Inversores recomiendan cubrirse con bonos ajustados por CER, pero también aparece la opción de los “dollar linked”. Un nuevo aumento brusco del tipo de cambio oficial provocaría un mayor salto de la inflación si no se avanza antes con la consolidación fiscal y la acumulación de reservas
Tras la devaluación del tipo de cambio oficial post PASO, Sergio Massa decidió mantener congelada la cotización de $ 350 hasta después de las elecciones presidenciales. El objetivo es una vez más usar al dólar como ancla antiinflacionaria, aunque cada vez más débil. El candidato presidencial de Unión por la Patria asegura que después de octubre no habrá un nuevo salto cambiario, pero la coincidencia es que sus rivales tampoco lo exigen.
La supuesta ganancia de competitividad que se buscó con un aumento de 27% del salto del tipo de cambio en agosto duró un suspiro, ya que la inflación prácticamente acompañó este ajuste. El mensaje es bien claro: fomentar un salto cambiario sin plan solo desatará mayor inflación si no es acompañado por un plan creíble.
Esto significa para el momento de las elecciones la inflación se habrá comido totalmente el efecto de la devaluación. La pregunta que se hacen los inversores con toda lógica es, por lo tanto, cuándo sucederá la próxima devaluación.
Sin embargo, no es lo que los principales candidatos tienen en sus planes. Volver a devaluar sin una disminución del déficit fiscal y sin reservas en el Banco Central sólo provocaría un mayor impacto inflacionario y por ende una caída adicional del poder adquisitivo de los salarios.
En el mercado también se apuesta a que el sinceramiento cambiario llegará tarde o temprano. “Vemos un cambio de signo en la evolución económica y la mirada hacia la Argentina, una historia muy parecida a la del 2015. En ese momento la brecha era del 52%, hoy la brecha es del 105%. Cualquier posibilidad de nuevo Gobierno debe considerar que esa brecha se tiene que acortar”, explicó José Demicheli, CEO de ADBlick Agro, en una conferencia.
En esa misma dirección, Anna Cohen, CEO del Grupo Cohen, recomendó bonos ajustados por CER en un contexto de alta inflación. Pero también consideró que los bonos dollar linked también se transforman en una buena alternativa como cobertura ante un posible salto del tipo de cambio oficial.
En Rofex, el contrato de dólar futuro también refleja claramente esta expectativa de salto cambiario. Para fin de año se ubica en $ 685, un salto de nada menos que 32% respecto a los niveles esperados para fin de noviembre. Esto significa que aquellos inversores o importadores que busquen cubrirse de un ajuste del tipo de cambio oficial tendrán que pagar muy caro para conseguirlo.
Una nueva devaluación brusca sin un plan atrás solo provocaría un salto inflacionario mayor. Por eso Sergio Massa descarta hacerlo luego de las elecciones presidenciales. Tampoco los candidatos de la oposición quieren avanzar con esa medida y le dan prioridad a una consolidación fiscal para luego avanzar con la salida del cepo cambiario.
Las expectativas de los inversores tienen su lógica, a partir de las dificultades para mantener una brecha cambiaria superior al 100%. Y además está el recuerdo de lo sucedido en 2015, cuando Mauricio Macri junto con el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, decidió levantar el cepo de la noche a la mañana. Pero esta vez el panorama no luce tan lineal.
De hecho, los candidatos opositores ya dejaron en claro que no está en los planes salir del cepo cambiario, al menos de manera apresurada. Esto significa, aunque no lo expresen de manera directa, que no están dispuestos a devaluar para achicar la brecha cambiaria y empezar a desandar el camino de las restricciones cambiarias.
Javier Milei, por ejemplo, aseguró que no tiene en sus planes una salida rápida del cepo, “ya que con la enorme cantidad de pesos emitidos y aumento del stock de Leliq eso sería equivalente a una hiperinflación”.
Domingo Cavallo, por ejemplo, desaconsejó avanzar con una salida del cepo a partir de una devaluación por los mismos motivos. El “padre de la Convertibilidad” consideró que una salida de las restricciones cambiarias debería demorar “no menos de un año”, para dar a tiempo a que se presente un plan que genere credibilidad. El objetivo es que la brecha se achique no por un aumento del dólar oficial, sino por una disminución de los dólares financieros.
Tampoco Carlos Melconian, ya confirmado como ministro de Economía si Patricia Bullrich llegara a la presidencia, está pensando en repetir lo ocurrido en 2015. “La salida será rápida, pero atemporal”, señaló el fin de semana. En realidad, el foco estará puesto en mostrar un ordenamiento de la situación fiscal más que en apurar la unificación cambiaria.
Pablo Wende
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