerdo vigente con el FMI, el próximo vencimiento de deuda con el organismo será pagado con un desembolso de similar magnitud, de modo que no genera cambios en el saldo final que el país adeuda con la entidad, la cual comenzaría a reducirse hacia mediados de 2024, por el próximo gobierno.
La mirada del FMI
“Como consecuencia de la pandemia, las tenencias de deuda pública entre los bancos de los mercados emergentes tocan máximos y, por ende, hay más probabilidades de que las finanzas del sector público hagan peligrar la estabilidad financiera. Las autoridades deberían actuar sin demora para atenuar ese riesgo”, destacan los economistas del Fondo Monetario Andrea Deghi, Fabio Natalucci y Mahvash Qureshi, en un informe especial.
Y concluyen: “Las economías de mercados emergentes corren aún más peligro que las economías avanzadas por dos motivos. Primero, sus perspectivas de crecimiento son menos alentadoras que antes de la pandemia en comparación con las economías avanzadas, y los gobiernos no tienen tanto poder de maniobra fiscal para apuntalar la economía. Segundo, los costos de financiamiento externo han aumentado en términos generales, así que los gobiernos tienen que pagar más por el crédito”.
Daniel Sticco
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