La victoria electoral de octubre pasado en las elecciones legislativas y una serie de reformas implementadas desde entonces fueron cumpliendo con todos los requisitos que solicitaba el comité que define en el MSCI para la recalificación.
Un hito clave fue la sanción de la nueva ley de mercado de capitales, que incluye distintos aspectos exigidos para el ansiado ascenso.
Obtener el ascenso desde mercado fronterizo implica que una gran cantidad de fondos de inversión que se dedican a armar carteras de acciones de mercados emergentes deberán incorporar papeles argentinos. Se calcula que un 97% de administradoras siguen el «benchmark», es decir toman como referencia el índice establecido por el MSCI. De todas formas, recién a mediados del año que viene la modificación entra en vigencia, por lo que tienen un período largo de tiempo para implementarlo.
La Argentina había perdido la categoría de emergente en 2009, debido a la política de control de capitales que en su momento implementó el gobierno kirchnerista para evitar una lluvia de dólares especulativos. Sin embargo, esa falta de libertad para mover divisas provocó un fuerte castigo al mercado local. En reiteradas oportunidades, el titular de la Bolsa porteña, Adelmo Gabbi, venía enfatizando la necesidad de recuperar la categoría de emergente para atraer inversiones.
Según estimaciones de analistas privados, sólo por el cambio de categoría la Argentina debería recibir unos USD 5.500 millones a su mercado accionario, que irían especialmente a aquellas compañías que no sólo cotizan en la Argentina sino también en Nueva York. Por lo menos serían una docena de empresas las que quedarían bajo la mirada de los grandes «fund managers» del mundo.
Para el Gobierno también se trata de una noticia relevante, ya que ayudaría a recuperar la confianza luego de varios meses de suba del dólar y derrumbe del precio de los bonos, con el consiguiente aumento del riesgo país. Por eso, la expectativa en el ministerio de Hacienda y Finanzas, pero también en Casa Rosada era muy grande.
La noticia llegó el mismo día en que el directorio del FMI le dio el visto bueno al acuerdo con la Argentina, que implica el giro de USD 15.000 millones en forma inmediata. El resto de los USD 35.000 millones irá quedando disponible en forma trimestral, a medida que la Argentina cumpla con los requisitos del acuerdo, especialmente en materia fiscal y de inflación.