El Gobierno de Javier Milei cerró su mejor semana en el plano político y económico, en donde celebró, entre otras cosas, que la inflación de mayo fuera la más baja de los últimos dos años.
El resultado se alcanzó a través del programa de ajuste de las finanzas públicas que lleva a cabo Luis Caputo, pero también por la decisión del ministro de Economía de postergar algunos aumentos en tarifas de energía y otros rubros regulados.
La corrección de precios relativos se retomó en junio con la quita de subsidios en luz y gas y la suba parcial del Impuesto a los Combustibles. Las consultoras esperan que esas definiciones sumen presión a la variación Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec, con el riesgo de que se interrumpa un proceso de desaceleración que lleva cinco meses consecutivos.
El jefe de research de la consultora Romano Group, Salvador Vitelli, detalló que existe una “inflación reprimida” de 18 puntos porcentuales en términos reales para que los precios vuelvan a los niveles de diciembre de 2019, en la previa del los congelamientos que aplicó el gobierno de Alberto Fernández. Los mayores atrasos se encuentran en alquileres, electricidad, gas, combustibles, telefonía, internet y prepagas, entre otros.
“El Gobierno avanzó en la corrección de los precios relativos, que en noviembre tenían un atraso de 42% en términos reales. En mayo hubo una pausa para priorizar la baja de la inflación, a costa de mayor presión futura. De todos modos, no se sumó mucha distorsión”, comentó Vitelli.
El ministro Caputo decidió retomar en junio los aumentos en las tarifas de luz y de gas, a partir de una quita de subsidios enfocada en sectores de ingresos medios y bajos.
Las consultoras estiman que el impacto en el IPC será de entre 1 y 2 puntos porcentuales. A eso se sumará un incremento en los combustibles del 4% promedio y el aumento del subte.
Desde julio quedarán liberadas las prepagas y está pendiente una nueva actualización del impuesto a los combustibles. El incremento previsto en el tributo tendría como consecuencia un aumento del 18% en la nafta y el gasoil en surtidores, pero en Economía analizan diferirlo otra vez según comentaron a Infobae fuentes oficiales.
Desde julio quedarán liberadas las prepagas y está pendiente una nueva actualización del impuesto a los combustibles.
Desde la consultora Fundación Capital, de Martín Redrado, estimaron que con salarios que podrían comenzar a empardar a la inflación, una brecha cambiaria que no puede descartarse que vuelva a mostrar algún signo de tensión y ajustes de precios relativos pendientes, “el sendero de desinflación podría encontrar un freno en los próximos meses”.
“Además, debe destacarse no sólo la dificultad de salir del cepo (con todavía muchos pesos y sin dólares en el BCRA), sino la incertidumbre sobre el esquema de salida, puesto que la competencia de monedas con tipo de cambio flexible y la dolarización parecen más una competencia de regímenes cambiarios que pasos secuenciales complementarios”, destacaron los economistas de la FC.
La consultora proyectó que los aumentos en tarifas podrían adicionar en el tercer trimestre al menos dos puntos porcentuales de forma directa al IPC mensual.
“Así, la inflación se ubicaría en torno a 5,7% mensual en el tercer trimestre, aunque si se decidiera no seguir avanzando con los aumentos de tarifas en el último trimestre, podría retornar a los niveles previos. En este sentido, con el ajuste de regulados pendiente y posibles efectos de segunda ronda, luce poco probable hacia el segundo semestre lograr quebrar el registro de inflación del 4% mensual en el nivel general”, estimó la consultora de marras.
Y agregó en un informe a clientes: “Prevemos que la inflación termine el año entre 146% y 190% en la medición diciembre/diciembre, en nuestros dos escenarios de mayor probabilidad de ocurrencia (gradual y transición, respectivamente) dependiendo de la magnitud de corrección de precios relativos. El riesgo es el de enamorarse de un sendero de desinflación, a costa de desandar la iniciada corrección de precios relativos”.
Agustín Maza