Un conjunto de empresas del sector agroindustrial comprometió el ingreso de US$ 10.000 millones en los próximos 60 días.
Unos US$ 3.000 millones será liquidado antes de fin de año, y el resto entre enero y febrero. Es el número mágico. El mismísimo ex titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, se había despedido con una confesión apocalíptica: “si no entran US$ 10.000 millones antes de fin de año, explota todo”. Es lo que imaginaban los funcionarios del nuevo gobierno, que anticiparon sus movimientos. El operador clave fue Alfonso Prat Gay, quien el jueves asumió como Ministro de Hacienda con un pan abajo del brazo.
Si bien no hay información oficial, fuentes del sector privado confirmaron a Clarín que las 10 principales exportadoras del complejo sojero habían decidido anticipar el ingreso de divisas. Son los dólares que necesitan para poder comprar los saldos de la cosecha de soja, para su procesamiento y embarque. Las empresas que acordaron el anticipo son Cargill, Dreyfus, Bunge, Nidera, Glencore, ADM, las cooperativas ACA y FACA, AGD y Molinos.
Esta liquidación anticipada estará amparada por una letra que cubre el riesgo cambiario a los exportadores.
Se estima que los productores cuentan con alrededor de 15 millones de toneladas de soja aún sin vender, por unos US$ 4.000 millones, y otros US$ 1.500 millones en maíz y trigo “viejo”. A esto se debe sumar la llegada de la nueva cosecha de trigo, aunque el saldo exportable será magro. Esto explica la mitad de la liquidación anticipada. Los otros US$ 5.000 millones entrarán como puente, antes de la llegada de la cosecha 2016, que se inicia en marzo.
En las últimas semanas, ante la perspectiva de una modificación de las condiciones del mercado (unificación cambiaria, reducción de derechos de exportación, desaparición de restricciones a la exportación), se profundizó la retención de granos. El grano es el “dólar ahorro” del productor.
Ayer, durante la presentación de su equipo, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile confirmó que pronto se despejarán las dudas que generaron la reticencia de los chacareros a vender. Acompañado de los nuevos secretarios Ricardo Negri y Néstor Roulet, remarcó que “no todo es cuestión de eliminar las retenciones y las restricciones a la exportación, porque también está la expectativa por el tipo de cambio efectivo”. En otras palabras, en Agroindustria coinciden en que para que los productores se desprendan de su mercadería, se deben dar las tres condiciones prometidas en campaña:
* Eliminación de las retenciones de trigo (23%), maíz (20%) y reducción de 35 a 30% en la de soja.
* Eliminación de los ROE (Registro de Operaciones de Exportación).
* Certidumbre cambiaria.
Más allá de las urgencias macroeconómicas, hay también razones “micro” para acelerar la definición. Las avícolas y otros sectores que consumen maíz y harina de soja, o los molinos harineros que necesitan trigo, se las ven en figurillas para fijar costos. Pero el propio Buryaile transmitió que “es cuestión de días”.