Analistas económicos y financieros dan cuenta de cómo podría impactar esta medida en las finanzas personales
Por: Sol Narosky
Para José Dapena, director del Departamento de Finanzas de la Universidad del CEMA, una ventaja de la dolarización para el bolsillo de los argentinos es que se lograría una estabilidad de precios: “La inflación atenta contra los sueldos, contra el salario real y contra las posibilidades de crecimiento. Como aspecto positivo sería lograr estabilidad de precios y posibilidades de crecimiento, de encontrar trabajo y de encontrar inversiones”. Si la economía local se dolarizara, “la capacidad de compra del trabajador mejoraría”, aseguró el economista.
“Es sacarte un impuesto de encima que es el impuesto inflacionario como punto de partida, más todo lo que venga después: la posibilidad de crédito hipotecario y de crédito a largo plazo -especificó el experto-. Todas cuestiones vinculadas a la estabilidad de precios y a la confianza. La persona común ahora no puede aspirar a un crédito hipotecario, no puede comprar la casa. Entonces, la estabilidad de precios que te podría proponer una hipotética dolarización ayudaría a resolver todos esos problemas domésticos de finanzas personales; principalmente en el salario real y capacidad de compra”.
Según remarcó Diego Martínez Burzaco, Head of Research en Inviu, el primer paso para aplicar una dolarización es ordenar la macroeconomía y sobre todo el déficit fiscal. Entonces, una vez realizado este paso, “una eventual dolarización generaría confianza en una moneda que los argentinos confían, que es el dólar estadounidense. De ese modo, no estaría la necesidad de transaccionar en una moneda distinta a la del curso legal. Después, eso te llevaría a que las tasas de interés del sistema financiero bajen justamente porque todo se transaccionaría en una moneda con mayor confianza”.
De acuerdo con Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, el beneficio “rápido” de la dolarización es que bajaría la inflación. “La inflación la termina pagando la gente de menores recursos”, aseveró el especialista. Y al igual que su par, sostuvo que “muy probablemente” también bajarían las tasas de interés y eso facilitaría la aparición del crédito.
En una línea similar, dentro de los pros, Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, destacó que “habría una estabilización y reducción de la inflación” como consecuencia de “la pérdida del poder político para manipular la moneda de forma discrecional”. Después, habría una tasa de interés estable para el ahorrista y para aquel que quiera tomar un crédito.
“La inflación la termina pagando la gente de menores recursos” (Tiscornia)
Por otro lado, recalcó, habría una reducción de la prima de riesgo y eso generaría un bajo costo del endeudamiento: “eso sería muy positivo para cualquiera: tanto para un consumidor como para una pyme que quiera tomar un crédito. Y a su vez, en esa estabilización y dolarización habría menor costo fiscal porque ya no se podría emitir en forma discrecional para financiar el gasto público”.
Contras
Como aspectos negativos, Tiscornia observó que “con la dolarización, como te perdés el tipo de cambio y perdés la emisión monetaria como herramientas, es como que tu economía queda más rígida; y eso es muy complicado cuando cambian las condiciones del mundo. Cuando el mundo se pone malo, porque te bajan los precios de las materias primas, porque suben las tasas de interés -como ocurrió a finales de los ‘90- al no tener la política monetaria y al no tener el tipo de cambio que se puedan ajustar, generalmente esos ajustes vienen con desempleo. Es decir, si cambian las condiciones internacionales para peor, se complica mucho”.
Martínez Burzaco dijo que la economía y su competitividad estrictamente -desde el punto de la moneda- quedarían atadas a la fortaleza del dólar en el mundo. “Hay periodos en la historia, a nivel global, que se verificó que efectivamente el dólar estaba muy caro respecto a otras monedas y eso encarecía mucho el costo de vida”.
José Dapena, por su parte, destacó que con la dolarización se volvería más difícil morigerar los shocks externos y eso afectaría de manera negativa al empleo y al crecimiento, entre otras cuestiones. “Si en tu familia son cuatro personas que trabajan y echan a dos, el tipo de cambio de ustedes con respecto al resto de los que operan, amortiguaría el efecto. De lo contrario, se la tienen que aguantar y hacer un esfuerzo un poco más fuerte para morigerar ese shock externo. Es decir, ahí uno no tiene ese amortiguador”.
Según Salvador Di Stefano, analista financiero y de negocios, para dolarizar la economía -en primer lugar- tendrías que cambiar todos los billetes a dólares. “Y eso te va a dar un dólar de equilibrio de $225, que es el dólar que rige para todos los alimentos”, advirtió. Y continuó: “a su vez, siempre hay un tipo contrera que te va a decir que hay que cambiar también toda la deuda en pesos, porque nosotros compramos bonos con deuda en pesos y no estaba previsto esto de la dolarización. Entonces va a querer que le cambien los bonos en pesos por dólares, porque hay una violación de contrato. Ahora, si tuviera que cambiar toda la base monetaria y todos los bonos en pesos, el dólar convertible me quedaría en 553 pesos″.
El especialista afirmó que, además, “siempre hay un mal llevado en la vida, siempre hay un tipo que dice ‘yo quiero que los depósitos en pesos me los cambien por depósitos en dólares. Y si eso ocurriera, el dólar se iría a $840′”. Entonces, hay que tener en cuenta que cuando se dolariza la economía, va a cambiar la base monetaria, los depósitos en los bancos y bonos. “Si dolarizaras, tenés que llevar a todos los sectores productivos a que cambien su sistema, todo en dólar. Si hacés una dolarización no solo tendrías que importar billetes de Estado Unidos, tendrías que importar monedas. Si un dólar va a ser casi $500, $100 va a ser una moneda. Esos son todos los problemas que tuvo Ecuador cuando dolarizó”, puntualizó.
De acuerdo con su perspectiva, la dolarización perjudicaría al bolsillo de los trabajadores y la capacidad de compra se vería reducida.
“Como desventaja, está la pérdida de independencia monetaria -remarcó Damián Di Pace-. Primero que se requieren los dólares para liquidar los pesos circulantes, más los pasivos del BCRA y los títulos públicos. Y eso hoy, con la legitimidad de este Gobierno, no se podría lograr. Hay que tener un fuerte nivel de legitimidad y aprobación por parte de la población. Y hoy esos dólares tampoco están en términos reales”.
Asimismo, acotó que la dolarización tampoco se podría hacer de un día para el otro, sin contabilizar el problema de la productividad y competitividad argentina. “Argentina hoy la única forma por la cual vuelve a ser competitiva es porque devalúa su moneda frente a otra canasta de moneda. El país tiene un nivel de competitividad muy bajo porque la presión tributaria es brutal, la productividad del capital humano también es muy bajo porque las leyes laborales son obsoletas”, apuntó. Y a modo de conclusión, indicó: “dolarizar sin emprender ese camino sería un riesgo”.
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