Hace cinco años, con la llegada de la pandemia, el teletrabajo se consolidó como una solución que parecía definitiva. Sin embargo, muchas empresas que promovieron el home office ahora están revirtiendo la modalidad y exigiendo la vuelta a la oficina. Gigantes como Amazon y JPMorgan lideran este retorno con la idea de optimizar el trabajo en equipo y elevar la productividad.
En Argentina, la empresa Big Box también optó por la presencialidad plena, generando opiniones divididas. Esto plantea interrogantes: ¿es realmente más eficiente el trabajo presencial? ¿Es el fin del teletrabajo o solo una adaptación del modelo híbrido?
Según Radostina Purvanova, profesora de Management y Liderazgo Organizacional en Drake University, la transición inicial al teletrabajo fue desafiante, pero muchos empleados encontraron en él una solución ideal. Sin embargo, con el tiempo, algunos comenzaron a extrañar la interacción presencial, mientras que otros valoran la flexibilidad de trabajar desde casa. “Muchos descubrieron que el ritmo prepandemia era perjudicial para su salud mental y física”, explicó.
Alejandro Melamed, consultor en recursos humanos, señala que el regreso a la oficina no ha estado exento de tensiones. En algunos casos, empresas que impusieron la presencialidad no contaban con el espacio suficiente para recibir a todos sus empleados. Además, algunas firmas utilizaron la medida como una estrategia encubierta para reducir estructuras, dejando fuera a quienes no aceptaron volver.
Para Melamed, la discusión trasciende la logística y toca aspectos culturales: “Existen dos enfoques en juego: el de control, que prioriza la supervisión física, y el de confianza, basado en la gestión por objetivos sin importar el lugar de trabajo”.
Teletrabajo y productividad: ¿qué dicen los estudios?
Determinar qué modalidad de trabajo es más productiva no es sencillo. Factores como la satisfacción laboral, la calidad de los proyectos y la creatividad influyen en los resultados.
Purvanova destaca que la comunicación es más efectiva en persona, lo que podría favorecer la innovación. No obstante, el teletrabajo reduce interrupciones y facilita la concentración. “La evidencia sugiere que el modelo híbrido podría ser la mejor opción, al combinar lo mejor de ambos mundos”, afirma.
Un estudio publicado en 2022 en PLoS ONE revisó investigaciones previas y encontró que, antes de la pandemia, el 79% de los estudios indicaban que el teletrabajo mejoraba la productividad. Sin embargo, post-pandemia, solo el 23% reflejó mejoras, mientras que el 38% reportó impactos negativos. Esto sugiere que el teletrabajo es más efectivo cuando es una opción y no una imposición.
Pedro César Martínez Morán, profesor de Gestión Empresarial en la Universidad Pontificia Comillas, advierte que la relación entre teletrabajo y productividad varía según el sector y la cultura empresarial. “Industrias como IT, educación online y servicios administrativos suelen beneficiarse del teletrabajo, pero su implementación no es uniforme”, explica.
Las generaciones jóvenes, más familiarizadas con herramientas digitales, tienden a adaptarse mejor al trabajo remoto, aunque eso no significa que lo prefieran en todos los casos. “La necesidad de socialización y comunicación sigue siendo clave, incluso para quienes crecieron en entornos digitales”, afirma Martínez Morán.
Según María Isabel Labrado Antolín, profesora de Organización de Empresas en la Universidad Complutense de Madrid, los trabajadores remotos suelen reportar mayor satisfacción laboral, lo que podría traducirse en un mejor desempeño. “La desconexión del ruido de la oficina y la flexibilidad horaria contribuyen a una mayor concentración y eficiencia. Algunos estudios han cuantificado mejoras de hasta un 15% en la productividad”, asegura.
¿Hacia dónde va el futuro del trabajo?
El debate actual ya no es si el teletrabajo es viable, sino cómo diseñar modelos que combinen flexibilidad y productividad. Martínez Morán señala que, en grandes ciudades con problemas de movilidad, el trabajo remoto parcial es una alternativa atractiva. “Quizá no en versión full time, pero sí algunos días a la semana. No tiene sentido perder horas en traslados cuando el desempeño puede mantenerse o incluso mejorar trabajando desde casa”, indica.
Por otro lado, el aislamiento laboral también representa un riesgo. Labrado Antolín advierte que la vuelta a la oficina no resolverá los problemas de productividad por sí sola. “Las empresas necesitan liderazgos más flexibles, basados en proyectos y objetivos”, sostiene.
En síntesis, la tendencia apunta a modelos híbridos que combinen la flexibilidad del teletrabajo con las ventajas de la presencialidad. Si bien muchas empresas han retomado la oficina, la realidad es que el teletrabajo sigue siendo una opción valorada tanto por empleados como por empresas, y su futuro dependerá de un equilibrio entre productividad, bienestar y cultura organizacional.