El think tank de los bancos internacionales afirmó que en la Argentina no existen medidas para contener la inflación y aclaró que las continuas trabas cambiarias solo agravarán los desequilibrios macroeconómicos.
El economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales para América latina, Martín Castellano, expresó que no hay anclas para las expectativas en medio de la profunda crisis financiera y macro que vive el país.
“En Argentina, mantener el programa del FMI a flote para evitar más escenarios adversos requerirá más apoyo político. Más intervenciones y controles en el mercado de divisas sólo exacerban las distorsiones y los desequilibrios, sin que se tomen medidas para contener la inflación y anclar las expectativas”, indicó Castellano.
Mantener el programa del FMI a flote para evitar más escenarios adversos requerirá más apoyo político. Más intervenciones y controles en el mercado de divisas sólo exacerban las distorsiones y los desequilibrios (IIF)
Castellano mostró en un gráfico los efectos distorsivos de la fuerte brecha cambiaria que existe en el país, ya que el tipo de cambio oficial aparece muy apreciado en términos reales, frente a las cotizaciones paralelas, lo que genera todo tipo de distorsiones para el funcionamiento de la economía.
El IIF, que reúne a los bancos de todo el mundo, ha dejado de publicar hace un buen tiempo informes sobre la Argentina por el desinterés de los inversores en torno de los activos soberanos.
Tampoco tiene en cuenta al país en su monitor de flujo de fondos, que muestra que continúa la salida de divisas de los mercados emergentes a raíz del endurecimiento de las condiciones monetarias en Estados Unidos, aunque el mes pasado en términos globales América latina logró un ingreso neto de capitales.
La renuncia del ministro Martín Guzmán y su reemplazo por Silvina Batakis tampoco cambió el escepticismo de los ejecutivos financieros internacionales, aunque sí algunas preguntas entre analistas globales por sus consecuencias.
En este sentido, expertos que asesoran a bancos internacionales consideraron que el reemplazo “implica un deterioro tanto en el plano político como técnico”, según fuentes consultadas por Infobae en el exterior.
“No hubo ni voluntad ni capacidad para aprovechar una nueva oportunidad para intentar una mejora en el rumbo y ahora van a tratar de mantener a flote el acuerdo con el FMI”, señaló la fuente.
“El acuerdo que ya era muy laxo, va a ser aún más intrascendente en términos de forzar una mejora en el policy mix, cumpliendo solo el rol de evitar el default con el FMI”, advirtió.
“No van a forzar un quiebre, pero hay que ver cuánto aguantan y como se llega al año que viene; es posible que antes deban devaluar más el tipo de cambio oficial como hicieron en 2014, aunque obviamente en condiciones mucho peores, por lo que el costo en términos de inflación y actividad va a ser mayor”, aclaró la fuente.
En el actual panorama de incertidumbre –y como le ocurre también a los analistas locales- en el exterior tampoco resulta sencillo hacer cálculos sobre la inflación del 2022, aunque ya haya transcurrido medio año. Los expertos consultados en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) consideraron que llegará al 72%, aunque en forma individual la mayoría prevé un nivel superior al 100 por ciento.
En este sentido, la fuente indicó que “depende de cómo terminen financiando el déficit fiscal; si hacen algo mínimo para anclar expectativas (y darle alguna sobrevida al peso), pueden desacelerar la suba, pero no va a estar lejos de los 3 dígitos”.
Esto no significa, a priori, un escenario de hiperinflación como el que trazó el banco JP Morgan. “Aún ese escenario es evitable, salvo que vayan por todo, sancionando por ejemplo el salario universal y el Banco Central se ofrezca a financiarlo, pero no aparece como el escenario base si no como un riesgo, por ahora”, sentenció con mucha precaución.
En este contexto, desde el exterior consideran que el Banco Central que lidera Miguel Pesce está “totalmente fuera de juego con los movimientos de tasas: solo con regulaciones es muy difícil parar la crisis”.
Esta semana, el JP Morgan advirtió que “los desequilibrios macro se han vuelto más desafiantes, a pesar del enfoque sensible del FMI para ayudar al país para evitar que caiga en default; también, los saltos en los precios de la energía y los productos agrícolas han exacerbado las presiones inflacionarias al alza, factores que suman ansiedad a la política”.
“El camino a seguir parece inestable a medida que nos acercamos al año electoral, que hace que cualquier ajuste ortodoxo sea políticamente costoso y, por lo tanto, inviable. Por otro lado, cualquier estrategia expansiva solo aceleraría la inflación”, indicó en un informe.
A su vez, según Morgan Stanley, la salida de Martín Guzmán “se trata, sin duda, de un cambio hacia políticas menos ortodoxas”.
“Ya hemos destacado que los riesgos en torno a la consolidación fiscal son elevados y esto, a su vez pone en riesgo el objetivo de reducir la financiación monetaria del déficit fiscal”, indicó el analista Fernando Sedano, respecto de uno de los compromisos que el Gobierno asumió en el acuerdo con el FMI que firmó a fines de marzo último.
“Si una vía menos ortodoxa complica la renovación de la deuda local, es probable que haya que necesidad de monetizar aún más el déficit”, advirtió Morgan Stanley.
También la calificadora de riesgo Moody’s consideró que la Argentina enfrentará dificultades graves, con gran influencia del escenario político. “La nueva ministra de Economía de Argentina, Silvina Batakis, deberá hacer frente a graves problemas macroeconómicos y crediticios en un contexto político cada vez más complicado en el país”, expresó Gabriel Torres, jefe de analistas de riesgo soberano para Argentina de Moody’s, como reflejo del riesgo país, cercano a los 2.700 puntos básicos.