Los recursos saldrían de los propios ahorros de los argentinos, una vez que se disponga el curso legal del dólar. El candidato libertario se reunirá con el economista e historiador Emilio Ocampo, quien es el que lleva adelante los detalles de la propuesta
El modelo de dolarización que más seduce a Javier Milei se parece mucho al adoptado por Ecuador en el año 2000, aunque con las particularidades que presenta Argentina. A diferencia de lo que proponían algunos economistas que inicialmente fueron convocados por el candidato presidencial, la idea que más lo convence podría implementarse en forma inmediata, aunque completarla llevaría más de un año.
El libertario tendrá una reunión esta semana con Emilio Ocampo, coautor del libro “Dolarización, una solución para la Argentina”, junto a Nicolás Cachanosky. La intención sería ir definiendo la modalidad que tendría avanzar con una de las principales promesas de campaña y que seguramente estará presente en el período clave que se abre hasta las elecciones presidenciales, el 22 de octubre.
Ocampo habló por FM Milenium y explicó las características que tendría la dolarización en Argentina. La primera definición es que no harían falta ni reservas en el Banco Central ni un millonario préstamo internacional para avanzar. “Los argentinos tienen más de USD 200.000 millones guardados. Cuando ese dinero entre en circulación, por ejemplo para pagar impuestos, automáticamente el Estado tendrá divisas disponibles para avanzar con el proceso”, asegura.
Si se llegara a avanzar con la propuesta de Ocampo, el dólar se transformaría en la moneda de curso legal de la Argentina y el sistema bancario pasaría a operar en dólares
Según sus cálculos, canjear todos los pesos en circulación y dinero en los bancos al actual tipo de cambio demandaría unos USD 60.000 millones. Sin embargo, Ocampo plantea dos etapas: en la primera solo se canjearía por un valor de USD 30.000 millones por el dinero en poder del público y la otra mitad que está invertida en Leliq pasaría para una segunda etapa, que llevaría alrededor de 4 años.
“Nuestro cálculo es que en 16 meses todos los pesos se canjearán por dólares. Será un proceso paulatino, como sucedió en Ecuador que llevó un total de 9 meses”, agrega el especialista. Por otra parte, los depósitos y créditos bancarios también pasarían a estar nominados en moneda extranjera”.
“La experiencia de Ecuador es que la gente recupera rápidamente la confianza en el sistema. En ese país a los pocos meses aumentaron 30% los depósitos, aun cuando venían de un período de quiebras de instituciones bancarias”, dijo.
“Hilando fino, el proceso dolarizador tendría además algunas particularidades: como es inviable importar monedas, los billetes de pesos de menor denominación se mantendrían para el cambio. Por ejemplo, la moneda de un cuarto de dólar sería reemplazada por el billete de 200 pesos”, destacó Ocampo.
El economista agregó: “La única manera de bajar la inflación en un país como la Argentina es dolarizando. Por eso, Milei tendría tiempo para completar el proceso hasta mayo de 2025, antes de las elecciones legislativas. De esta forma podría apuntar a una rápida estabilidad de los precios. En Ecuador tardó un poco más porque hubo una devaluación al arrancar el proceso, que aquí no sería necesario”.
Ocampo criticó a los candidatos de la oposición que se manifestaron en contra de este proceso. “Patricia Bullrich habla de economía bimonetaria, pero es algo impracticable porque la gente no tiene pesos y se produciría una fuerte impulso inflacionario ante la caída de la demanda. Por otra parte, Horacio Rodríguez Larreta ni siquiera entiende cómo se puede avanzar, porque sigue haciendo la cuenta de pesos emitidos versus reservas, que en este caso sería irrelevante”.
Milei había indicado durante la campaña antes de las PASO que contaba con compromisos por USD 35.000 millones en concepto de préstamos para dolarizar. Pero Ocampo sostiene que no serían necesarios esos fondos. En realidad, se apuesta a que el propio movimiento de dólares que genere la medida aportaría los recursos para canjear la totalidad de los pesos existentes.
En relación al reemplazo de las Leliq en poder de los bancos por dólares, el mecanismo ya sería más complejo y largo, involucrando activos dolarizados tanto del BCRA como de entidades públicas como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de Anses. “Como habrá una gran recuperación de la confianza, estos títulos y también acciones se revalorizarán de precio, lo que también será de gran utilidad para el proceso dolarizador”, afirmó Ocampo.
En América Latina hay dos experiencias de dolarización en las últimas décadas: Ecuador y El Salvador. En este último caso, el colón (la moneda local) siguió circulando pero en la práctica solo tiene uso transaccional. En el modelo que se plantea para Argentina a partir de la iniciativa de Milei, los pesos solo quedarían para “cambio chico” de transacciones en efectivo. Por lo tanto, el modelo ecuatoriano sería el que más se adapta en la Argentina, a partir de una implementación gradual y el canje de los pesos al tipo de cambio de mercado.
Lo más atractivo de la iniciativa es indudablemente que en el punto de partida no requiere reservas ni préstamos del exterior y aún así sería implementable. “No hay una receta única para dolarizar. Nosotros proponemos cuál puede ser el modelo para Argentina, que además es la única manera de cortar con la inflación, que se acelera cada vez más”, agrega Ocampo.
Milei se acercó a la propuesta de Ocampo-Cachanosky luego de los cortocircuitos con Carlos Rodríguez, ex rector del CEMA, a quien había convocado para explorar la opción de una dolarización. Sin embargo, el economista declaró que no estaban dadas las condiciones para avanzar con una medida de este tipo y planteó un largo plazo implementarla.
Pablo Wende