El dólar se negocia en baja, ante la expectativa de una suba de tasas del Banco Central. En sucursales del Banco Nación la divisa cede $1,20 ó 2,7%, 42,30 pesos.
Por Juan Gasalla
El dólar se negocia con una baja de 2,7% este viernes, a 41,35 pesos en el mercado mayorista y 42,30 pesos al público en las sucursales del Banco Nación.
La expectativa por un nuevo incremento de las tasas de interés de las Letras de Liquidez (LELIQ) estabiliza a la plaza cambiaria, después de que el dólar experimentara un salto superior al 4% el jueves.
El BCRA anunció un monto indicativo de adjudicación de LELIQ de $185.000 millones este viernes, un monto similar a los vencimientos. La entidad desdoblará la licitación en dos tramos, uno a las 11:40 y otro a las 14:25, «con el objetivo de mejorar la señal de política monetaria y calibrar con más precisión la liquidez del sistema», según comunicó.
La zona de no intervención establecida por la entidad tiene este viernes un piso de $38,815 y un techo de 50,231 pesos. El lunes 11 el piso se elevará a 38,889 pesos.
Amilcar Collante, economista de CESUR (Centro de Estudios Económicos del Sur), destacó «dos impactos macro globales» que amplificaron la tensión financiera local. «Por un lado, el gestor norteamericano MSCI dio más participación a las acciones de China en sus índices y hubo salida de fondos de emergentes a esos títulos. Argentina sufrió más es movimiento de carteras globales».
Por otro lado, puntualizó que el dólar se revalorizó respecto de todas las monedas, «después de que el Banco Central Europeo decidió aplicar un plan de estímulos monetarios que sorprendió a los mercados».
«Tenemos un ‘beta’ alto y eso significa una sobre reacción a cualquier movimiento internacional. Amplificamos y sobre reaccionamos como moneda emergente y pone una volatilidad mayor a la que tiene la mayor parte de los mercados, a pesar del acuerdo con el FMI. Tenemos es adicional negativo», precisó Collante a Infobae.
«Esta suba se dio en un marco de temores que generan la elevada inflación, una economía aún en recesión y la creciente incertidumbre política. Tampoco sirvió mucho la suba que convalidó el BCRA de la tasa de referencia», indicó un análisis de Research for Traders.
Para los analistas, el Banco Central debe usar las herramientas a su alcance para evitar una mayor escalda del dólar: indirectamente, con el instrumento de tasas de interés, vía licitación de LELIQ, y operando a la par en el mercado de futuros para enfriar la expectativa de devaluación.
Además, la entidad puede apelar a una banda de flotación del dólar más estrecha, que le permita intervenir con menor restricción que la actual, que tiene un rango de más de 10 pesos entre el piso y el techo.
A la vez, el BCRA podría contar con el complemento del Tesoro para llevar certidumbre al mercado, si éste informa en breve el cronograma de la venta de dólares excedentes del Programa Financiero de este año, unos USD 10.000 millones, que serían ofrecidos al mercado a través del mecanismo de subastas diarias por montos prefijados.
«En lo interno hubo una aceleración de la baja de tasas en febrero, quizás para apurar una salida de la recesión. Pero por la inflación y la suba del dólar se revirtió esa baja de tasas y ahora volvieron a estar arriba de 50%», señaló Amílcar Collante.
«El esquema monetario que controla la cantidad de dinero deja mayor volatilidad al dólar, cuando no se puede intervenir por las bandas, y a la tasa de interés. Por eso los actores que generan el ingreso de dólares, como los agroexportadores o las empresas extranjeras que invierten, van probando a ver cómo reacciona el BCRA para ir liquidando», continuó el analista de CESUR.
Para Portfolio Personal Inversiones, «marzo inicia en un clima de incertidumbre, que se traduce en un salto del dólar, y un BCRA probándose ante otra corrida». Acotó que «hacia adelante habría una oferta cambiaria entre 6.000 a 9.000 millones de dólares».
En términos estrictamente económicos, estas divisas son suficientes para contener al tipo de cambio ante una eventual caída de la demanda de pesos, si se sostiene el ajuste fiscal y un esquema monetario contractivo, pero la incertidumbre electoral, con un oficialismo debilitado, puede presionar una mayor dolarización.