Este escenario ha generado oportunidades y desafíos tanto para compradores como para los propios importadores.
Dólar en baja, autos en alza
Desde julio, el dólar libre ha disminuido cerca de un 30%, mientras que los precios de los autos en pesos han seguido subiendo debido a la inflación y el ajuste del tipo de cambio oficial. Esto significa que, aunque algunos autos mantienen su valor en dólares, ahora se necesitan más dólares para adquirir vehículos vendidos en pesos.
Por ejemplo, un vehículo de gama media que en julio costaba $30.000.000 equivalía a unos USD 21.500. Actualmente, con el precio en pesos aumentado a $35.000.000, se necesitan USD 33.000 para comprar el mismo auto, un incremento del 53% en dólares respecto a hace seis meses.
Competitividad de los importados
Mientras los vehículos fabricados en el país han registrado subas significativas, los modelos importados que se venden directamente en dólares han mantenido sus precios, volviéndose más accesibles para quienes cuentan con ahorros en esta moneda.
Honda CR-V EX: Este SUV importado de Estados Unidos conserva su precio de USD 60.000 desde julio. En contraste, el Ford Kuga híbrido, su competidor directo, pasó de costar $67.000.000 (USD 47.000) a $73.000.000 (USD 69.000) en diciembre.
BAIC X55 II: Mantiene un precio de USD 40.000, mientras que el Volkswagen Taos, fabricado en Argentina, subió de $43.227.000 (USD 30.800) a $49.500.000 (USD 47.000).
Renault Mégane E-Tech: Este auto eléctrico ha ajustado su precio en pesos para mantener la paridad en dólares. En julio costaba $71.000.000 (USD 50.700), pero ahora se vende a $53.910.000, lo que equivale a USD 51.300.
¿Para quiénes es un buen momento?
Compradores con dólares ahorrados: Quienes dispongan de dólares y estén buscando un vehículo importado tienen la ventaja de adquirirlo al mismo precio que hace seis meses.
Quienes necesiten cambiar pesos por dólares: Con el dólar libre más barato, resulta menos costoso convertir pesos y comprar un auto importado en dólares que hace unos meses.
En contraste, los compradores que tenían dólares y desean adquirir un vehículo vendido en pesos enfrentarán un costo mayor en moneda extranjera.
El futuro del mercado
Aunque el contexto actual favorece a los importadores que comercializan en dólares, las terminales nacionales podrían verse obligadas a reducir precios si se flexibilizan aún más las condiciones para pagar en dólares. Esto incluiría la posibilidad de realizar pagos al momento del embarque, lo que reduciría costos operativos.
La coyuntura actual ofrece oportunidades para determinados segmentos del mercado, pero también expone las limitaciones estructurales de la industria automotriz local. El panorama podría cambiar aún más con ajustes regulatorios o fluctuaciones en el tipo de cambio, pero, por ahora, los autos importados se perfilan como una opción competitiva en comparación con los nacionales.