Durante el mes de abril hubo en la Argentina un faltante de 32 millones de litros de gasoil, situación que se mantiene y que se podría corregir aumentando el corte de biodiesel de 5 a 10%, como era antes de la nueva ley de biocombustibles sancionada en 2021.
Revirtiendo esa medida “se podría complementar la oferta” y superar la crisis, dice un adelanto de la “Carta Energética” de la consultora Montamat & Asociados, que analizó la crisis de provisión que tiene en vilo al campo, el transporte y las economías regionales.
El informe precisa que la demanda del mercado local de combustibles, sin contar el consumo de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa) para abastecer centrales eléctricas, es 13,5 millones de metros cúbicos anuales (Mm3), que la producción local no alcanza a satisfacer y requiere importar unos 2 Mm3. Si además se considera el consumo de Cammesa (entre 1,5 y 2,5 Mm3 anuales), el consumo total es de 15 a 16 Mm3 anuales, de los cuales se importa entre 25 y 30 por ciento. Y como la capacidad productiva está estancada, todo el crecimiento de la demanda es cubierto con importaciones.
Las 4 medidas o razones que generaron la “tormenta perfecta” fueron las siguientes:
1 – Cambios a la ley de biocombustibles
En julio de 2021, por impulso del diputado Máximo Kirchner, se redujo de 10 a 5% el corte entre biodiesel y gasoil, afectando en especial a las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. La norma pasó por 135 votos positivos (mayormente del Frente de Todos y aliados) contra 110 negativos (JxC, schiaretistas, peronismo federal e izquierda). “Argentina retrocederá en materia ambiental y se perjudica el federalismo productivo”, alertó el lavagnista Alejandro “Topo” Rodríguez.
Dos semanas después, el Senado lo volvió ley por amplio margen (43 votos a favor, 19 en contra), con el aporte de legisladores de oposición de Jujuy y Tucumán, por los beneficios a la caña de azúcar. Entre otros, hubo contrapunto cuyano.
.A once meses de aquella sanción, el informe de Montamat dice que volver al corte del 10% permitiría complementar la oferta de gasoil. “Teniendo en cuenta que durante el 2019 las ventas al corte de biodiesel eran 90 millones de litros y durante 2022 promediaron 32 millones, un incremento al 10% alcanzaría para cubrir ese faltante, considerando una demanda actual de 1,25 millones de metros cúbicos en un mes”, precisa una de las conclusiones del informe.
2 – Precios respecto del resto del mundo y los vecinos
Otro señalamiento es que la crisis no es por “exceso de demanda”, pues el consumo total, que se estima para 2022 en 16,1 Mm3, es inferior al de 2011 (16,5 Mm3), 2013 (16,6) y 2016 (16,2). “La demanda creció un 14% en 5 meses de 2022, pero no por la actividad, pues no tenemos récord de cosecha, sino por un tema de arbitraje: hay una diferencia promedio de 50 centavos de dólar con Uruguay y Brasil, lo que lleva a los consumidores de estos países a aumentar la demanda en las zonas fronterizas”, dice el informe, que precisa que en el período enero-abril la demanda del público aumentó 18%, la del agro 12% y la del transporte 22%, pero la demanda de “otras empresas” cayó un fortísimo 14 por ciento.
El nudo fue la demanda en provincias fronterizas, aquellas con actividad agrícola y donde se disparó el transporte de carga. Un gráfico del informe muestra que las provincias donde la demanda aumentó por sobre la media nacional son casi todas fronterizas. El miércoles pasado, YPF empezó a cobrar 60% más caro la venta de gasoil a extranjeros, para reducir el daño de la política de precios.
3 – Precios e importación
Otra cuestión es que el aumento de demanda a cubrir con importaciones genera pérdidas para el sector, debido a una brecha de 32% entre el precio en surtidor y aquel al que se importa el combustible.
“Por cada litro de gasoil puesto en surtidor al público se genera una pérdida de casi 60 centavos de dólar por litro si se toman los impuestos y 45 centavos si se toma sin impuestos. Las pérdidas (para los importadores) están entre USD 880 y 1.200 millones si se mantiene esa diferencia y se consideran los 2 millones de metros cúbicos de gasoil importado para cubrir la demanda del público”, dice el informe.
En pesos, la “paridad de importación” es de $185, frente a un promedio de $123 en surtidores (aunque, ante el faltante, deba pagarse mucho más).
4 – Paradas técnicas y cambios en el mix de crudos
Ante ese panorama de demanda, la producción local de gasoil acumula una baja de 1,7% en los primeros 5 meses del año, “mayormente porque durante el mes de febrero se realizó una parada técnica programada en una importante refinería en Campana que duró unos 45 días”, dice el informe. Además la refinería en Campo Durán estuvo parada en gran parte de marzo. Recién a partir de abril la situación productiva en las refinerías se normalizó y el procesamiento subió un 11% interanual.
Otra cuestión que afectó la producción fue el tipo de blending (mezcla) en las cargas de las refinerías. El mayor peso de la producción de Vaca Muerta hizo que aumentara del 55 a entre 60 y 65% la carga del crudo “Medanito”, más liviano y menor rendimiento en gasoil. Los envíos diarios de crudo Neuquino a la terminal Oil Tanking pasaron de 34.000 a 46.000 m3 diarios desde el inicio del año, provocando problemas de almacenaje y obligando a evacuar para procesamiento o exportación. “Liviano sobra, en cambio, el crudo pesado Escalante se exporta en un 25% de la producción. En cuanto al crudo de tipo Cañadón Seco (crudo pesado), que se refina en su totalidad en el país y viene con una baja importante de la producción (7%)”, cierra el informe.
Sergio Serrichio