El objetivo es contenerlo, aunque ya se descuenta un fuerte impacto en precios para agosto. Preocupación por los efectos de los mayores rendimientos de las Leliq en la emisión monetaria
Una devaluación del tipo de cambio oficial y fuerte suba de la tasa de interés fueron las primeras respuestas de manual de Sergio Massa, ahora en su rol de ministro de Economía para contener la escalada del dólar, tras la incertidumbre que generó el sorpresivo resultado de las PASO. Las medidas fueron acompañadas por un comunicado del FMI, confirmando que el 23 de agosto tendrá lugar la reunión de directorio para “aprobar los desembolsos acordados”.
Este ingreso de unos USD 7.500 millones la semana que viene, en las propias palabras del FMI, ayudará a fortalecer las escuálidas reservas del Banco Central. Junto a un primer paso en el sinceramiento cambiario y tasas más atractivas para los ahorristas son el combo elegido para transitar lo que resta hasta el 22 de octubre, fecha de las elecciones presidenciales. Puede ser una eternidad, teniendo en cuenta el incierto escenario político que quedó planteado luego de las primarias.
Además, al final de la rueda se anunciaron restricciones para la operatoria con dólar MEP, tal como lo había hecho Martín Guzmán en 2021. Ahora los inversores solo podrán comprar un máximo equivalente a USD 40.000 semanales, lo que permitirá reducir fuertemente la participación del Central en este mercado.
El peligro es que una parte de la demanda de divisas que se canalizaba por este mercado termine presionando sobre el contado con liquidación o directamente el dólar libre. Pero también es cierto que el propio BCRA fogoneaba la demanda con un precio que llegó a estar 12% por debajo del valor del dólar libre.
La combinación de un alivio en las reservas por el desembolso del FMI la semana próxima y la suba de las tasas de interés debería ayudar para tranquilizar el mercado cambiario luego de las fuertes subas de las ultimas semanas. El tipo de cambio libre aumenta ya 97% desde el arranque del año.
El comportamiento de las variables financieras reflejó la intranquilidad de los inversores. Estuvo lejos de convertirse en el “lunes negro” de las PASO de 2019, pero también es cierto que los valores de los activos argentinos sigue siendo una fracción de lo que estaban antes de aquel fatídico domingo. El mayor impacto ahora fue sobre el dólar, que subió más de 12% en un solo día, finalizando a $ 685. Hace cuatro años el salto del tipo de cambio había sido de casi 30%.
Massa deberá concentrarse ahora en el impacto de la fuerte suba del dólar en los precios, una batalla que parece perdida de antemano. En agosto las proyecciones indican que el índice de inflación podría superar la barrera psicológica del 10%, ante la ola de remarcaciones que se espera por dos causas: el incremento del dólar libre pero además la suba del dólar oficial a $ 350, que encarecerá las importaciones que se puedan realizar hasta las elecciones.
Sin este movimiento cambiario, las principales consultoras económicas coincidían en que la inflación de este mes sería superior al 8%. Pero la disparada del dólar libre, los tipos de cambio financieros y la devaluación del oficial asegura fuertes remarcaciones para estas últimas semanas del mes.
“Hace cuatro años el miedo era que la Argentina se iba a transformar en Venezuela. Hoy la discusión de todos los candidatos es cómo llegar al equilibrio fiscal lo más rápido posible” (Leo Chialva)
Ahora se aguarda cuáles serán los próximos movimientos de Massa para evitar una disparada inflacionaria. La respuesta de Mauricio Macri en 2019 fue la eliminación del IVA en productos de la canasta básica, algo que en aquel momento fue criticada por el kirchnerismo.
Tanto en el mercado local como en Wall Street el desconcierto por el resultado electoral fue total. Impactó sobre todo la victoria de Javier Milei, pero también la floja elección de Juntos por el Cambio, que superó solo por un punto a Unión por la Patria. La pregunta razonable es cómo haría Javier Milei para cumplir con su plan promercado sin un Congreso a favor y con sectores duros como el sindicalismo que se opondrán rotundamente a este tipo de propuesta.
Una mirada algo más benévola que ensayaban algunos inversores es que el escenario es muy diferente al posterior a las PASO en 2019. “Hace cuatro años el miedo era que la Argentina se iba a transformar en Venezuela. Hoy la discusión de todos los candidatos es cómo llegar al equilibrio fiscal lo más rápido posible”, graficaba Leo Chialva, de Delphos Investment.
El desconcierto también era total entre las empresas. La mayoría no logra que le aprueben los pedidos de importación hace semanas, acumulan deudas con sus proveedores del exterior y el Banco Central ya debe más de USD 15.000 por importaciones no pagadas. La situación generó una parálisis casi total de ventas, que podría durar hasta que se aclare si habrá o no disponibilidad de divisas en las próximas semanas.
Por otra parte, el aumento de tasas de interés al 118% también podría resultar contraproducente. El economista Diego Giacomini lo explicó así: “El Central tendrá que emitir más para pagar las Leliq, por lo tanto lo único que va a generar esta medida es más inflación y más presión cambiaria”. El gobierno de Alberto Fernández arrancó diciendo que le aumentaría a los jubilados con el dinero de las Leliq. Termina con tasas astronómicas que reciben los bancos.
De cortísimo plazo, el objetivo de Massa es frenar la corrida al dólar y volver más atractivo el plazo fijo en pesos, ahora con una tasa mensual de casi 10%. En los próximos días se sabrá si el antídoto es suficiente.
Pablo Wende