Los plazos fijos pagan 48% de tasa y crecieron 20% en los últimos dos meses: cuándo conviene salir.
Tanto los tradicionales como los ajustables por inflación vieron subas fuertes desde octubre. Analistas apuntan a la competencia con la inflacíón y el dólar más tranquilo
Por Francisco Bueno
Hay un secreto a voces que sobrevuela en los últimos meses: un viejo jugador del sistema financiero volvió a la cancha cuando parecía haberse jubilado. Pero no: aprovechó el retiro temprano de una de las estrellas del momento y se volvió a meter en la cancha. El plazo fijo, que en una época ya era considerado hasta anticuado, con tasas que perdían por goleada contra la inflación, está de vuelta en la city porteña.
Los informes monetarios mensuales más recientes del Banco Central indicaron una suba de 9,9% tanto en octubre como en noviembre, siempre respecto del mes anterior. Es decir, en los últimos dos meses la cantidad de pesos en plazos fijos creció un 20 por ciento.
El regreso llegó por dos carriles. En primer lugar, el último desarme de Lebacs generó un «vacío» en las oportunidades de inversión en el espacio que había estado ocupado por las letras del Banco Central. En segundo, la implementación del «apretón monetario» desde fines de septiembre, como se le llama a la política monetaria del BCRA puesto en marcha por la administración de Guido Sandleris.
«La suba es bastante lógica, el problema antes era que existía un instrumento con mucha liquidez (Lebacs) y rendimiento alto», explicó Guido Lorenzo, economista jefe de la consultora LCG. En ese sentido, para Lorenzo el Central «está motivado a evitar acumulamientos de obligaciones en corto plazo como eran los ‘súper martes’, buscando segmentar el mercado y así bajar su riesgo».
El repunte más reciente en los montos dedicados a plazos fijos se dio a mediados de noviembre, luego de que el Central liberara cerca de $130.000 millones a través del último gran vencimiento de Lebacs. Ese día, para adjudicar $105.000 millones del monto total que vencía, la autoridad monetaria firmó una tasa de interés del 57% para las letras renovadas.
Para ese momento el programa monetario del Gobierno había pasado de un esquema de metas de inflación a uno de agregados monetarios, en el cual el nuevo equipo a cargo del BCRA bajo el mandato de Sandleris se comprometió a «congelar» la base monetaria hasta que se viera una baja en la inflación. Para lograrlo, se harían subastas diarias de Letras de Liquidez (Leliqs) y el piso de tasa de interés de las mismas se ubicaría en un 60 por ciento.
El reemplazo de la demanda de Lebacs no es solo desde el lado de los particulares sino también desde los grandes fondos comunes de inversión, que están solapando vencimientos de distintos plazos fijos cada par de días (Lorenzo).
La situación previa donde un único instrumento (Lebacs) era al mismo tiempo usado para determinar la tasa de referencia de política monetaria y la tasa de ahorro atractiva para los minoristas «no pasa en casi ningún lugar del mundo», comentó Martín Vauthier, director de Eco Go.
En ese sentido, para Vauthier el desacople de instrumentos ahora genera una situación donde la tasa que remunera el ahorro ahora está en otros instrumentos alternativos como plazos fijos, bonos en pesos y Lecaps; mientras que la de referencia es la de Leliqs.
Esas tasas de ahorro en el caso del plazo fijo subieron su atractivo considerablemente: entre septiembre y octubre la tasa anual promedio para un plazo fijo en pesos de entre 30 y 44 días pasó de 39,16% a 47,73 %. Y en el caso de los plazos de más de $1 millón, esas tasas subieron hasta un 50,86%, con algunos privados llegando a pagar hasta 52 por ciento.
En ese sentido, Lorenzo expresó que «El reemplazo de la demanda de Lebacs no es solo desde el lado de los particulares sino también desde los grandes fondos comunes de inversión, que están solapando vencimientos de distintos plazos fijos cada par de días».
El nivel de tasas altas es un fenómeno transitorio, siempre que tenes una devaluación abrupta del dólar (overshooting), la consecuencia inmediata es subir la tasa de interés por fuera de lo que debiera ser normalmente
Desde ese fuerte salto en septiembre, sin embargo, las tasas se estabilizaron en los niveles actuales, en línea con el recorte en la tasa de referencia de las Leliq de un máximo de 73% al nivel de 59% que rondan actualmente.
«Los plazos fijos son el principal mecanismo de fondeo de los bancos, y para conseguir más financiamiento para dedicar a Leliq, necesitan absorber más pesos y por eso ofrecen mayor tasa», dijo Vauthier.
Sin embargo, esas tasas altas en instrumentos de ahorro dependen de cuanto tiempo se sostendrán las tasas de Leliqs. Cuando los bancos dejen de ver un negocio en la tasa de referencia, empezaran a bajar tasas de ahorro. Un escenario que no es tan lejano como parece.
«El nivel de tasas altas es un fenómeno transitorio, siempre que tenes una devaluación abrupta del dólar (overshooting), la consecuencia inmediata es subir la tasa de interés por fuera de lo que debiera ser normalmente», dice Mariano Otalora, experto en finanzas personales. Otalora considera que los niveles actuales para los plazos fijos «son convenientes respecto de la inflación del próximo año con expectativas entre 25 y 30%», y todos los analistas consultados notan que el escenario se sostiene en un supuesto de tranquilidad cambiaria.
Otro factor que puede influenciar en contra de la tasa es el comienzo de la reglamentación del impuesto a la renta financiera. El gravamen, cuya reglamentación se espera en las próximas semanas, «cambia el calculo de retorno con la quita de beneficio del 5% en instrumentos en pesos y del 15% en instrumentos en dólares y ajustables por inflación», afirmó Mariano Sardans, director de la consultora financiera FDI.