Guillermo Abertondo, gerente de una empresa de acopio y transporte en el sur de Santa Fe
Debido a la menor producción del campo por la sequía, transportistas de granos prevén una baja del 50% en sus viajes a las terminales portuarias
Por: Belkis Martínez
Una de las consecuencias que va a comenzar a reflejar la sequía es la ralentización y, en algunos lugares, la casi nula cantidad de viajes a puertos. En el sector transportista estiman que la merma va a llegar a un 50%. Sumado al cóctel de la inflación que supera los tres dígitos, avizoran un panorama “catastrófico” y “dramático”.
Guillermo Abertondo es gerente de una empresa de acopio y transporte en el sur de Santa Fe, donde trabaja para un grupo de siembra de campos. Allí calculan que habrá una disminución del rendimiento del 40% al 50% en soja de primera y en maíz, además de un 70% en soja de segunda.
“Creemos que va a haber un promedio de 50% menos de producción en la zona. Eso impacta directamente en la cantidad de viajes que va a tener el transporte. Es decir, vamos a tener un 50% menos de viaje de lo que hemos tenido en promedio habitualmente en los últimos cinco años”, dijo a LA NACION.
Esa disminución de rendimiento, recordó, va a impactar primero en el productor y se va a trasladar al transporte y los acopios. “La mayoría de los viajes de esta zona son a Puerto Rosario: estamos a 250 km aproximadamente del puerto y lo que estamos tratando de ver y analizar es cómo podemos ayudar a los conductores de camiones, porque va a ser casi directamente proporcional al ingreso que tengan ellos. Hoy un conductor de la empresa nuestra trabaja por convenio colectivo, donde una parte del sueldo va ligada a los kilómetros que recorre y si va a recorrer un 50% comparado con una campaña normal probablemente tenga un impacto bastante grande en el salario”, mencionó.
Al complejo panorama se suma el precio de las cubiertas, que sube al ritmo de la inflación. “Con esta situación se hace inviable. Estamos tratando de ver cómo nos reinventamos para poder afrontar lo que se viene para el transporte; recién arranca”, aclaró.
En la última cosecha de trigo los transportistas tuvieron una disminución de un 40% en su trabajo. Ahora esto se va a replicar con la recolección de soja y de maíz, que se viene con fuertes pérdidas. También hay dudas con lo que ocurrirá en la nueva campaña de trigo.
“Va a haber una disminución en los fletes del inicio de la campaña siguiente. El panorama es bastante complicado, poco alentador, pero veremos cómo podemos afrontarlo. Ahora tratamos de planear y ver qué línea de crédito tomar para no descapitalizarnos”, resumió.
En la localidad de Amenábar, Santa Fe, está Guillermo Arroyabe, quien explicó que a raíz de los bajos rindes y el efecto de la inflación interanual del 102,5%, avizoran un panorama catastrófico. “Hoy tenemos el efecto sequía y tenemos que afrontarlo, pero no podemos desconocer la situación a la que llegó el transporte. La sequía va a ser un factor más, sumado a la inflación de más del 100%, el resultado va a ser catastrófico. Vamos a tener una reducción en volúmenes de flete y de viaje”, detalló.
La merma de los viajes, explicó, va a impactar en los gastos fijos que tienen los transportistas. “Esto va a hacer que un 30% de empleados le planteen a los dueños de los camiones que van a dejar la actividad. Un dueño de un camión no tiene manera de sostener los gastos fijos. Pasado estos tres meses de cosecha, para llegar a la cosecha que viene un dueño de camión que tenga tres o cuatro camiones no tendrá manera de pagar el sueldo al chofer o el seguro, porque no van a estar en condiciones de afrontar esta situación”, auguró.
Para Arroyabe, la mayoría de las empresas de transporte no tienen herramientas para afrontar el impacto de la sequía. “Va a llegar un momento en el que quien no está quebrado está por quebrar, porque no tienen ninguna herramienta para poder hacerle frente a esto”, dimensionó. Añadió: “Esta [situación] es más cruel que la de otros años, cuando empiece la cosecha vamos a tener el 50% menos de los viajes”.
Fernando Quintana es de Piedritas, en el partido de General Villegas, Buenos Aires y explicó que en sus camiones solo llevan granos o packs de herbicidas. “El impacto de la cosecha gruesa todavía no empezó. Nosotros llevamos algo de girasol, por debajo de los rines que se esperaban, y en soja algo se va a cosechar, pero por lo que se probó hasta ahora es una soja muy complicada: con porotos verdes y granos dañados”, dijo.
En esa zona, dijo, el problema de la sequía, sumado a los golpes de calor y la helada de febrero, impactaron de lleno en los rindes. Así habrá menos volumen para transportar. “Todas se vinieron en contra y el Gobierno que no nos ayuda para nada; hasta ahora no tiró ninguna propuesta”, lamentó.
En su caso, realizan viajes desde Piedritas hasta la zona de los puertos del Gran Rosario y de Piedritas hasta las terminales de Bahía Blanca. “Por lo general, hacemos los dos puertos con cereal”. “Los combustibles aumentan una o dos veces por mes, no paran de aumentar, y las cargas sociales trabajes o no las tenés que pagar. Esto va a ser dramático. Será muy complicado pasar el año”, sintetizó.