Para los analistas privados la carrera entre el dólar y la inflación debería ser pareja este año. En 2020 ganó el dólar por pocos metros.
Annabella Quiroga
La suba de precios llegó al 36% -esta tarde el INDEC dará a conocer el dato oficial- mientras que el dólar en el segmento mayorista aumentó 40%.
Esta claro que para los bolsillos de los trabajadores la percepción fue otra. El cepo recargado de septiembre, con un adicional del 35%, hizo que el dólar ahorro pasara de $ 82 a $ 148, un salto de 81%, mientras los dólares alternativos, como el MEP y el blue aumentaron entre 90 y 121%.
¿Qué pasará este año? Según las revisiones del relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza mensualmente el Banco Central, este año la inflación llegará al 49,8%, mientras que punta a punta, el dólar oficial trepara a diciembre a $ 125 en el segmento mayorista, un salto del 52%. Si se mantienen los mismos recargos que existen hoy esto implica que el dólar ahorro cerrará el año en $ 228.
EL REM estimó en 4% la inflación de diciembre. Hace un año, sin que la pandemia apareciera aún en el horizonte, preveían que durante todo 2020 el índice de precios al consumidor llegaría a 42,2%, seis punto porcentuales arriba del numero final.
Pero la cuarentena hizo lo suyo, y la inflación se fue rezagando a medida que avanzaba el congelamiento de tarifas, se consolidaban los precios máximos y el temor a perder el empleo ahogaba los reclamos salariales.
En cuanto a la evolución del dólar, en el REM del año pasado los analistas estuvieron un poco más finos: esperaban que el mayorista cerrará en $ 80,5 y terminó en $ 84,15.
«El año pasado, el dólar oficial siguió de cerca a la inflación en la mayoría de los meses -incluso la superó en 5 puntos porcentuales en el acumulado anual- de manera tal de no resignar competitividad, pero fijándole un piso a la suba de precios», indica la consultora Ecolatina.
Además, señalan que «esta dinámica cambiaria (crawling peg), atada a la inflación reciente, pareciera continuar al inicio del 2021». En ese sentido, mencionan que «el problema de deslizar el tipo de cambio en línea a la inflación reciente es que esta última se aceleró al 3,5% mensual al cierre del año pasado, de modo que si el dólar oficial ajustara en igual cuantía le pondría un piso elevado a la suba de precios en el futuro inmediato».
En el año electoral la evolución del dólar y la inflación son centrales a la estrategia del Gobierno para salir bien parado en los comicios. Por eso no se espera que se descontrolen demasiado ninguna de las dos variables.
Otro punto a tener en cuenta es que «no está garantizado que la calma cambiaria lograda en noviembre y diciembre persista. Por un lado, porque las tensiones políticas hacia el interior del Frente de Todos y la dinámica de marchas y contramarchas respecto de algunas decisiones económicas sembraron incertidumbre, terreno fértil para que reaparezcan las presiones sobre la brecha y las Reservas», destaca Ecolatina.
En esa línea prevén que «las actualizaciones salariales pendientes y un dólar oficial que seguiría subiendo en línea con el nivel general de precios, de mínima, agregarán tensiones en este frente. Como resultado, la inflación alcanzaría 45% (o más) este año, acelerándose casi 10 puntos porcentuales en relación con 2020».
AQ