El economista explica por qué cree que las políticas que está llevando adelante Alberto Fernández están erradas y por qué la Argentina ya está en cesación de pagos.
Por Sebastián Catalano
Javier Milei no es optimista, para nada. Cree que la Argentina va directo hacia la peor crisis de su historia. En diálogo con Infobae, el verborrágico economista liberal asegura que, a diferencia de lo que asegura el presidente Alberto Fernández, es “ridículo” dejar de lado la economía para priorizar 100% la salud.
«Argentina va a la peor crisis de su historia. Va a ser una combinación de default, hiperinflación y una catástrofe sanitaria. Soy muy pesimista, creo que vamos hacia un desastre. O sea, una caída monstruosa del PBI y de los salarios reales y aumento del desempleo. Ahora, esperemos que todo esto sirva para que la gente comprenda que el Estado no es la solución, sino que es lo más importante dentro de los problemas que se generan. Es decir, el Estado no es la solución, el Estado es el problema”, afirma.
— ¿Está bien extender la cuarentena?
— Puedo comprender lo que se hizo en tratar de frenar la expansión temprana del virus. Contribuyó a que la gente tome conciencia del problema y para que se mejoren hábitos en materia de higiene, algo fundamental para combatir este tipo de problemas. Pero es un falso dilema elegir entre la vida y la economía.
— ¿Por qué?
— Habrá muertos de todas maneras, es así. Después es una cuestión estadística. Si se va una cuarentena al extremo, nos entierran a todos. La producción es cero y como no vamos a tener nada para consumir, nos vamos a morir todos. Pero la gente no se va a dejar morir, va a tratar de resistir y todo termina en una guerra civil donde se muere para conseguir alimentos. Esto que parece una locura, muy lejano, pero hoy ya hay saqueos en Italia, una sociedad muchísimo más civilizada que la nuestra, del primer mundo y con muchísimos más ingresos. No darse cuenta de esto es un error garrafal. Además, hay casos exitosos como Israel, Singapur, Taiwán y Hong Kong.
— ¿Qué hicieron?
— Aíslan a los grupos de riesgo. El mayor grupo de riesgo son los adultos mayores, que en general están jubilados o perciben una jubilación y no aportan mucho a la producción. Después, en lugar de aislando a la gente, hay que hacer tests masivos. En lugar de tener a militares, gendarmes y policías controlándole papeles a la gente tendrías que tenerlos con esos termómetros modernos que se los pones en la cabeza y automáticamente te marcan la temperatura. Todos los que tienen debajo de 37,5, a laburar. Hay que tratar de minimizar la caída de la producción. No podés encerrar a todo el mundo y creer que eso se va a arreglar con emisión monetaria. Porque si todos estamos encerrados la producción es cero y se financia el aumento de gasto con emisión monetaria, eso da que el valor del dinero es cero. Estás gestando la base de una hiperinflación.
— ¿Se puede renegociar la deuda en este contexto?
— Cuando Guzmán dice que va a resignar el cumplimiento de las metas fiscales está diciendo que no va a pagar, que va a ir al default directo. Cuando después dice que no va a pagar con reservas, lo está confirmando. Por algo los tenedores de los credit default swap están requiriendo que se determine si Argentina ya está en default y ese créditos se deben pagar.
— ¿Argentina ya está en default?
— Con un riesgo país arriba de los 4.000 puntos, con el ministro de Economía diciendo que va a arrear las metas fiscales, que no va a usar reservas para pagar, sin acceso al financiamiento externo. No hay magia, se llama default. O sea, el default en realidad ya empezó en el gobierno de Macri. Técnicamente, Argentina cayó en default a mediados del 2018, cuando fuimos al FMI para que pagues la cuenta. Si Argentina no se hubiera patinado la cantidad monstruosa de reservas que hizo durante el 2018 Argentina hubiera tenido una hiperinflación en el 2018. El programa del Fondo permitió comprar tiempo para hacer las reformas y Argentina no hizo ninguna reforma.
— ¿Qué haría usted como Presidente?
— No se me ocurriría bajo ningún punto de vista controlar precios. Me parece un espectáculo dantesco que la secretaria de Comercio suba fotos de locales que cierran. Básicamente, el presidente Fernández está siendo asistido por incompetentes, ya sea Marcó del Pont, Vanoli, Kulfas, Guzmán, Paula Español, son todas personas que adhieren a ideas económicas que lejos de ser la solución son el problema.
— En Twitter habla de “fraude keynesiano”. ¿Qué es?
— Keynes y los keynesianos dicen haber demostrado la inaplicabilidad de la Ley de Say, que asegura que para consumir primero tenés que tener ingreso. Keynes no era economista –sólo tomó un curso de economía con Marshall durante un semestre– y el uso del multiplicador keynesiano, que es un diseño de Kahn, implica una violación de la restricción del presupuesto. Si el multiplicador keynesiano se pudiera aplicar no habría motivo para que todo el mundo fuese rico: dice que la inversión multiplicada por un número te da el ingreso. Entonces vos agarras y hacés volar la inversión financiera con emisión monetaria y el producto es infinito. Lo cual es una ridiculez. O cuanto más alta es la propensión marginal a consumir más alto es el multiplicador, y llegas al absurdo que el PBI tiende a infinito cuando la inversión se hace cero, lo cual también es ridículo. ¡Si la producción es cero y yo te doy papelitos para sostener el consumo qué vas a poder comprar! Nada porque no hay bienes. Que el poder adquisitivo del dinero sea cero significa que el nivel de precios es infinito. Por lo tanto, dado el nivel de precios de hoy, tenés una hiperinflación.
— Ese es el horizonte que ve…
— Las medidas que está llevando a cabo el Gobierno, como estimular la demanda con emisión monetaria con la demanda de dinero en caída, con contracción de oferta, con Ley de Abastecimiento, con caídas más pronunciadas de la producción y del empleo, no solo llevan al default con una hiperinflación, sino que generan una situación de desabastecimiento monstruosa que podría derivar en una guerra civil.
— El Presidente dice que eligió priorizar la vida en esta instancia y no la economía.
— Justamente, el falso dilema. Como hacedor de políticas públicas tiene que minimizar la cantidad de muertos. Si esto tan exitoso y hay cero infectados de coronavirus y no se muere nadie, nos morimos todos de hambre porque no hay producción.
— En estas horas hay tensión entre Alberto Fernández y el mundo empresarial por el tema de los despidos. Con Paolo Rocca, en particular. ¿De qué lado está?
— Franz Oppenheimer decía que hay dos medios, los económicos, los del mercado, o crear riquezas sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad a un mejor precio. Y los medios políticos, la expropiación del que produce. El Estado no produce nada. Lo único que produce el Estado son impuestos y pobreza. Atacar a los empresarios es como matar a la gallina de los huevos de oro. Si se lleva esa afirmación al límite se va a la estatización de todos los medios de producción. Eso se llamó comunismo y fue un fracaso económico, social y cultural, que asesinó a 150 millones de seres humanos. Es más, cuando se empezó a implementar en la Unión Soviética, en los primeros años, la descoordinación macroeconómica que generó mató de frío a 30 millones de personas. Algunas de las reflexiones que le están llevando al Presidente, lejos de ser una solución, lo único que van a hacer es generar una catástrofe económica y social.
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