En conferencia de prensa, el administrador federal de ingresos públicos, Alberto Abad, estimó que con el nuevo régimen de Ganancias unos 170.000 trabajadores volverán a quedar exentos del impuesto, por tener ingresos netos de aportes para la jubilación y la obra social inferiores a $18.880 por asalariado y $25.000 para los casos con esposa y dos hijos menores de 21 años a cargo. También dejarán de pagar unos 10.000 jubilados.
Mientras que el resto de los trabajadores: asalariados que seguirán alcanzados por el régimen, los autónomos y los empleadores individuales, se verán favorecidos con una menor carga de imposición y aumento neto de haberes de bolsillo porque no sólo se incrementó el punto de partida de tributación, sino también el rango de escalas de ingresos sobre las que se aplican alícuotas crecientes, en una proporción de más de 34 veces sobre las que regían desde 2000, las cuales partían de $10.000 por año hasta una franja de $120.000 y más, y ahora comienzan a tributar desde $345.280 con una tasa total de 1% sobre el salario de bolsillo, hasta un tope de $1.842.598 en adelante por año, con una alícuota marginal de 35% y neta sobre salario en mano de 28 por ciento.
El impacto sobre las paritarias: Con la reforma impositiva que determinó el presidente Mauricio Macri, la cual en los próximos días será reglamentada por la AFIP a través de la publicación en el Boletín Oficial de las Resoluciones Generales ad hoc, se busca que los gremios que lideran las escalas salariales de la economía, como petroleros, camioneros y bancarios, entre los que se incluyen los trabajadores de prensa y TV, atenúen sus reclamos de ajuste salarial.
PARA LOS QUE TRIBUTAN, UN AUMENTO DE SALARIOS SE POTENCIARÁ CON MENOR PAGO DE GANANCIAS
Según las nuevas escalas de tributación, un empleado soltero que hoy percibe $19.920 de bolsillo, con un aumento salarial de 33% –al aplicar los últimos cambios en Ganancias-, pasará a percibir cerca de $24.849.
Mientras que los trabajadores que se ubican en el rango de ingreso en mano de $20.731, a partir de un salario bruto de $32.000, con un ajuste de 40%, pasarán a cobrar $31.924, un 20,2% más si estaba favorecido por el decreto 1.242/2013; y 54% de incremento si estaba excluido de ese régimen de excepción.
De ahí que con el sacrificio fiscal de unos $49.000 millones al año, porque el cambio de Ganancias regirá con efecto retroactivo al 1 de enero del corriente, el Gobierno aspira a que los sindicatos, sobre todo los más poderosos y con mayores salarios moderen sus aspiraciones de ajuste en paritarias, porque por cada uno que se vería parcialmente afectado al volver a tributar habrá más de cinco favorecidos con el restablecimiento de la equidad tributaria con menor pago del impuesto que ahora.
Adicionalmente, se estima en la AFIP que con la reducción de presión tributaria sobre los ingresos de los trabajadores autónomos y de las personas físicas empleadoras, se contribuye a reanimar el consumo –y con ello a que se vuelva a poner en marcha la actividad productiva-, las ganancias de las empresas, la inversión y reducir el déficit fiscal, requisito clave para disminuir la inflación y generar empleos.